La mujer yihadista espa?ola aprende a camuflarse
Las redes del terrorismo islamista se adaptan a los golpes policiales y a la creciente presi¨®n social
El grupo de Whatsapp se qued¨® casi vac¨ªo de golpe. Cuando la Polic¨ªa Nacional desencaden¨®, en agosto de 2014, la Operaci¨®n Kibera contra la principal red de captaci¨®n de mujeres para casarse o ejercer como esclavas sexuales de combatientes del Estado Isl¨¢mico, las mujeres de Ceuta y Melilla que recib¨ªan adoctrinamiento a trav¨¦s de esa red social, alrededor de una treintena, borraron su perfil a toda velocidad. ¡°Fue una aut¨¦ntica espantada digital¡±, lo describe un mando de la lucha antiterrorista. Despu¨¦s de aquella operaci¨®n, que ha tenido varias secuelas ¨Cla ¨²ltima el pasado noviembre con la detenci¨®n en Francia de una c¨¦lula de env¨ªo de remesas de dinero a Siria- las redes yihadistas est¨¢n aprendiendo a camuflarse mejor en Internet, seg¨²n los investigadores.
El pasado septiembre, la Audiencia Nacional dict¨® dos sentencias que ponen de relieve el papel de la mujer en las franquicias yihadistas. Una de ellas es la de la Operaci¨®n Kibera: en ella cuatro mujeres y un hombre, Yawad Mohamed, aceptaron penas de hasta cinco a?os de c¨¢rcel por el env¨ªo de ¡°voluntarias¡± a Irak y Siria para enrolarse en el ISIS. La otra, derivada de la anterior, conden¨® a una red de adoctrinamiento administrada por dos amigas, Sanae Boughroum y Laila Haira.
Ambas redes de captaci¨®n estuvieron activas entre 2014 y 2015, despu¨¦s de que Abu Bakr Al-Baghdadi proclamara el Estado Isl¨¢mico y la red terrorista alcanzara su apogeo en Siria e Irak. En aquellos a?os, la propaganda y los canales de financiaci¨®n yihadista funcionaban a pleno rendimiento y cerca de 40.000 personas, en su mayor¨ªa hombres, se desplazaron a las zonas de conflicto desde diferentes pa¨ªses. De ellos, alrededor de 220 eran espa?oles o residentes en Espa?a. Hoy, la tortilla se ha dado la vuelta. El ISIS ha perdido el control de los territorios que lleg¨® a conquistar y apenas controla algunos bastiones en la ribera del ?ufrates, entre Siria e Irak y ¨¢reas poco pobladas en ambos estados.
¡°Irse para all¨¢ ahora es imposible, casi todos los que est¨¢n all¨ª y tenemos controlados quieren retornar. Estamos controlando m¨¢s los retornos que los desplazamientos hacia la zona de conflicto. Lo que pasa es que salir de all¨ª tampoco es f¨¢cil: tienen que pasar antes el triple filtro de las milicias kurdas, de las fuerzas gubernamentales y de la coalici¨®n internacional¡±, afirman fuentes policiales.
El Estado Isl¨¢mico es una organizaci¨®n absolutamente descentralizada, lo que complica la labor policial a la hora de atribuir a un investigado la pertenencia a la red terrorista. Pese a este car¨¢cter disperso, lo que sucede en el n¨²cleo de conflicto tiene su reflejo en los nodos o ¡°franquicias¡± yihadistas. As¨ª, en 2012, las mujeres no viajaban a Siria e Irak: los combatientes eran en su mayor¨ªa hombres con preparaci¨®n militar. Con la proclamaci¨®n del Estado Isl¨¢mico, los desplazamientos se multiplicaron, y con ellos los viajes de las mujeres, que empiezan a viajar, de un modo absolutamente subordinado al hombre principalmente para cubrir las necesidades sexuales de estos, seg¨²n los analistas policiales. A partir de finales de 2014 y comienzos de 2015, el retroceso del ISIS otorg¨® un nuevo papel a la mujer: por necesidades de la guerra, pas¨® a combatir, muchas veces en misiones suicidas. Los terroristas comienzan a captar menores como carne de ca?¨®n.
