El 21-D desde fuera de Catalu?a
Ferrol, Jerez, Hernani y Vinar¨°s viven con distancia e inter¨¦s a la vez la jornada electoral
El inter¨¦s por las elecciones catalanas celebradas este jueves trasciende muchos ¨¢mbitos. El resto de Espa?a no ha vivido esta jornada con indiferencia y en ciudades como Ferrol (Galicia), Jerez (Andaluc¨ªa), Hernani (Pa¨ªs Vasco) o Vinar¨°s (Comunidad Valenciana) muchos vecinos han estado pendientes de lo que suced¨ªa en Catalu?a.
Ferrol: ?Qu¨¦ ser¨¢ lo que traer¨¢ Catalu?a?
A 1.096 kil¨®metros de la Rambla de Barcelona, en el mercado de A Magdalena de Ferrol (A Coru?a), a Jos¨¦ Manso se le dispara una mueca de escepticismo al escuchar hablar de la independencia de Catalu?a. Este jubilado ferrolano considera inveros¨ªmil la secesi¨®n, pero sigue con inter¨¦s este jueves la jornada electoral que se vive en la otra esquina de la Pen¨ªnsula porque cree que puede transformar el panorama de los partidos en Espa?a. ¡°Si crecen los partidos nuevos, Ciudadanos y Podemos, puede haber consecuencias en toda Espa?a¡±, apunta. A sus 75 a?os y desde una ciudad golpeada por el paro como Ferrol, Manso sue?a con un ¡°cambio¡±: ¡°Aqu¨ª no levantamos cabeza desde los a?os setenta¡±.
En las calles de esta urbe de 68.000 habitantes ¨¦l no es el ¨²nico que sigue de reojo estas particulares votaciones en Catalu?a, celebradas de forma excepcional entre el traj¨ªn de un d¨ªa laborable. Pilar, que regenta un puesto de pescado, no habla del tema con sus clientes porque ¡°est¨¢n saturados¡± pero no duda en confesarse tranquila con los resultados: ¡°No me preocupa lo que pueda pasar porque las consecuencias las pagar¨¢n ellos [los catalanes]; yo creo que son unos privilegiados y no me parece bien que quieran m¨¢s¡±.
Apoyado en la barra de un bar de Esteiro, el barrio obrero que vio nacer al Pablo Iglesias que fund¨® el PSOE, Bruno Lopes advierte de que pase lo que pase en los comicios catalanes, tanto si ganan las fuerzas independentistas como si lo hace ¡°el llamado bloque constitucionalista¡±, se producir¨¢ ¡°un proceso de recentralizaci¨®n¡± que perjudicar¨¢ ¡°gravemente¡± a Galicia. Este dise?ador gr¨¢fico de 39 a?os, partidario de la independencia de Catalu?a y del derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos, cree que la culpa, en todo caso, no es de los catalanes sino ¡°de la metr¨®polis de Madrid¡± y de la gesti¨®n que se ha hecho de la crisis.
¡°Estas elecciones van a influir en el resto de comunidades porque lo que obtenga Catalu?a puede abrirse para Galicia. Y no me refiero tanto al autogobierno como, por ejemplo, a la financiaci¨®n¡±, se?ala la coru?esa Mar¨ªa Cuns, estudiante de Ingenier¨ªa Industrial en el campus de Ferrol, que dej¨® de seguir al detalle la crisis catalana hace un mes por ¡°saturaci¨®n¡±. Isabel, funcionaria de 48 a?os, se mantiene, sin embargo, enganchada al devenir catal¨¢n, objeto de debate entre familia y amigos. Ella es muy cr¨ªtica con los partidos independentistas: ¡°Le han lavado el cerebro con mentiras hasta a gente con estudios. Respeto sus ideas pero no sus formas, se han saltado la ley¡±.
