Polonia aprueba una ley contra la historia
El consenso entre los expertos en la Shoah es rotundo: muchos polacos participaron en la persecuci¨®n de jud¨ªos durante y despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial
La verdad hist¨®rica y la verdad pol¨ªtica no siempre coinciden, pero pocas veces se ha abierto un abismo como el que quiere imponer por ley el Gobierno ultranacionalista polaco de Ley y Justicia sobre lo que ocurri¨® en el pa¨ªs durante la Segunda Guerra Mundial. El relato oficial de los hechos sostiene que los polacos no tuvieron nada que ver con la persecuci¨®n de los jud¨ªos y se volcaron en intentar salvar el mayor n¨²mero posible. Los principales historiadores del Holocausto en Polonia aceptan que muchos polacos se jugaron la vida al tratar de ocultarles, pero mantienen que un n¨²mero terriblemente alto denunciaron o asesinaron a sus vecinos jud¨ªos y participaron en pogromos durante y despu¨¦s del conflicto.
Sostener esto ¨²ltimo se ha convertido en delito en Polonia, penado hasta con tres a?os de c¨¢rcel. La ley, aprobada por las dos C¨¢maras, fue refrendada este martes por el presidente Andrzej Duda, quien defendi¨® que ¡°protege la dignidad polaca¡±. Como siempre que se habla de la Segunda Guerra Mundial, los matices son significativos y las sensibilidades importantes. Polonia sufri¨® de manera atroz y los polacos, jud¨ªos y cat¨®licos, fueron perseguidos, deportados y asesinados en masa durante la ocupaci¨®n alemana (1939-1945) y sovi¨¦tica (1939-1941). Tres millones de jud¨ªos fueron exterminados por los nazis (la mitad de los muertos en la Shoah) y la cultura jud¨ªa polaca fue borrada del mapa. No ha ocurrido nada igual en la historia.
La ley tiene dos partes y no afecta a los historiadores, pero podr¨ªa poner en aprietos a los periodistas que reproduzcan sus palabras. Como asegura la experta israel¨ª Havi Dreifuss, ¡°no pretenden negar la historia; solo que no se pueda discutir sobre ella¡±.
La ley considera delito hablar de ¡°campos de exterminio polaco¡±, un error incuestionable. Los seis campos de exterminio nazis ¨C Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Belzec, Sobibor, Chelmno y Majdanek¨C fueron construidos por Alemania en la Polonia ocupada o en territorios anexionados. El que hoy se encuentren en territorio de Polonia ha hecho ese error muy frecuente. Los polacos no tuvieron nada que ver ni con su construcci¨®n, ni con su organizaci¨®n. El Gobierno polaco en el exilio se esforz¨® en denunciar su existencia y nunca colabor¨® con los nazis.
Dicho esto, el Holocausto no se desarroll¨® solo en los campos de exterminio, en los guetos o por la acci¨®n de los Einsatzgruppen, las unidades m¨®viles de las SS que asesinaron a 1,5 millones de personas. Miles de ciudadanos de los pa¨ªses ocupados, de Francia a Holanda, Ucrania, los pa¨ªses b¨¢lticos o, naturalmente, Polonia, colaboraron en el exterminio, denunciando a sus vecinos, participando en matanzas o extorsionando a quienes se escond¨ªan. Si se oculta esa parte de la Shoah, nunca se podr¨¢ entender hasta qu¨¦ punto es peligroso el crecimiento del antisemitismo en Europa.
Las opiniones de los historiadores
Estas son algunas opiniones de historiadores de primera fila sobre lo ocurrido en Polonia antes, durante y despu¨¦s de la guerra. Todos los libros citados han tenido repercusi¨®n internacional. Autores como Jan T. Gross o Jan Grabowski han sufrido ataques y han sido denunciados por el Gobierno polaco o por organizaciones afines.
Havi Dreifuss, autora de libros como Changing Perspectives on Polish-Jewish Relations during the Holocaust, directora del Centro de Investigaci¨®n del Holocausto en Polonia del International Institute for Holocaust Research, dependiente del Yad Vashem, responde por correo electr¨®nico. ?Fueron los jud¨ªos perseguidos por sus vecinos polacos? ¡°Est¨¢ muy documentado por diferentes investigaciones. No solo el libro de [Jan] Gross [Vecinos], sino tambi¨¦n publicaciones del Institute of National Remembrance¡±, que depende del Gobierno polaco. ?Podemos decir que los polacos solo salvaron a jud¨ªos? ¡°Naturalmente que no. Existe un n¨²mero impresionante de polacos declarados Justos entre las Naciones (6.700), pero solo representa parte de la historia. Hubo polacos que ayudaron a un jud¨ªo y denunciaron a otro y hubo gente que comenz¨® ayudando y luego mat¨® a jud¨ªos¡±. ?Se lo va a pensar antes de volver a Polonia a investigar? ¡°Me temo que s¨ª¡±.
