Cuando la historia se cuenta para convencer
La independencia que no se declar¨®, el h¨¦roe que nunca fue martir y el mito milenario de la naci¨®n
¡°Cuando uno mira el pasado para justificar una acci¨®n en el presente, le hace decir al pasado lo que ¨¦l quiere en el presente¡±. Lo dice Santos Julia con contundencia pero con cierta resignaci¨®n. Reflexiona el historiador y soci¨®logo sobre c¨®mo se est¨¢ interpretando el pasado de Catalu?a desde nuestros d¨ªas, c¨®mo la historia se ve contaminada por la ideolog¨ªa. Santos Juli¨¢ recuerda a Julian Benda y su tesis sobre la traici¨®n de los intelectuales: ¡°ha habido una abdicaci¨®n de la raz¨®n ante el nacionalismo, ante la naci¨®n, que es un asunto de fe m¨¢s que de raz¨®n. Y un historiador est¨¢ obligado a contar aquello que la raz¨®n descubre, no aquello que el sentimiento le impulsa a encontrar en el pasado¡±.
Es la maldici¨®n de la historia: el abuso, la utilizaci¨®n, la reinterpretaci¨®n. ¡°S¨ª, se est¨¢ produciendo un abuso de la historia. Por supuesto. No solo por parte del nacionalismo catal¨¢n¡±, puntualiza Jos¨¦ ?lvarez Junco, autor de Dioses ?tiles, Naciones y Nacionalismo, ¡°Todos los nacionalismos abusan de la historia. Cuando el se?or Rajoy o el se?or Aznar dicen que Espa?a es la naci¨®n m¨¢s antigua de Europa o del mundo tambi¨¦n est¨¢n abusando de la historia. Pero el nacionalismo catal¨¢n lo hace constantemente¡±. De hecho, la declaraci¨®n firmada el martes en el Parlament dice textualmente: ¡°La naci¨®n catalana, su lengua y su cultura tienen mil a?os de historia¡±. El milenio de existencia se ha convertido en un mantra que se utiliza como constante justificaci¨®n.
Para ?lvarez Junco el episodio que m¨¢s se ha pervertido es ¡°la resistencia de Barcelona contra las tropas de Felipe de Borb¨®n en 1714. Se trataba de una guerra din¨¢stica, con intervenci¨®n internacional. Los propios catalanes estuvieron divididos y al principio apoyaron a Felipe¡±. Recuerda ?lvarez Junco que a finales de 2013 se celebr¨® en Barcelona un congreso de historiadores bajo el t¨ªtulo ¡°Espa?a contra Catalu?a¡±. El tono mesurado y did¨¢ctico del profesor se eleva cuando menciona el nombre. ¡°Espa?a contra Catalu?a, nada menos. Eso ya responde perfectamente a la descripci¨®n de abuso de la historia¡±.
Pocas veces un simposio acad¨¦mico ha provocado tanto revuelo medi¨¢tico y tanta divisi¨®n como aqu¨¦l organizado por en Centro de Historia Contempor¨¢nea, una instituci¨®n vinculada a la Generalitat. El propio Oriol Junqueras, historiador de formaci¨®n, profesor y doctor por la UAB, entr¨® en la pol¨¦mica. En una entrevista en RNE poco antes de que se inaugurara el simposio, Junqueras recordaba que en su etapa como investigador en los archivos del Vaticano hab¨ªa encontrado ¡°documentos en los que se explicaba la dur¨ªsima represi¨®n de los ej¨¦rcitos borb¨®nicos sobre la poblaci¨®n catalana. No es una cuesti¨®n discutible. Es una evidencia hist¨®rica¡±.
