¡®Cibercooperantes¡¯: los voluntarios contra el mal uso de Internet
Cientos de particulares en Espa?a ense?an a j¨®venes, profesores y padres c¨®mo hacer un uso responsable de la Red
¡°En Internet hay contenido muy bueno y otro que no es apropiado¡±. Con esta frase arranca Iv¨¢n Rico, de 42 a?os, su intervenci¨®n ante la treintena de alumnos de 2? de la ESO del Instituto Villablanca, en Madrid. Salvo alg¨²n comentario por lo bajo y alguna risa tan nerviosa como t¨ªmida, los estudiantes raramente apartan la mirada del ponente. Esto no es una clase de matem¨¢ticas, ni de historia. Rico es uno de los 140 cibercooperantes con los que cuenta en la regi¨®n el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Un ej¨¦rcito de voluntarios que dedican su tiempo libre a ense?ar a ni?os, adolescentes, padres, madres y educadores c¨®mo usar Internet y las redes sociales con responsabilidad.
¡°?Alguno de vosotros ha buscado su nombre en Google?¡±. Rico lanza la pregunta, a pesar de que intuye la respuesta. Lleva m¨¢s de una veintena de charlas a sus espaldas y las reacciones de los alumnos a determinadas cuestiones no var¨ªan demasiado: el aula es un mar de manos alzadas. La cuesti¨®n sirve para introducir a los j¨®venes en el concepto de la identidad y la reputaci¨®n digital. ¡°Yo he hecho procesos de selecci¨®n para trabajos y he descartado a gente por sus perfiles en las redes sociales¡±, alerta a los alumnos, que a¨²n son completamente ajenos al mercado laboral. La sesi¨®n contin¨²a con ejemplos sobre fraudes y bulos, privacidad y algunos toques de atenci¨®n sobre el exceso de uso. De vez en cuando se observa alguna cara de sorpresa ante las explicaciones, pero en general todos se muestran familiarizados con el uso de las redes sociales e Internet, tanto a trav¨¦s del ordenador como del tel¨¦fono. ¡°Yo ya ni pregunto si tienen m¨®vil¡±, confiesa Rico. Sus c¨¢lculos no fallan. Seg¨²n la ¨²ltima encuesta del INE sobre Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n y la Comunicaci¨®n, el 69,1% de los ni?os y adolescentes de entre 10 y 15 a?os poseen m¨®vil. Este porcentaje asciende al 92,8% a los 14 a?os.
Antes de explicarle a decenas de chavales de Madrid, Guadalajara y Toledo c¨®mo relacionarse en la Red, Rico ¡ªpadre de tres hijos de ocho y siete a?os¡ªya acostumbraba a dar indicaciones a amigos y familiares. De hecho, aunque son las menos, Rico tambi¨¦n imparte talleres a padres, en los que aboga principalmente por el di¨¢logo con los hijos y por llegar a un equilibro entre los l¨ªmites y la permisividad. ¡°La irrupci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas les ha atropellado, est¨¢n muy perdidos. Se ponen la etiqueta de ¡®no lo entiendo¡¯, pero aunque haya diferencia generacional se puede hablar¡±, argumenta el cooperante desde la experiencia. Rico tiene tres hijos de siete y ocho a?os y en su m¨®vil no faltan las aplicaciones que controlan, por ejemplo, el uso de la videoconsola. A pesar de las precauciones, insiste: ¡°Hay contenidos que son educativos y ese tipo de cosas no puedes penalizarlas¡±.
Uso excesivo
La presencia de Rico en el Instituto Villablanca no es casual. Con alrededor de 1.700 alumnos matriculados ¡ªentre presenciales, no presenciales y duales, turno diurno y vespertino¡ª, los educadores del centro saben que ense?ar a los alumnos a usar de manera equilibrada y saludable las redes e Internet es tan importante en la actualidad como aprender matem¨¢ticas o lenguaje, aunque siempre hay que adaptar los contenidos de las charlas a cada etapa. Mientras en la ESO los talleres versan sobre aspectos como el ciberacoso, el abuso de las nuevas tecnolog¨ªas, la privacidad y la identidad digital, en el Bachillerato se centran en las relaciones personales en la Red y se abordan pr¨¢cticas como el sexting ¡ªenv¨ªo de mensajes sexuales a trav¨¦s del m¨®vil¡ª y el grooming ¡ªadultos que se hacen pasar en la Red por menores para ganarse su confianza¡ª, seg¨²n detalla la orientadora del centro, Bella Marcelo. ¡°Sabemos que son nativos digitales y el impacto que eso tiene en su vida¡±, esgrime.
