Mujeres, adictas, invisibles
Los tratamientos de drogodependencia solo est¨¢n pensados para hombres, seg¨²n la Red de Atenci¨®n a las Adicciones
Cuando su pareja empez¨® a pegarle, Blanca P¨¦rez comenz¨® a beber alcohol. ¡°Para olvidar¡±, cuenta esta mujer de 49 a?os que prefiere no decir su verdadero nombre. A eso le siguieron ¡°siete, ocho, nueve a?os¡± de dependencia a esa sustancia. Hace 10 meses ingres¨® en un centro en Asturias para tratar su adicci¨®n y desde entonces se ha mantenido sobria. Es una excepci¨®n: las mujeres con problemas de drogas encuentran a menudo barreras para acceder a los tratamientos porque ¡°los programas est¨¢n pensados para hombres¡±, seg¨²n critica la?Red de Atenci¨®n a las Adicciones (UNAD) en un manifiesto presentado este martes.
La ONG reclama m¨¢s profesionales formados en perspectiva de g¨¦nero, ya que el 86% de las mujeres adictas sufre o ha sufrido violencia machista, seg¨²n datos de la UNAD. La organizaci¨®n tambi¨¦n critica la falta de programas adecuados para el tratamiento de drogas que consumen sobre todo las mujeres: el alcohol, los ansiol¨ªticos y las drogas sin sustancia (m¨®vil, Internet, compras). ¡°Los problemas de mujeres y hombres no son los mismos y los abordajes tampoco deber¨ªan serlo¡±, ha se?alado Yolanda Basteiro, presidenta de la?Federaci¨®n de Mujeres Progresistas (FMP), en la jornada G¨¦nero y adicciones, celebrada en Madrid y organizada por UNAD y FMP.
¡°El sistema no entiende ni atiende a las mujeres con problemas de adicciones¡±, apunta la organizaci¨®n en el escrito presentado este martes, cuando se conmemor¨® el D¨ªa Internacional de la Lucha contra el Uso indebido y el Tr¨¢fico il¨ªcito de Drogas.
Las mujeres acuden menos a los programas de rehabilitaci¨®n que los hombres, seg¨²n Jos¨¦ Manuel Torrecilla, subdirector del Plan Nacional de Drogas. Las cargas familiares y el ¡°estigma injustificado, que es mayor frente a las mujeres¡±, dificultan que pidan ayuda, seg¨²n Torrecilla.
¡°Drogadicta, puta, loca, irresponsable, mala madre, vaga, ego¨ªsta, sucia¡±, son las palabras que muchos siguen asociando a las mujeres adictas, denuncia Elisabeth Ortega, psic¨®loga y directora de un centro de d¨ªa que trabaja con mujeres adictas en Asturias. Cuando ingresan en los programas, ellas cargan con la culpa de no estar cumpliendo con sus ¡°roles¡± de g¨¦nero y cuentan con menor apoyo familiar que los hombres, seg¨²n la psic¨®loga. ¡°Ellos van con sus parejas, su madre, su hermana. Ellas van solas¡±, ilustra.
Ortega identifica como un agravante que a veces los centros de atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero rechacen a las mujeres adictas. ¡°El inicio de la adicci¨®n se identifica con el malestar causado por la violencia. La violencia y el consumo coexisten toda la vida¡±, explica Ortega.
Fue el caso de Blanca, que empez¨® a beber ¡°porque as¨ª pasaba los d¨ªas mejor¡±. Ella lleg¨® al centro acompa?ada por su madre y su hermana. Tras iniciar su tratamiento, se alej¨® de su pareja, con quien tiene dos hijos, porque ¨¦l sigue bebiendo. Ahora vive con su familia y participa en grupos de apoyo con otras v¨ªctimas de violencia: ¡°Ayuda mucho porque ves otras experiencias. Y ves que no lo vives t¨² sola¡±.
Mayores de 26 a?os con hijos y sin empleo
El perfil de las drogodependientes tratadas por la Red de Atenci¨®n a las Adicciones es el de una mujer de entre 26 y 44 a?os con hijos a cargo. El 20% tiene menos de 25 a?os. Suelen llevar m¨¢s de seis a?os consumiendo. El 41% de las atendidas toma drogas desde hace m¨¢s de 11 a?os. Aunque en su mayor¨ªa est¨¢n en tratamiento por alcoholismo, tambi¨¦n consumen otras drogas. No tienen estudios o han cursado solo la educaci¨®n primaria, y la mayor¨ªa est¨¢n desempleadas.?El 64% de las personas que recibieron atenci¨®n de la ONG en 2016 fueron acompa?adas por familiares o parejas mujeres.
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