El asesino que susurraba pistas falsas a la polic¨ªa
Alejandro Cuartero mat¨® a familiares de su exnovia y trat¨® de implicarla inventando mensajes
[* Este art¨ªculo fue publicado originalmente en la edici¨®n impresa del 29 de agosto de 2015]
Antes de morir en prisi¨®n, v¨ªctima de un c¨¢ncer, en 2014, Alejandro Cuartero segu¨ªa neg¨¢ndolo todo. Pese al alud de pruebas que le incriminan y la sentencia dictada en su contra, sosten¨ªa que no tuvo ninguna implicaci¨®n en el asesinato de una pareja de ancianos y de su nieta de 16 a?os. Las tres v¨ªctimas eran familiares ¡ªlos padres y una sobrina¡ª de M¨°nica Claveguera, que hab¨ªa sido su pareja durante diez a?os y que le dej¨®, seg¨²n ¨¦l, porque enferm¨® de c¨¢ncer. Volver con ella se convirti¨®, desde entonces, en una obsesi¨®n que gui¨® todos sus pasos.
La ma?ana del 27 de enero de 2012, Cuartero acudi¨® al piso de la calle Sardenya de Barcelona, donde M¨°nica viv¨ªa con sus padres y una sobrina. Ella no estaba en casa, pero su familia s¨ª. El hombre les mat¨® a golpes de martillo y trat¨® de elaborar pistas estrafalarias para convencer a la polic¨ªa de que ella era la responsable de los cr¨ªmenes.
Josep Porta, jefe de homicidios de los Mossos d¡¯Esquadra, recuerda con nitidez el llamado triple crimen del Eixample. Porta no cree que Cuartero intentara hacer da?o a M¨°nica a trav¨¦s de la familia m¨¢s cercana. Opina, m¨¢s bien, que el asesino ve¨ªa en los abuelos y la sobrina un obst¨¢culo para retomar su tortuosa historia de amor. Ella le hab¨ªa dejado un a?o antes, pero ¨¦l no lo acept¨® y la someti¨® a un acoso implacable. Durante ese tiempo se segu¨ªan viendo e incluso manten¨ªan relaciones sexuales. ¡°Era para quit¨¢rmelo de encima¡±, dir¨ªa M¨°nica, abrumada, en el juicio.
Cuartero puso toda su energ¨ªa en desvincularse de los asesinatos. A los investigadores les sorprendi¨® que, la primera vez que hablaron con ¨¦l, diera toda clase de explicaciones que nadie le hab¨ªa pedido. En especial, que echara pestes sobre la adolescente de 16 a?os pese a que acababa de morir de un modo horrible y brutal. Los polic¨ªas supieron que estaban frente a un hombre incapaz para la empat¨ªa y con rasgos de psic¨®pata. ¡°Ten¨ªa un car¨¢cter egoc¨¦ntrico, muy de cara a la galer¨ªa, hablaba siempre por encima de sus posibilidades...¡±, recuerda Porta.
El triple homicida sostuvo que M¨°nica, funcionaria de la Generalitat, era la ¨²nica persona que sal¨ªa beneficiada con el crimen, ya que se hac¨ªa con la herencia de sus padres y se libraba de la penosa carga de lidiar con una adolescente ¡°caprichosa¡± y problem¨¢tica.
¡°Pensaba que iba a confundirnos porque se sent¨ªa superior. Y elabor¨® una estrategia para intentar dirigir la investigaci¨®n¡±, se?ala el jefe de homicidios. Cuartero dedujo que tendr¨ªa el tel¨¦fono intervenido y aprovech¨® las llamadas y los mensajes para involucrar a su ex. Y, tambi¨¦n, para inocular su versi¨®n a quienes le escuchaban. ¡°Llegaba un momento en que hablaba para nosotros. Estaba las 24 horas dedicado a eso¡±, afirma Porta. En sus maquinaciones, lleg¨® a confeccionar cartas escritas por falsos sicarios que exig¨ªan a M¨°nica el pago de la cantidad supuestamente pactada para ejecutar el crimen. ¡°Rubia, el bonus era por dos y salieron tres. Nos debes guita. P¨¢sate por donde sabes y cerramos business¡±, escribi¨® Cuartero. Esas cartas coincid¨ªan con mensajes de texto que ¨¦l mismo hab¨ªa enviado al m¨®vil de M¨°nica antes de ser detenido.
Los Mossos creen que se desmoron¨® cuando ¡°se le retir¨® el acceso¡± a su expareja. A M¨°nica tambi¨¦n la sondearon, pero descartaron que estuviera involucrada. La ¨²nica duda que les queda a los investigadores es si, dado que ella misma era v¨ªctima de llamadas y seguimientos, pudo llegar a imaginar que Cuartero ser¨ªa capaz de matar. Ella lo neg¨® en la vista: ¡°No pens¨¦ que fuera peligroso... Lo era, pero porque a m¨ª me torturaba¡±.
Dos a?os despu¨¦s del suceso, Cuartero fue condenado a 59 a?os de prisi¨®n por tres asesinatos con alevos¨ªa. La prueba que le incrimin¨® de manera definitiva, m¨¢s all¨¢ de sus propias extravagancias, fueron los restos de sangre de la menor que los Mossos hallaron en el cord¨®n de sus gafas.
Alejandro Cuartero Gil naci¨® en Barcelona. Era padre de una hija, exhibicionista y aficionado a las motos. Muri¨® con 65 a?os en 2014? mientras cumpl¨ªa la pena de prisi¨®n a la que fue condenado (59 a?os) v¨ªctima de un c¨¢ncer. Cuando cometi¨® el crimen ya ten¨ªa un tumor cerebral, pero los forenses descartaron que hubiera influido en su capacidad de decisi¨®n.? Los Mossos hallaron restos de sangre de una de sus v¨ªctimas (la menor) en el cord¨®n de sus gafas. Ingres¨® en prisi¨®n provisional menos de un mes despu¨¦s del triple crimen.
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