En la dura vida de Vanesa y Nicol¨¢s hay poco espacio para las elecciones catalanas. Esta pareja de 23 a?os, vecina de la localidad marinera de Cedeira, vende pescado en el mercado ferrolano y admite que nunca han ido a votar. ?l se levanta cada d¨ªa a las tres de la madrugada y ella, a las seis. ¡°Bastante tenemos con lo que tenemos¡±, suspira Vanesa desde el otro lado del mostrador. ¡°Nada va a cambiar en mi vida con estas elecciones. Si los catalanes quieren la independencia, que se la den, lo que ocurra despu¨¦s es cosa de ellos¡±, despacha Nicol¨¢s el asunto. ¡°Lo que me preocupa a m¨ª es que estamos en v¨ªsperas de Nochebuena y esta ma?ana he vendido solo una merluza¡±.
Jerez contiene el aliento
El viaje de Jerez a Barcelona no es desconocido para algunos de los casi 213.000 habitantes de esta localidad. Hasta 37.000 gaditanos viven en Catalu?a. Tan com¨²n es marcharse como frecuentes son ahora los reencuentros de los regresan por Navidad a su tierra, adornada ahora con cientos de banderas espa?olas en sus balcones. Solo este jueves, un Airbus A320 de Vueling ha tra¨ªdo a casa a decenas. No parece haberle salido mal a muchos de los que se fueron, hasta 4.690 contratos a trabajadores gaditanos se rubricaron el a?o pasado en Catalu?a, seg¨²n datos ya hechos p¨²blicos por el Ministerio de Empleo.?
Entre besos y abrazos, Antonio Rosa es uno de ellos. Y le pasa como a Rufino Arrimadas, a sus 75 a?os, ya est¨¢ de vuelta de todo. Llega de una Barcelona donde vive con su mujer desde hace m¨¢s de 57 a?os. Aunque es natural de Minas de Riotinto (Huelva), se march¨® cuando contaba solo con 17 a?os para trabajar en una f¨¢brica de autom¨®viles. Hoy regresa a la tierra de su mujer para pasar las Navidades con su hijo (catal¨¢n de nacimiento, pero asentado en C¨¢diz desde hace m¨¢s de 20 a?os). Conocedor de lo hist¨®rico de la jornada, antes de volar no dud¨® en votar, ¡°por supuesto, no a los independentista, ante todo soy andaluz¡±, a?ade sin aportar m¨¢s detalle. ¡°Se est¨¢n tergiversando mensajes. Hay mucho rencor y odio por los dos lados. Es necesario encontrar una soluci¨®n con di¨¢logo¡±, a?ade en¨¦rgico Rosa.
No es el ¨²nico que percibe la polarizaci¨®n ciudadana. A pocos pasos de Antonio Rosa, Alex Lorenzo y su chihuahua Furia esperan a que su madre venga a recogerle del aeropuerto. ¡°Al estar lejos, la familia lo lleva mal. Est¨¢n nerviosos y preocupados, aunque all¨ª se hace vida normal, salvo que te metas en una manifestaci¨®n¡±, reconoce el joven dise?ador gr¨¢fico. Lorenzo se ha sumado hoy a su mujer e hija que llegaron hace d¨ªas a Jerez, pero antes de venir ha intentado votar. ¡°Llegu¨¦ al colegio electoral a las 9.00 y, pese que ten¨ªa tres horas de margen, la cola era tal que me tuve que ir sin votar¡±, apostilla preocupado.
Pocos minutos despu¨¦s llega Ana G¨®mez, madre de Lorenzo. Se baja del coche y se funde en un sentido abrazo con su hijo, al que no ve desde el verano. Despu¨¦s de tantas batalla pol¨ªtica espectacularizada, G¨®mez hasta se ha acostumbrado: ¡°Al principio lo llevaba mal, le llamaba porque estaba muy preocupada. Despu¨¦s de tanta saturaci¨®n, llega un momento en el que la calma aparece¡±. Antonio Rosa tambi¨¦n se siente superado por la situaci¨®n, de ah¨ª que espera que las elecciones de hoy sirvan para algo ¡°aunque parece dif¨ªcil¡±. ¡°Estamos cansados de la misma canci¨®n todos los d¨ªas, esto tiene que terminarse ya¡±, a?ade el jubilado.
