Muere Amaya Ruiz Ib¨¢rruri, hija de Pasionaria
?ltima superviviente de los seis hijos de la hist¨®rica dirigente comunista, la carrera pol¨ªtica de su madre y el exilio en la URSS tras la Guerra Civil marcaron su existencia
Amaya Ruiz Ib¨¢rruri, fallecida ayer en Madrid a los 95 a?os, conoci¨® la pobreza en su infancia en Somorrostro (Bizkaia), donde naci¨®, y despu¨¦s los sobresaltos de la clandestinidad, la separaci¨®n de su familia durante la Guerra Civil, el exilio en la URSS, la invasi¨®n nazi y la evacuaci¨®n de Mosc¨². Pero, sobre todo, comparti¨® el destino de su madre, la legendaria Dolores Ib¨¢rruri, Pasionaria.
Ser hija de la Pasionaria y crecer en el campo magn¨¦tico de aquella l¨ªder comunista imprime car¨¢cter. Amaya era una mujer t¨ªmida, y no debi¨® de ser nada f¨¢cil para ella vivir su vida, seg¨²n se desprende de sus memorias in¨¦ditas, que est¨¢n siendo elaboradas por Dolores Ruiz Sergu¨¦iev, la menor de los tres hijos ¡ªlos otros son Fedor y Rub¨¦n¡ª nacidos del matrimonio que contrajo en 1951 con el militar sovi¨¦tico Artiom Sergu¨¦iev. Criado en la familia de Stalin, Artiom, quien lleg¨® a ser general y falleci¨® en 2008, era hijo de un l¨ªder bolchevique oriundo de la zona minera de Donb¨¢s muerto en extra?as circunstancias.
Artiom era amigo y camarada de Rub¨¦n Ruiz, hijo de Dolores y hermano de Amaya, que pereci¨® durante la defensa de Stalingrado contra los ocupantes nazis. Punto de inflexi¨®n crucial en su vida, fue su divorcio de Artiom, despu¨¦s de vivir con ¨¦l viajando de guarnici¨®n en guarnici¨®n por el territorio de la URSS, incluida la zona occidental de Ucrania, donde el militar era el jefe de una brigada que combat¨ªa a la guerrilla nacionalista ucraniana.
¡°Mi matrimonio dur¨® m¨¢s de veinte a?os. Pero lleg¨® el momento en que deb¨ª elegir entre dos opciones. La primera ir tras ¨¦l, de unidad en unidad, (¡) renunciar a todo mi pasado, a todo lo que me ligaba a Espa?a, sobre todo abandonar a mi madre. Y eleg¨ª quedarme con mi madre y Espa?a¡±, escribe Amaya en sus memorias.
?nica superviviente de los seis hijos que tuvo la Pasionaria, Amaya recordaba una infancia de privaciones, en una casa sin electricidad, donde Dolores cos¨ªa para sacar adelante a su familia, mientras su padre, Juli¨¢n Ruiz, trabajaba como minero. La primera mu?eca de Amaya fue confeccionada por su madre: era de trapo y ten¨ªa un garbanzo por cabeza. La segunda ¡ªun regalo de Pasionaria a la vuelta de un viaje a la URSS en 1933¡ª era de porcelana e iba vestida de campesina rusa.
En sus memorias, Amaya recuerda su traslado a Madrid por exigencias del trabajo pol¨ªtico de su madre, la continua mudanza de un piso a otro por razones de seguridad, las visitas de las c¨¢rceles en las que internaban a la activista... Aquella vida dur¨® hasta su traslado a la Uni¨®n Sovi¨¦tica con pasaporte falso en compa?¨ªa de su hermano en 1935.
¡°Con nuestra marcha, comenz¨® una nueva e imprevisible etapa en nuestras vidas. Vino la larga separaci¨®n de nuestros padres, en un pa¨ªs completamente diferente al nuestro, con un clima fr¨ªo, con un idioma dif¨ªcil, con costumbres muy distintas a las de nuestro pa¨ªs, que ten¨ªamos que asimilar a la fuerza¡±, escribe Amaya. ¡°Jam¨¢s pensamos, ni lo pens¨® mi madre, que en nuestro pa¨ªs iba a haber una guerra civil y que ¨ªbamos a estar condenados a vivir fuera de Espa?a casi cuarenta a?os¡±.
La separaron de su hermano y la enviaron a la Casa Infantil Internacional de Iv¨¢novo, a 300 kil¨®metros de Mosc¨². ¡°A nadie se le pas¨® por la cabeza que la separaci¨®n de los dos hermanos en un pa¨ªs completamente desconocido (¡) supon¨ªa un gran choque emocional, un duro golpe para nosotros¡±, se?ala.
Desde la URSS viaj¨® a Espa?a para visitar a la Pasionaria en 1938, pero fue una visita breve, pues Dolores no ten¨ªa tiempo para atenderla, y la ni?a regres¨® a Mosc¨², donde su madre se unir¨ªa a ella una vez concluida la Guerra Civil.
Despu¨¦s de la invasi¨®n nazi de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Amaya fue evacuada a Bashkiria, en la zona de los Urales, y all¨ª trasladada a una escuela en Kusnar¨¦nkovo, donde hab¨ªa hijos de revolucionarios de diversos pa¨ªses de Europa, incluido un tal Misha alem¨¢n que en el futuro llegar¨ªa a ser el superesp¨ªa de la RDA Markus Wolf.
Filosof¨ªa y ametralladoras
En Kusnar¨¦nkovo, adem¨¢s de aprender filosof¨ªa e historia del movimiento obrero internacional, Amaya aprendi¨® a manejar la ametralladora y a lanzar granadas.
Con la disoluci¨®n de la Internacional Comunista, en 1943, la escuela cerr¨® sus puertas. El grupo espa?ol, formado por ni?os de la guerra y tambi¨¦n exiliados que hab¨ªan hecho la Guerra Civil no pudo volver a Espa?a.
Amaya vivi¨® con Pasionaria, cuando esta estuvo en Francia trabajando para el PCE, pero, durante la Guerra Fr¨ªa, tras un viaje de su madre a Mosc¨², el general Charles de Gaulle no le dio permiso para regresar a Francia. Madre e hija se quedaron a vivir en la URSS, y en 1949 Amaya ingres¨® en la Facultad de Historia de la Universidad de Mosc¨². Trabaj¨® despu¨¦s en la Facultad de Filolog¨ªa de esa misma universidad y en el Instituto del Movimiento Obrero Internacional de la Academia de Ciencias de la URSS, desde 1966 hasta 1988, a?o en el que se jubil¨®.
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