¡°El Estado Isl¨¢mico tiene un gran gabinete de comunicaci¨®n¡±, constatan los expertos policiales. La red terrorista produce contenidos yihadistas globales que luego una serie de ¡°productoras¡± locales adapta al mercado espec¨ªfico de cada pa¨ªs, e incluso a los gustos espec¨ªficos de hombres y mujeres. Mientras que para aquellos se realizan v¨ªdeos y llamamientos de propaganda mucho m¨¢s violentos, que aprovechan la mayor rapidez de radicalizaci¨®n del hombre, para estas se producen unos contenidos m¨¢s ¡°rom¨¢nticos¡± con apuestos muyahidines o pr¨ªncipes con los que aspiran a casarse. ¡°Las primeras mujeres que viajaron a la zona de combate se grababan en palacios para crear la ilusi¨®n de que iban a vivir entre riquezas. Era una propaganda falaz: en realidad casi no ten¨ªan ni para comer¡±, afirman los polic¨ªas.
El grupo de adoctrinamiento desarticulado en la operaci¨®n Kibera funcionaba en varios escalones. Primero se formaban grupos de Whatsapp de 30 o 40 mujeres en los que se propon¨ªan temas de conversaci¨®n de supuesto inter¨¦s femenino, seg¨²n los c¨¢nones del islamismo radical, como la cocina o la religi¨®n. En esos grupos, los dinamizadores lanzaban de vez en cuando ¡°anzuelos¡±, como fotos de muyahidines o de ataques de Israel a los territorios ocupados en Palestina. Quienes picaban y comentaban esas im¨¢genes eran posteriormente contactadas una a una, y eran sometidas a un adoctrinamiento en persona en domicilios para animarlas a desplazarse a zonas de conflicto.
Estos canales de comunicaci¨®n contin¨²an funcionando en la actualidad, seg¨²n fuentes policiales, aunque sin la capacidad de penetraci¨®n de 2014. ¡°La idealizaci¨®n del ISIS de hace cuatro a?os ya no existe, las derrotas sucesivas les han hecho comprender la realidad, pero el Estado Isl¨¢mico sigue suscitando simpat¨ªa y sigue habiendo aficionados a los que hay que controlar¡±, afirma un polic¨ªa utilizando una met¨¢fora futbol¨ªstica.
La red terrorista, adem¨¢s de una gran capacidad de difusi¨®n de propaganda, tiene unos notables servicios jur¨ªdicos que les llevan a adaptar sus m¨¦todos de captaci¨®n a medida que, a fuerza de ser desarticulados, aprenden las pautas de investigaci¨®n policiales. ¡°Muchos tienen antecedentes por delitos comunes, y son muy precoces. Los ideales yihadistas pesan mucho y el paso por la c¨¢rcel, m¨¢s que reinsertarles, hace que se crezcan ante el sistema. Lo conocen y aprenden sus grietas¡±, afirman los investigadores. La red trata de hacer m¨¢s opacos sus canales de financiaci¨®n, en el punto de mira de las fuerzas de seguridad. De las transferencias por Western Union o MoneyGram se pasa al sistema a la hawala, un sistema de entrega de fondos a trav¨¦s de intermediarios en los puntos de origen y destino del dinero que hace que este no viaje.
¡°La amenaza yihadista es ahora mucho m¨¢s clandestina, los malos saben esconderse mejor, las organizaciones perduran, pero se comienza a detectar cierto aislamiento, sienten la presi¨®n social, y surge la desconfianza entre ellas. Una vez detectamos una reuni¨®n de mujeres, con la excusa de cocinar o de ver ropas ¨Csiempre con velos integrales-. Cuando surgieron menciones al yihadismo, varias abandonaron el encuentro, algo que antes no suced¨ªa¡±, comenta un mando policial, que hace hincapi¨¦ en la necesidad de poner en marcha planes de desradicalizaci¨®n. Fuentes policiales se?alan que en la frontera de Jordania, aproximadamente una de cada cuatro mujeres procedente de la zona de conflicto que solicita asilo pol¨ªtico rechaza quitarse el velo para que se le haga la rese?a policial. ¡°Eso no quiere decir que todas sean terroristas, faltar¨ªa m¨¢s. Pero s¨ª que son muy radicales¡±, afirma ese mando.
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