¡°Nuestros ni?os no saben correr¡±

El¨ªas, de nueve a?os, pesa 50 kilos, seis menos que hace un a?o. En este tiempo ha dejado pr¨¢cticamente de comer dulces y bollos, que intenta sustituir por piezas de fruta, y se ha acostumbrado al pescado. Afirma, sin dudar, que la ensalada se ha convertido en su plato favorito y ahora juega menos a la videoconsola porque prefiere salir a la calle y hacer deporte. El cr¨ªo es uno de los 130 menores, de entre cuatro y nueve a?os, que participan en un proyecto del Hospital Regional de M¨¢laga y del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de esta ciudad (Ibima) para prevenir la obesidad infantil introduciendo en su dieta alimentos saludables y promoviendo la pr¨¢ctica de ejercicio f¨ªsico.

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El estudio tiene una duraci¨®n de tres a?os y su primer balance, presentado este jueves, indica que los participantes han mejorado sus niveles lip¨ªdicos (colesterol, triglic¨¦ridos¡­) y de resistencia a la insulina. Se trata, fundamentalmente, de implicar a las familias para que se acostumbren a los h¨¢bitos alimenticios basados en la dieta mediterr¨¢nea y promuevan la pr¨¢ctica de deporte entre los ni?os, con el objetivo de prevenir futuras patolog¨ªas relacionadas con el peso. La muestra se seleccion¨® gracias a la colaboraci¨®n de 36 colegios. En una primera toma de contacto, se identificaron a 949 menores con problemas de sobrepeso u obesidad y se contact¨® con los padres para proponerles intervenir en la iniciativa. ¡°M¨¢s de 770 familias (por encima del 80%) dijeron que no¡±, ha contado Mar¨ªa Rosa Bernal, investigadora principal del proyecto.

?Y por qu¨¦ ese rechazo? Ricardo G¨®mez, director de la Unidad de Gesti¨®n Cl¨ªnica de Medicina Interna del hospital malague?o e investigador del Ibima, ha se?alado dos posibles causas. M¨¢s del 60% de la poblaci¨®n adulta en Espa?a tiene sobrepeso o es obesa, pero esto ¡°no se percibe como una amenaza para la salud¡±. El otro motivo, en su opini¨®n, es que participar en un estudio cl¨ªnico ¡°es exigente¡±, para los ni?os y los padres, y en este caso se suma la disponibilidad de tiempo para facilitar la pr¨¢ctica de la actividad f¨ªsica de los cr¨ªos.

El proyecto, adem¨¢s de las recomendaciones de un nutricionista para ofrecer las claves alimentarias, incluye un programa de actividades deportivas durante dos horas diarias, de lunes a viernes, en las instalaciones del colegio p¨²blico Miraflores de los ?ngeles de M¨¢laga. Del dise?o se ha encargado la Universidad de M¨¢laga (UMA) y se trata de facilitar 60 minutos reales de rendimiento entre los chavales, seg¨²n Javier Ben¨ªtez, investigador postdoctoral de la Facultad de Ciencias de la Educaci¨®n. El fin no era estar como un clavo los cinco d¨ªas y durante todo el tiempo, sino ¡°facilitar¡± todo lo posible que el ejercicio fuera un complemento al resto de tareas de los menores, y ha explicado que s¨ª se ha detectado un ¡°problema¡± con la flexibilidad horaria.

Los investigadores constataron al principio del estudio un nivel de sedentarismo ¡°alto¡± entre los ni?os, principalmente, por el consumo de nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Nuestros ni?os no saben correr, y revertir esa tendencia es complicado¡±, ha subrayado la investigadora Bernal. En este primer a?o, se ha logrado que los minutos de?actividad f¨ªsica moderada se eleven de media entre los participantes de 13 a 33 minutos. Aunque los ni?os de la muestra estaban aparentemente sanos, pese a su sobrepeso u obesidad, anal¨ªticas m¨¢s precisas apuntaron a algunos problemas. Por ejemplo, el 30% de ellos ya ten¨ªa un grosor de la car¨®tida ¡°anormalmente alto¡±, algo que puede derivar en el futuro en problemas cardiometab¨®licos. La apuesta es actuar en edades tempranas para intentar prevenir el desarrollo de esas patolog¨ªas.