Los chinos prefieren comprar pisos antes que invertir en empresas espa?olas para obtener la ¡®golden visa¡¯
Afloran agencias que ofrecen el permiso de residencia por adquirir sociedades
Cuando se habla del visado oro?en Espa?a, es decir, la entrega de un permiso de residencia a un inversor extranjero por haber llevado a cabo una inversi¨®n significativa en el pa¨ªs, lo primero que le viene a la cabeza a los ciudadanos chinos es la compra de inmuebles. No es de extra?ar teniendo en cuenta que la crisis dej¨® una oferta de viviendas con unos precios y rentabilidades atractivas. Pero la ley incluye otros supuestos, entre ellos el de invertir en un proyecto empresarial: una opci¨®n que, pese a repercutir en mayor medida en la sociedad en forma de creaci¨®n de empleo e innovaci¨®n, es muy desconocida entre los potenciales inversores de este pa¨ªs asi¨¢tico y, por tanto, la menos usada con diferencia.
Pr¨¢cticamente ninguna de las agencias chinas que participaron este octubre en el Foro anual de Inmigraci¨®n e Inversi¨®n de Pek¨ªn conocen la posibilidad de que sus clientes puedan invertir en una empresa en crecimiento en Espa?a en vez de comprar all¨ª una casa. La ley espa?ola as¨ª lo contempla si el proyecto se considera ¡°de inter¨¦s general¡±, es decir, si cumple una o m¨¢s de las siguientes condiciones: creaci¨®n de empleo, impacto socioecon¨®mico de relevancia en el ¨¢mbito geogr¨¢fico en el que se desarrolle la actividad y aportaci¨®n relevante a la innovaci¨®n cient¨ªfica o tecnol¨®gica.
¡°Es un ep¨ªgrafe bastante vago que, al fin y al cabo, deja la aprobaci¨®n o rechazo de cada proyecto ¨Cy el consiguiente permiso de residencia- en manos de la discrecionalidad de las autoridades espa?olas¡±, asegura Zhao Ming, que dirige una agencia de inmigraci¨®n en Pek¨ªn. ¡°Si no tenemos criterios num¨¦ricos nuestros clientes no estar¨¢n interesados. Siempre habr¨¢ ese miedo a que rechacen la solicitud¡±, a?ade. En el caso de las viviendas, la ley establece una inversi¨®n m¨ªnima de 500.000 euros, una cifra que asciende al mill¨®n si se trata de compra de acciones o dep¨®sitos bancarios y a los dos millones si se adquiere deuda p¨²blica.
Estas dudas se reflejan en el n¨²mero de visados otorgados a inversores extracomunitarios por este motivo. Si desde septiembre de 2013 a febrero de 2018 se concedieron en total 3.630 permisos para inversores en inmobiliaria, la cifra es solamente de 64 en proyectos empresariales de inter¨¦s general, seg¨²n datos de la Secretar¨ªa de Estado de Comercio. Seis de estos corresponden a ciudadanos de origen chino, con una inversi¨®n estimada de 226,5 millones de euros. La cifra es muy alta porque hay un gran proyecto, el de la creaci¨®n de un hospital de medicina tradicional china y un centro de ense?anza asociado, que se estima en 210 millones.
Maria Eugenia Blasco, directora de Inmigraci¨®n del bufete espa?ol AGM abogados, ofrece a los inversores chinos la posibilidad de invertir en compa?¨ªas startup espa?olas ¡°de cierto nivel¡±, es decir, que tienen su proyecto en marcha y est¨¢n facturando m¨ªnimamente o bien cuyo negocio est¨¢ creado y necesitan fondos para lanzarlo masivamente. La cantidad m¨ªnima que recomienda a sus clientes es de en torno a 250.000 euros, una cifra que ha acordado con la Direcci¨®n General de Comercio Internacional e Inversiones, el organismo competente de aprobar estas solicitudes, a cambio del permiso de residencia. Se trata solo de una cifra orientativa y cada caso ser¨¢ igualmente analizado para que se cumpla el "inter¨¦s general" que marca la ley.
¡°Estamos en una fase muy inicial, la de informar de que esta opci¨®n existe y que puede beneficiarles. El hecho de invertir en un proyecto tecnol¨®gico de inter¨¦s para Espa?a, pero que a su vez puede repercutir positivamente en China, puede hacer tambi¨¦n que las autoridades de este pa¨ªs den el visto bueno a la inversi¨®n sin tener que pasar por procedimientos mucho m¨¢s tediosos, habituales cuando un ciudadano chino quiere invertir en inmobiliaria, ocio u hosteler¨ªa¡±, dice Blasco. China controla los movimientos del dinero para evitar entradas o salidas especulativas que puedan desestabilizar su econom¨ªa. Los individuos solamente pueden sacar un m¨¢ximo de 50.000 d¨®lares fuera del pa¨ªs por a?o, si bien los chinos usan otras v¨ªas para eludir este l¨ªmite.
Adem¨¢s del desconocimiento de la ley, otro aspecto que separa a los inversores chinos de las startup espa?olas es la tradicional predilecci¨®n de estos por los bienes inmuebles. Pero la recuperaci¨®n de los precios de la vivienda en Espa?a, junto a la emergencia de un potente sector tecnol¨®gico en China y una generaci¨®n de j¨®venes emprendedores, hacen posible la aparici¨®n de nuevos perfiles que busquen otras v¨ªas para invertir en Espa?a. ¡°Somos conscientes de que es dif¨ªcil y supone un importante esfuerzo de promoci¨®n por parte de todos, tambi¨¦n de la Administraci¨®n. Si al final pasa el tiempo y vemos que nadie en China est¨¢ interesado en invertir en startup nos centraremos de nuevo en el negocio inmobiliario. Pero por lo menos hay que intentarlo¡±, dice Blasco al respecto.
Una v¨ªa alternativa de financiaci¨®n
Iv¨¢n Esteban es el responsable en China de TimeCoin y ha presentado su propuesta a varios inversores del pa¨ªs asi¨¢tico. Se trata de una aplicaci¨®n m¨®vil desarrollada en Espa?a basada en la econom¨ªa social en la cual sus usuarios intercambian servicios mediante una moneda virtual, el TimeCoin. Una v¨ªa de dar y recibir servicios sin pagar ni cobrar directamente por ellos con dinero real, sino a modo de trueque. La aplicaci¨®n est¨¢ desarrollada y los canales de m¨¢rqueting preparados, pero necesitan entre 300.000 y 500.000 euros para financiar la promoci¨®n y lograr la suficiente base de usuarios para que su uso sea efectivo.
La posibilidad de que un inversor chino se sume a su proyecto se ve con buenos ojos, sobre todo si se implica en ¨¦l: ¡°No podemos cerrar la puerta a alguien que solamente nos use para el permiso de residencia, pero lo ideal ser¨ªa una persona que se involucre tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la consultor¨ªa e incluso ejerza tareas de representaci¨®n en China¡±, explica Esteban.
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