Jan Grabowski, profesor de la Universidad de Ottawa, autor de Hunt for the Jews: Betrayal and Murder in German-Occupied Poland, donde documenta el asesinato de al menos 200.000 jud¨ªos por polacos, se ha enfrentado a varios procesos, que ha ganado: ¡°La ley es una desgracia por varios motivos, como amenazar con penas de prisi¨®n a quienes no comparten la visi¨®n del pasado de los nacionalistas en el poder. El argumento de que los trabajos acad¨¦micos est¨¢n excluidos no tiene sentido. ?Qui¨¦n decide qui¨¦n es un acad¨¦mico? Todo esto se ha producido en medio de la destrucci¨®n del sistema judicial polaco. ?Qui¨¦n decide qu¨¦ es una ofensa a la Naci¨®n Polaca? ?Qui¨¦n puede hablar en nombre de la Naci¨®n Polaca?¡±.
Barbara Engelking, historiadora polaca, dirige el Centro Polaco de Investigaci¨®n del Holocausto y preside el Consejo Internacional de Auschwitz. Es autora de On ne veut rien vous prendre¡ Seulement la vie. Des juifs cach¨¦s dans les campagnes polonaises, 1942-1945. Relata lo que ocurri¨® a los entre 120.000 y 250.000 jud¨ªos que lograron escapar y c¨®mo fueron perseguidos. Sobrevivieron entre 30.000 y 40.000. ¡°La visi¨®n de una ayuda masiva en el campo polaco es totalmente falsa. Muchos polacos murieron como h¨¦roes por salvar a jud¨ªos, es incontestable; pero no hay que olvidar que deber¨ªan haber muerto muchos menos. Eran v¨ªctimas de los alemanes, sin duda, pero tambi¨¦n de los vecinos que les hab¨ªan denunciado¡±. Su trabajo se basa en 391 testimonios del Instituto de Historia Jud¨ªa de Varsovia y 82 del Yad Vashem de Jerusal¨¦n.
Anna Bikont es periodista de Gazeta Wyborcza, autora de The Crime and the Silence, que gan¨® en 2011 el premio al Mejor Libro Europeo. ¡°Una puede hacerse a la idea de la profundidad y el alcance del antisemitismo en la regi¨®n leyendo la prensa local, especialmente el semanario local de la di¨®cesis. Algunos titulares de primera p¨¢gina: ¡®Los jud¨ªos se toman libertades¡¯, ¡®Quitemos la tierra a los jud¨ªos¡¯, ¡®Los j¨®venes polacos sufren a causa de la maldad de los jud¨ªos¡±. Bikont investiga la matanza de Jedwabne, el asesinato cientos de jud¨ªos en un pogromo, atribuido en principio a los nazis hasta que Gross revel¨® en Vecinos que sus autores hab¨ªan sido polacos.
Timothy Snyder, historiador estadounidense de Yale, escribe en Tierras de sangre: ¡°Como en todas partes en la Polonia de la posguerra, los jud¨ªos recib¨ªan palizas y eran asesinados en tales proporciones que la mayor¨ªa de los supervivientes decid¨ªan marcharse. (¡) En la Polonia de posguerra era muy peligroso ser jud¨ªo¡±.
Keith Lowe, historiador brit¨¢nico, una autoridad en la ¨¦poca, relata en Continente salvaje:?¡°Despu¨¦s de la guerra, Polonia era con mucho el pa¨ªs m¨¢s peligroso para los jud¨ªos. Al menos 50 jud¨ªos fueron asesinados por polacos entre la rendici¨®n alemana y el verano de 1946, aunque la mayor¨ªa de los historiadores sit¨²an esa cifra alrededor de 1.500. (¡) Dejaban los cad¨¢veres con notas en los bolsillos en las que se le¨ªa: ¡®Ese ser¨¢ el destino de todo jud¨ªo superviviente¡±.
Polonia gan¨® el Oscar en 2015 por Ida, una pel¨ªcula de?Pawe? Pawlikowski?que habla de jud¨ªos asesinados por sus vecinos polacos, que luego se quedaron con sus posesiones, lo que provoc¨® que el filme, pese a su ¨¦xito internacional, fuese atacado por la televisi¨®n p¨²blica polaca. Maus, de Art Spiegelman, la primera novela gr¨¢fica que gan¨® el premio Pulitzer en 1992, relata la historia de un superviviente del Holocausto en Polonia, el padre del autor. Cuando tiene que esconderse entre polacos cat¨®licos, siempre vive atemorizado y es denunciado varias veces(tambi¨¦n ayudado generosamente). Tambi¨¦n cuenta como, al final de la Segunda Guerra Mundial, un jud¨ªo es asesinado por sus vecinos cuando regresa a su casa, ahora ocupada.
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