Donde no ven evidencia hist¨®rica ?lvarez Junco o Santos Juli¨¢ es la tesis de que la guerra del 14 fuera un conflicto entre Catalu?a y Espa?a. ¡°Es uno de los mayores enga?os¡±, a?ade el historiador y economista Gabriel Tortella, ¡°es tremendo, ni fue un aplastamiento de la naci¨®n catalana por los Borbones, ni Rafael Casanova encaja con la figura del gran h¨¦roe que nos han querido contar¡±. El retrato que hace Tortella de Casanova poco tiene que ver con la mitificaci¨®n de aquel Conseller en Cap que convertido en estatua re¨²ne cada once de septiembre a las autoridades de la Generalitat: ¡°Fue herido en la defensa de Barcelona contra las tropas borb¨®nicas, pero herido y nada m¨¢s. Despu¨¦s no fue perseguido y vivi¨® durante d¨¦cadas como un s¨²bdito normal de Felipe V. Sigui¨® ejerciendo como abogado. No fue un m¨¢rtir¡±.
La guerra de 1714 estuvo pr¨¢cticamente olvidada en el imaginario catal¨¢n durante un siglo y medio. Es a mediados del XIX y sobre todo a finales cuando se recupera como hecho fundacional. ¡°Son invenciones del romanticismo y del nacionalismo catal¨¢n de las d¨¦cadas de 1880 y 1890¡±, explica Jos¨¦ ?lvarez Junco, ¡°son las ¨¦lites barcelonesas -porque no hay que olvidar que el nacionalismo es siempre un fen¨®meno urbano- que se ponen a pensar en sus despachos y encuentran la fecha que hay que celebrar y el himno, Els Segadors, que no ten¨ªa contenido pol¨ªtico¡±.
M¨¢s all¨¢ de la preocupaci¨®n por las construcciones interesadas del pasado, los historiadores muestran su inquietud por los paralelismos forzados con hechos de otros tiempos. Por ejemplo, con la declaraci¨®n de Companys en el balc¨®n de la Generalitat. Santos Juli¨¢ explica que 1934 no puede ser tomado como antecedente de lo que sucedi¨® el pasado martes en el Parlament. Son por esencia y por circunstancias, distintos. ¡°Companys proclam¨® el Estado Catal¨¢n dentro de la Rep¨²blica Federal Espa?ola, no la independencia¡±, puntualiza Juli¨¢. ¡°Lo que tiene ahora de ¨²nico es que se pretende declarar la independencia a partir del ejercicio de un poder de Estado, porque las instituciones auton¨®micas son instituciones del Estado. Es decir, que ellos son titulares del mismo poder del Estado que quieren destruir¡±. Por eso, seg¨²n Jos¨¦ ?lvarez Junco la situaci¨®n actual es m¨¢s grave: ¡°aquello fue una declaraci¨®n espont¨¢nea, por su cuenta, sin haber advertido a nadie y en todo caso no era una declaraci¨®n de independencia. Ahora han dado el paso m¨¢ximo que se puede dar¡±.
Y ?qu¨¦ lecci¨®n nos da entonces la historia tra¨ªda, llevada, interpretada y reinterpretada? ?Encontraremos en sus p¨¢ginas alguna soluci¨®n? Gabriel Tortella recurre a Ortega y Gasset y a su concepto de conllevancia, ese que formul¨® en los a?os treinta cuando dio por irresoluble el problema catal¨¢n. S¨®lo que Tortella, barcelon¨¦s de nacimiento, plantea sumarle a la propuesta cierta reciprocidad: ¡°Los catalanes tambi¨¦n deben conllevarnos a nosotros. De haber conllevancia por ambas partes. Y creo que s¨ª, que se puede hacer¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Tricentenario BCN 1714
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Llu¨ªs Companys
- Ley Refer¨¦ndum Catalu?a
- Jordi Pujol
- Sitio de Barcelona
- Tricentenarios
- Independentismo
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Guerra sucesi¨®n espa?ola
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Refer¨¦ndum
- Generalitat Catalu?a
- Catalu?a
- Autodeterminaci¨®n
- Historia contempor¨¢nea
- Conflictos pol¨ªticos
- Elecciones
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Historia
- Espa?a
- Administraci¨®n auton¨®mica