Para visitar el patrimonio mud¨¦jar de este pueblo pregunte por Angelina
Vecinas de varios pueblos de M¨¢laga se encargan de mostrar iglesias y torreones al turismo
En pleno coraz¨®n de la comarca de la Axarqu¨ªa (M¨¢laga), Corumbela desparrama sus casas por la sierra. Es una peque?a aldea que ronda los 200 habitantes, aunque sus vecinos creen que el Instituto Nacional de Estad¨ªsticas exagera. Basta pasear por sus calles para comprobarlo. Apenas existen ruidos que rompan el silencio. No hay bar. Tampoco tienda o estanco. Pero s¨ª un alminar ¨¢rabe construido en el siglo XII que hoy ejerce de campanario de una peque?a iglesia. Es el mayor tesoro de la localidad, que en su origen fue una alquer¨ªa ¨¢rabe. Pero ante la ausencia de oficina de turismo, quienes llegan hasta all¨ª deben tocar en la puerta de Angelina C¨®rdoba, una vecina que reside a un centenar de metros del monumento. Guarda las llaves del templo ¡°desde siempre¡± y es ella la persona que abre sus puertas, conoce el nombre de los santos y se?ala el artesonado de estilo mud¨¦jar. Tambi¨¦n quien invita a subir los 42 escalones del alminar, donde existe una campana que ella misma toca los s¨¢bados a las cuatro y media para llamar a misa. ¡°Vivo muy cerca y no me cuesta venir cuando alguien lo pide para que nos conozcan un poquito m¨¢s¡±, explica la mujer.
Uno de los principales atractivos de la Axarqu¨ªa es la denominada Ruta Mud¨¦jar. Incluye el alminar de Corumbela, as¨ª como la huella ¨¢rabe de otros cinco municipios separados por una veintena de kil¨®metros e infinitas curvas. Los principales monumentos son torres ¨¢rabes que ejercen de campanarios sobre las iglesias que sustituyeron a las mezquitas cuando la zona fue conquistada por los cristianos en 1487. Tienen en com¨²n el uso de ladrillo, yeser¨ªas y cer¨¢mica vidriada. Tambi¨¦n que en todos los casos son los propios vecinos quienes guardan copia de las llaves y los responsables de mostrar los tesoros a los pocos turistas que se aventuran por la zona. ¡°Es la forma tradicional en la que se han hecho siempre las cosas en los pueblos¡±, explica Antonio Jes¨²s P¨¦rez (PP), alcalde de Sayalonga, n¨²cleo urbano de 1.579 habitantes al que pertenece la pedan¨ªa de Corumbela. ¡°No podemos poner una persona del Ayuntamiento permanentemente, pero Angelina siempre est¨¢ ah¨ª¡±, a?ade el alcalde.
¡°Es la forma tradicional en la que se han hecho siempre las cosas en los pueblos¡±, explica un alcalde de la comarca de la Axarqu¨ªa
Los recursos p¨²blicos son escasos en estas peque?as localidades al pie del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama. ¡°A pesar del patrimonio que tenemos, nunca se ha apostado fuerte por el turismo¡±, cuenta Laureano Mart¨ªn (IU), alcalde de Arenas (1.190 habitantes). En dicho municipio es Isabel, que vive frente a la iglesia de Santa Catalina M¨¢rtir, la encargada de las llaves, aunque preguntando en la plaza siempre se da con alguna otra persona que las tiene. Y en la pedan¨ªa de Daimalos, donde solo residen 24 personas, son las hermanas Elsa y Regina quienes ense?an desde hace d¨¦cadas el templo dedicado al Santo Cristo de la Salud. Su alminar, del siglo XIII, ser¨¢ restaurado el a?o que viene. ¡°Para entonces esperamos tambi¨¦n contar con una oficina de turismo gracias a una subvenci¨®n de la diputaci¨®n provincial y poder concertar rutas guiadas¡±, indica el regidor que destaca la importancia que para la econom¨ªa tienen las visitas tur¨ªsticas.
