El presidente chino viaja a Madrid para recabar apoyos contra el proteccionismo
Xi Jinping se reunir¨¢ con el rey Felipe VI y con el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez
El presidente chino, Xi Jinping, comienza este martes una visita de Estado hasta el jueves a Espa?a. Han pasado trece a?os desde la ¨²ltima de un jefe de Estado chino a Espa?a y las circunstancias de ahora son muy diferentes a las de entonces. En 2005, cuando lleg¨® Hu Jintao a Madrid, Espa?a viv¨ªa en la cresta de la ola del ¡°boom¡± del ladrillo y sus grandes empresas aspiraban a desembarcos triunfales en el pa¨ªs oriental. Pek¨ªn a¨²n no terminaba de creerse su vertiginoso desarrollo. Entonces, su econom¨ªa sumaba el 4% del PIB mundial. Hoy, Espa?a a¨²n padece las secuelas de la crisis de 2008. China es la segunda econom¨ªa del planeta, el 17% de la riqueza global y una gran potencia que reclama rotundamente un papel protagonista en el escenario internacional.
Durante su visita, Xi se reunir¨¢ con el rey Felipe VI y con el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y suscribir¨¢ un comunicado conjunto que servir¨¢, seg¨²n Pek¨ªn, de ¡°hoja de ruta¡± para el desarrollo de la relaci¨®n bilateral. Tambi¨¦n se reunir¨¢ con los presidentes respectivos del Congreso y el Senado ¡ªAna Pastor y P¨ªo Garc¨ªa-Escudero¡ª y se dirigir¨¢ a las Cortes. En una ceremonia en el Ayuntamiento, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, le entregar¨¢ las llaves de la ciudad.
La relaci¨®n de China y Espa?a es, como la describe el Informe 2018 del Real Instituto Elcano sobre los lazos bilaterales, ¡°claramente asim¨¦trica¡± a favor de Pek¨ªn. Y esa asimetr¨ªa ¡°va a seguir creciendo, puesto que China continuar¨¢ aumentando su peso internacional¡± a un ritmo al que Espa?a no puede aspirar, explicaba Mario Esteban, investigador principal para Asia-Pac¨ªfico del Instituto, al presentar el texto en un acto en el Instituto Cervantes de Pek¨ªn.
Para Espa?a, como en 2005, el inter¨¦s en la relaci¨®n tiene car¨¢cter econ¨®mico. Se busca aumentar las exportaciones ¡ªel a?o pasado crecieron un 28% y rondaron los 6.250 millones de euros, pero Espa?a sigue arrastrando un d¨¦ficit cr¨®nico en la balanza comercial¡ª, atraer inversi¨®n china y buscar acuerdos de colaboraci¨®n entre las empresas de los dos pa¨ªses en terceros mercados.
Para China, el inter¨¦s de Espa?a es, sobre todo, pol¨ªtico. La prioridad absoluta de la pol¨ªtica exterior china es la iniciativa ¡°Nueva Ruta de la Seda¡±, la red de infraestructuras mar¨ªtimas y terrestres con la que quiere conectarse con el resto del mundo. Como subrayaba el viceministro de Exteriores Wang Chao el pasado viernes en una rueda de prensa, la posici¨®n de Espa?a en el suroeste de Europa le otorga ¡°ventajas geogr¨¢ficas ¨²nicas¡± en este proyecto y Madrid "ha respondido activamente al plan", aunque uno de sus proyectos m¨¢s emblem¨¢ticos, el tren Madrid-Yiwu, ha ofrecido hasta el momento resultados mixtos.
Pek¨ªn tambi¨¦n intenta reforzar su relaci¨®n con otros socios, dado el deterioro de sus relaciones con Estados Unidos. La visita llega apenas un par de d¨ªas antes de la cumbre del G20 en Buenos Aires y la reuni¨®n all¨ª entre Xi Jinping y el presidente de EEUU, Donald Trump, ser¨¢ crucial para intentar resolver la guerra comercial y enderezar las relaciones entre las dos grandes potencias mundiales.