Marta Vadillo era tambi¨¦n compa?era de vuelo de Lorenzo y Antonio, ha volado desde Barcelona, aunque vive en Santa Coloma. Lleva ocho a?os viviendo en Catalu?a, pero este viaje es especial y no precisamente por las elecciones del 21D. ¡°Ha tenido un hijo, tiene cuatro meses y es la primera vez que viene a C¨¢diz con ¨¦l¡±, explica su madre Carmen Delgado, poco antes de reencontrarse con Marta. Y eso es lo m¨¢s importante para la joven madre, harta de tantos dimes y diretes. ¡°No he podido votar porque hoy viajaba, pero es que no quer¨ªa hacerlo, ?para qu¨¦? Si todos son iguales y no va a servir para nada¡±, apostilla contundente.
Hernani, proximidad emocional y lejan¨ªa pol¨ªtica
Un resol ilumina y calienta la esquina de las calles Andre y Nagusia de Hernani, Gipuzkoa. En esa confluencia, un cartel con la estelada y una peque?a ikurri?a reclama la libertad para los Jordis, los l¨ªderes de ANC y ?mnium Cultural, encarcelados por orden de la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela. En los balcones de la calle que baja desde el Ayuntamiento tambi¨¦n hay varias esteladas independentistas junto a otros carteles que piden la vuelta a casa de los presos de ETA. En el Ayuntamiento, sin embargo, ya no est¨¢ colgada la ense?a catalana, solo ondean la espa?ola, la vasca y la europea.
Son los ¨²nicos signos en esa localidad de mayor¨ªa independentista, de que a 500 kil¨®metros, en Catalu?a, los ciudadanos votan en unas elecciones para decidir qui¨¦n quiere que les gobierne. "Es que son las elecciones del 155", dice Joxe Manuel, que aprovecha el rayo de sol para templar la piel en un banco de madera a la puerta de la Taberna Zinkoenea. Es su manera de exculpar el decreciente entusiasmo y la escasa visualizaci¨®n de los apoyos a los divididos partidos nacionalistas y anticapitalistas catalanes, pese a que EH Bildu ha optado por imitar la v¨ªa unilateral de llegar a la independencia.
En Euskadi, la proximidad emocional se ha traducido en frialdad pol¨ªtica. Si ante la convocatoria del refer¨¦ndum ilegal, EH Bildu, el PNV y Elkarrekin Podemos se sumaron a su convocatoria y algunos de sus l¨ªderes viajaron a Catalu?a para apoyar al Govern, ante las elecciones de 21-D las muestras de solidaridad son m¨¢s internas que externas. Aunque en San Sebasti¨¢n, Bilbao y Vitoria hay esteladas colgadas en algunos balcones, no se han celebrado manifestaciones de apoyo ni ha habido mociones en los ayuntamientos con motivo de los comicios como s¨ª hubo antes la proximidad del refer¨¦ndum ilegal.
Hernani, la ciudad de 19.000 habitantes en la que se inspir¨® Fernando Aranburu para escribir la exitosa Patria, es buena muestra de ello. Cuando las urnas ya llevaban abiertas tres horas en Catalu?a, el pueblo lat¨ªa con absoluta normalidad y eso que se trata de una localidad muy dada a los homenajes. En septiembre de 2016 un grupo de medio centenar de estudiantes del instituto tribut¨® un homenaje a 22 etarras con pegada de carteles y baile del aurresku incluidos. Lo hicieron sin autorizaci¨®n del centro durante el recreo con motivo del Gudari Eguna (D¨ªa del soldado vasco).
El pueblo, que sufri¨® varios zarpazos de ETA y que tiene a una decena de terroristas en la c¨¢rcel, est¨¢ gobernado por EH Bildu, y es la ciudad natal de la diputada en el Congreso Marian Beitialarrangoitia, la misma que solicit¨® en 2008 un "chaparr¨®n de aplausos" para los presuntos autores del atentado en la T-4 de Barajas Igor Portu y Mattin Sarasola. Esta ma?ana no hab¨ªa ni una sola estelada en el exterior de la Herriko Taberna, el local en el que se re¨²ne la izquierda abertzale.
Normalidad en Vinar¨°s
Vinar¨°s (29.000 habitantes) es la localidad castellonense m¨¢s cercana a Catalu?a por el litoral. ¡°Desde mi casa dudo que haya m¨¢s de cuatro kil¨®metros en l¨ªnea recta hasta Cases de Alcanar, en Tarragona. El t¨¦rmino municipal llega a estar a menos de un kil¨®metro de distancia con Catalu?a. Frontera pura y dura¡±, explica el alcalde, Enric Pla (Tots Som Vinar¨°s-Podemos).