En el Villablanca, la utilizaci¨®n del tel¨¦fono m¨®vil est¨¢ prohibida, tambi¨¦n durante el recreo. Pero los desaf¨ªos que plantea el uso de las nuevas tecnolog¨ªas van m¨¢s all¨¢ de los muros del edificio. ¡°Estamos notando que no se concentran porque usan el m¨®vil con exceso¡±, explica Tom¨¢s D¨ªaz, profesor de matem¨¢ticas de 2? de la ESO, que recuerda c¨®mo una alumna, despu¨¦s de cuatro horas sin usar el tel¨¦fono recibi¨® m¨¢s de 700 mensajes instant¨¢neos. ¡°No tienen l¨ªmites¡±, concluye el docente. Pese a las precauciones y l¨ªmites, la orientadora Bella Marcelo subraya: ¡°Internet es una gran herramienta de trabajo, solo hay que saber c¨®mo usarla¡±.
La iniciativa de Incibe contempla ocho tem¨¢ticas diferentes para las charlas que van desde la protecci¨®n ante virus y fraudes hasta herramientas de control parental, aunque no todas tienen la misma demanda. Seg¨²n asegura la responsable del proyecto, ?ngela Mar¨ªa Garc¨ªa, la titulada como Uso seguro y responsable de las TIC, que trata de manera condensada todas las restantes, y la de ciberacoso escolar son las que m¨¢s se piden. ¡°Se est¨¢n dando a conocer m¨¢s casos y los profesores y educadores sienten la necesidad de tratar el tema¡±, asegura Garc¨ªa, en referencia al ciberbullying.
M¨¢s de 500 voluntarios
La iniciativa de los colegios e institutos fue clave para la creaci¨®n del programa que celebra su segundo aniversario este a?o. As¨ª lo cuenta Garc¨ªa, que define el proyecto como un puente entre las demandas de los centros y las personas con conocimientos sobre ciberseguridad. ¡°Recibimos solicitudes de centros que buscaban formaci¨®n en ciberseguridad y decidimos ponerles en contacto con gente que pudiera d¨¢rsela¡±, recuerda Garc¨ªa.
Desde 2016, la progresi¨®n del plan ha sido imparable, tal y como se refleja en las cifras. La iniciativa ha conseguido sobrepasar la barrera de los 500 voluntarios, que han impartido 1.049 charlas por toda Espa?a hasta la fecha. A pesar de la buena acogida, Garc¨ªa se?ala que hay regiones donde la presencia de cooperantes a¨²n es escasa como Guip¨²zcoa, Lugo, Ciudad Real, islas Baleares y Lleida. En ellas, los voluntarios apenas llegan a la decena. Por el contrario, la Comunidad de Madrid, Barcelona y la Valencia son las regiones donde m¨¢s personas se han inscrito al programa.
Los requisitos para seguir los pasos de Rico son simples: facilidad para hablar en p¨²blico, conocimientos sobre ciberseguridad, ser mayor de edad y no tener antecedentes penales ni de delitos sexuales. ¡°No existe un perfil en concreto, tenemos gente de todas las edades, en paro, estudiantes, con empleo... incluso gente que no tiene una formaci¨®n t¨¦cnica como por ejemplo, periodistas¡±, explica Garc¨ªa. Es el caso de Yolanda Corral, que trabaja como periodista, pero en sus ratos libres da charlas en la Comunidad Valencia principalmente. ¡°Por mi profesi¨®n he tratado el tema de la ciberseguridad y he intentado hacer el lenguaje espec¨ªfico comprensible para los usuarios b¨¢sicos¡±, explica. Corral posee adem¨¢s un canal de Youtube ¡ªPalabra de Hacker¡ª con este prop¨®sito. Ella ocupa el sexto lugar en el top de los 20 mejores cibercooperantes.
Al igual que Rico, Corral subraya la necesidad de que los padres tomen conciencia. Miembro del programa casi desde sus inicios, la colaboradora considera que uno de los principales problemas es que los padres creen que como sus hijos son nativos digitales no necesitan ayuda. ¡°La educaci¨®n es necesaria desde la primera vez que se les deja un smartphone, pero la mayor¨ªa se dan cuenta de que en ese momento no han estado ah¨ª y no les han ense?ado a utilizarlo igual que como cuando les ense?an a caminar¡±, puntualiza. La voluntaria, reconoce que, al menos, los progenitores que acuden a las charlas lo hacen porque ya han puesto alg¨²n l¨ªmite y se han preocupado. ¡°El problema son los padres que ni siquiera piensan que es necesario ir¡±, sentencia.
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