Europa, a los ojos de China, representa una alternativa crucial si su disputa con Estados Unidos contin¨²a y se agrava. Pek¨ªn se est¨¢ esforzando en cultivarla y, a sus ojos, Espa?a puede jugar un papel clave: es un pa¨ªs que ha mantenido una relaci¨®n hist¨®ricamente cordial con China dentro de la UE y cuyo peso dentro de la Uni¨®n previsiblemente crecer¨¢ tras el "Brexit".
¡°Tambi¨¦n dentro de la UE existen tensiones¡± en torno al proteccionismo y el unilateralismo, apuntaba la semana pasada el director del departamento de Diplomacia Europea de la Academia China de Ciencias Sociales, Zhao Chen. Espa?a es ¡°un pa¨ªs abierto, tolerante, inclusivo, que puede ayudar a calmar esas tensiones¡±.
Madrid y Pek¨ªn ¡°comparten la misma opini¨®n, o parecida, en muchas cuestiones de relaciones internacionales o regionales¡±, sosten¨ªa por su parte Wang Chao. Ciertamente, Espa?a ha tendido a colocarse entre las voces europeas menos resonantes en p¨²blico contra la pol¨ªtica de Pek¨ªn sobre Xinjiang, T¨ªbet o Taiw¨¢n. No firm¨® la semana pasada una carta que s¨ª suscrib¨ªan quince embajadas occidentales en Pek¨ªn en la que se reclamaba una reuni¨®n con el m¨¢s alto funcionario chino en Xinjiang, Chen Jianguo, para tratar sobre los campos de reeducaci¨®n de minor¨ªas musulmanas en esa regi¨®n occidental china.
Pero tampoco ha querido apoyar el entusiasmo de Pek¨ªn por crear foros subregionales en los que tratar con los diferentes pa¨ªses europeos, como ya hace con los pa¨ªses del Este e intenta en el Sur. Unos foros que desde Bruselas se perciben como intentos de dividir a la UE. Desde Madrid se insiste en que Europa debe permanecer unida y que se comparten las reclamaciones de Bruselas sobre la propiedad intelectual y el acceso a los mercados.
Tampoco, pese a las insistencias iniciales de Pek¨ªn, Espa?a firmar¨¢ un memor¨¢ndum de entendimiento de apoyo espec¨ªfico a la Nueva Ruta de la Seda. En Europa, pa¨ªses como Grecia s¨ª han suscrito ese documento. En Madrid se subraya que la ¡°Iniciativa de la Franja y la Ruta¡± (BRI, el nombre oficial del plan) es una buena idea; pero como en Bruselas y otras capitales de la UE, en Washington o en Tokio se reclaman garant¨ªas de transparencia, viabilidad de los proyectos y que se evite que los pa¨ªses beneficiarios de los proyectos incurran en una deuda excesiva. S¨ª se suscribir¨¢n, seg¨²n el Ministerio de Exteriores chino, acuerdos para la colaboraci¨®n en terceros mercados, sobre impuestos, comercio, cultura o tecnolog¨ªa.
Una visita muy esperada
El viaje llevaba mucho tiempo en el tintero, casi desde la llegada de Xi al poder en 2012. El presidente chino hab¨ªa hecho escala brevemente en Gran Canaria en 2016, en una parada en la que se reuni¨® con la entonces vicepresidenta Soraya S¨¢ez de Santamar¨ªa. Pero para una visita de Estado se interpusieron roces como las investigaciones judiciales abiertas por la Audiencia Nacional por genocidio en el T¨ªbet contra el expresidente Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng en 2014, o la investigaci¨®n en torno al blanqueo de dinero en la sede madrile?a del banco estatal chino ICBC. El entonces presidente del gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, s¨ª viaj¨® durante el mismo periodo a Pek¨ªn: una visita de Estado en 2014 y otras dos para participar en cumbres internacionales en 2016 y 2017.
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