A escasos 10 minutos por una carretera sin rectas se ubica ?rchez. Sus blancas calles huelen a puchero y potaje de hinojos. Tambi¨¦n a chimenea. En ellas apenas hay rastro de los 405 vecinos que, en teor¨ªa, residen en el pueblo. ¡°La mayor¨ªa son extranjeros. Van y vienen por temporadas¡±, cuenta Dolores Moyano. El documento oficial de la Diputaci¨®n Provincial de M¨¢laga explica que para visitar la iglesia hay que ¡°preguntar por Amanda o Carmelina en plaza Alminar¡±. Sin embargo, es ella quien se encarga de abrir la iglesia de Nuestra Se?ora de la Encarnaci¨®n. Su disponibilidad depende de la hora y el d¨ªa. ¡°No puedo estar siempre¡±, explica la mujer, que vive justo enfrente del templo. Al abrir la puerta encuentra una factura de Iberdrola en el suelo. ¡°Mira, ya ha llegado la luz¡±, dice sonriente mientras la recoge y espera a que los turistas pasen. El recinto es tan humilde como el pueblo. Cuenta con apenas 22 bancos (¡°y sobran, para una docena de personas que van a misa¡±) y algunas sencillas im¨¢genes como las de San Ant¨®n y San Sebasti¨¢n, a ambos lados de la Virgen. Destaca, eso s¨ª, una moreneta que un vecino trajo de Barcelona ¡°cuando volvi¨® de trabajar all¨ª muchos a?os¡±, asegura Dolores, que en cinco minutos informa de las novedades locales.
A sus 80 a?os, Esperanza Fern¨¢ndez guarda la llave ¡ªque hered¨® de sus padres¡ª de la iglesia de Santa Ana de Solares
En la parte trasera del edificio existe un alminar del siglo XIV que tiene acceso independiente. Dar con su llave resulta m¨¢s dif¨ªcil, aunque basta preguntar en el Covir¨¢n. En ?rchez todos los caminos llevan hasta este supermercado, que hace las veces de plaza del pueblo y posee un curioso techo de yeso que le asemeja a una cueva. Desde all¨ª se moviliza a los vecinos hasta que alguien puede abrir el viejo torre¨®n, declarado monumento hist¨®rico-art¨ªstico del patrimonio nacional en 1979, para mostrarlo a los visitantes. Considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura almohade en el sur de Espa?a, recuerda a La Giralda sevillana, aunque en color albero. Posee una escalera en espiral para subir al campanario a?adido por los cristianos a principios del siglo XVI. Un panel junto a su entrada explica que puede subir ¡°cualquier persona en edad de merecer o soltero¡±.
Salares es otro de los pueblos m¨¢s peque?os de la provincia de M¨¢laga con 175 habitantes censados, aunque muchos de ellos viven en Torre del Mar y otros puntos de la Costa del Sol Occidental. A sus 80 a?os, Esperanza Fern¨¢ndez guarda la llave ¡ªque hered¨® de sus padres¡ª de la iglesia de Santa Ana, que a¨²n conserva su alminar de ladrillo rojo construido entre los siglos XIII y XIV y ha sido restaurado recientemente. ¡°Venga, que os la ense?o¡±, dice a quien llama a las puertas de su vivienda de la calle Puente, que acaba en un bonito puente romano. Mientras llega, recomienda visitar el patio de la antigua mezquita. ¡°?Es bonito o no?¡±, pregunta con una sonrisa de orgullo en la cara. ¡°A los forasteros les encanta¡±, responde ella misma.
Con dificultad, Esperanza abre la puerta del templo, que es pr¨¢cticamente una extensi¨®n de su casa. Es oscuro y con olor a humedad. La mujer se sienta en uno de los bancos y se?ala el bonito artesonado de madera de estilo mud¨¦jar del techo y un mural dedicado a la patrona del municipio, Santa Ana, realizado por el pintor Moreno Ortega hace dos d¨¦cadas. A su lado hay una imagen del patr¨®n, San Ant¨®n, con el tradicional cochinillo a sus pies. Hace poco instalaron ventiladores en las paredes ¡°porque el cura es muy caluroso¡±, cuenta la anfitriona mientras llega Manolo, otro de los vecinos que puede abrir la iglesia y que se encarga tambi¨¦n de cuidar las im¨¢genes de los santos. ¡°Con ellos es todo mucho m¨¢s f¨¢cil. Ayudan much¨ªsimo a fomentar el turismo en el pueblo¡±, a?ade Pablo Crespillo, alcalde de Salares.
Muy cerca, en Sedella, hay que preguntar en los alrededores de la iglesia para poder visitarla, aunque lo m¨¢s interesante del municipio es la Casa Torre¨®n, que conserva en su parte m¨¢s alta la arquitectura mud¨¦jar y est¨¢ decorado con ornamentos de est¨¦tica morisca. ¡°Una vecina abre la puerta, otra toca la campana y otras muchas se encargan de su mantenimiento para que siempre luzca perfecta¡±, destaca Francisco Abolafio (IU), alcalde de la localidad. Como tantas otras personas de estos pueblos, han hecho de las iglesias y sus alminares una parte m¨¢s de sus viviendas.
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