Su ubicaci¨®n fronteriza convirti¨® en octubre a este municipio de Castell¨®n en polo de atracci¨®n para los ahorradores catalanes. Buscaron en sus bancos un lugar donde poner a salvo su dinero ante la incertidumbre que abr¨ªa el proc¨¦s. Dos meses despu¨¦s, y en plena jornada electoral catalana, el debate en las calles, bares y comercios vinarocenses sobre la situaci¨®n pol¨ªtica de sus vecinos no es, para nada, intenso. Entre los pocos iconos callejeros con alusi¨®n a las elecciones, los lazos amarillos de apoyo a los independentistas encarcelados con los que ha amanecido este jueves el puente del r¨ªo C¨¦rvol a su paso por Vinar¨°s.
En los bares, priman los almuerzos sobre el debate pol¨ªtico que se cuece en las pantallas de los televisores entre bocadillos y caf¨¦s. ¡°Est¨¢ siendo una jornada tranquila, no se siente de una forma euf¨®rica ni comprometida o emp¨¢tica. Mis clientes miran la tele y sueltan alg¨²n comentario si viene al caso, pero no dan pie a conversaciones. Lo vivimos como el resto de Espa?a¡±, se?ala Francisco, madrile?o afincado desde hace nueve a?os en el norte de Castell¨®n y propietario del bar que lleva su nombre en la avenida Pa¨ªs Valenci¨¤. El mismo patr¨®n se repite en la cafeter¨ªa L¡¯Original: ¡°La gente comenta lo de las elecciones pero tampoco de una manera especial¡±, dice Sebasti¨¢n su propietario. En La Bodegueta de Sant Vicent ¡°nadie¡± ha sacado a colaci¨®n la jornada electoral catalana. Tampoco en la tienda de ropa Espiral. Su propietaria, M¨®nica Pitarch, explica que la ¨²nica alusi¨®n a la cita con las urnas ha sido la de una clienta que trabaja como profesora en Tarragona y que hoy ¡°ha venido a comprar porque ten¨ªa fiesta por las elecciones¡±. En la ¨®ptica Cottet, en plena calle Mayor de Vinar¨°s, rechazan las preguntas de EL PA?S: ¡°No somos de Catalu?a, para empezar. Y no tengo tiempo para atenderte¡¡±.
El tema pasa tambi¨¦n de largo en los bancos, tras el boom de octubre. ¡°Es un d¨ªa normal. No hay comentarios, m¨¢s all¨¢ de que hoy son las elecciones¡±, a?ade un empleado de Cajamar, que prefiere no dar su nombre. Sebasti¨¢n Montserrat, director de una sucursal de Bankia, tambi¨¦n ratifica la normalidad de la jornada. ¡°No estamos notando nada. Otra cosa es cuando se sepan los resultados. Pero lo estamos viviendo como el resto de Espa?a¡±.
El alcalde, Enric Pla, insiste en que la normalidad con la que se percibe desde Vinar¨°s la jornada electoral en Catalu?a a tan corta distancia ¡°es lo que tiene que ser¡±. Hay ¡°curiosidad¡± y ¡°respeto¡± a partes iguales. ¡°Los catalanes toman sus propias decisiones¡±. Asegura que la integraci¨®n entre los dos territorios es mutua, y las relaciones ¡°muy normales¡±. Hace 25 a?os, antes de que se construyera el hospital de Vinar¨°s, ¡°nuestros hijos nac¨ªan en Tortosa¡±, se?ala. Y sigue con los ejemplos: ¡°los vecinos de los pueblos del sur de Tarragona vienen de compras a Vinar¨°s, hay gente que va y viene de una provincia a otra por trabajo cada d¨ªa, y hasta las parroquias pertenecen al Obispado de Tortosa¡±. Pla concluye, convincente, que las cosas ¡°se ven con mucho menos dramatismo a cuatro kil¨®metros de Catalu?a que a 400, donde todo esto parece misterioso y complicado¡ La gente seguir¨¢ yendo y viniendo, y haciendo convivencia comarcal¡±.
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