El ¡®n¨²mero dos¡¯ hizo de ¡®n¨²mero uno¡¯ durante el 1-O

Josep Llu¨ªs Trapero era el jefe de los Mossos durante el proc¨¦s. Pero ante uno de los mayores desaf¨ªos de la polic¨ªa catalana ¡ªla gesti¨®n del 1-O¡ª, el temperamental major deleg¨® el grueso del trabajo en su discreto n¨²mero dos, el comisario Ferran L¨®pez. Fue L¨®pez y no Trapero quien asisti¨® a las reuniones de coordinaci¨®n, quien lidi¨® con el p¨¦treo coronel Diego P¨¦rez de los Cobos, quien pact¨® los planes de actuaci¨®n para evitar el refer¨¦ndum.

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Lejos de la trinchera, Trapero emple¨® a L¨®pez como emisario, pacificador y negociador con la Polic¨ªa y la Guardia Civil. Y L¨®pez se convirti¨® en los ojos y los o¨ªdos del jefe de los Mossos. ¡°La respuesta que nos traslada Ferran...¡±, ¡°es lo que relata el comisario¡±, ¡°L¨®pez mantuvo una interlocuci¨®n constante con los mandos¡±, repiti¨® Trapero, quien incluso sugiri¨® que todo ello lo corroborar¨¢ el propio aludido en su declaraci¨®n como testigo.

La turbulenta designaci¨®n de P¨¦rez de los Cobos como ¡°coordinador¡± del dispositivo para evitar el refer¨¦ndum ilegal catapult¨® al n¨²mero dos al papel protagonista. Trapero hab¨ªa puesto pegas a la figura del coronel de la Guardia Civil, con quien choc¨® desde el principio, dos gallos en un gallinero. Este jueves vino a reconocer que no gestion¨® bien el conflicto. El caso es que deleg¨® en L¨®pez, de talante m¨¢s conciliador.

El comisario acudi¨® a ¡°todas las reuniones de coordinaci¨®n¡± celebradas en la Fiscal¨ªa. Y se vio negociando con los n¨²meros uno de la Polic¨ªa (Sebasti¨¢n Trapote) y de la Guardia Civil (?ngel Gozalo) en Catalu?a. En su declaraci¨®n, De los Cobos admiti¨® que, cuando desapareci¨® Trapero, se rebaj¨® el clima de ¡°tensi¨®n¡± porque con el otro, el segundo, s¨ª se pod¨ªa dialogar.

Las instrucciones del fiscal situaban a los Mossos en primera l¨ªnea para evitar el 1-O. Pero esas ¨®rdenes decayeron con el auto del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a de 27 de septiembre de 2017, que situaba a las tres fuerzas en situaci¨®n de igualdad y les obligaba a aunar esfuerzos ante la inminencia de la consulta ilegal y visto que el Govern no daba marcha atr¨¢s.

La coordinaci¨®n nunca ha sido el fuerte de los cuerpos policiales, siempre desconfiados, ansiosos por colgarse la medalla. Pero, con L¨®pez en modo dialogante, parec¨ªa que la maquinaria se activaba. Y que se alcanzaron consensos. Eso es, al menos, lo que el comisario traslad¨® a su jefe (¡°yo no estaba en las reuniones¡±, admiti¨® Trapero). Entre otras cosas, L¨®pez ¡°pact¨®¡± con los otros mandos el ¡°binomio¡±, una f¨®rmula que m¨¢s tarde ser¨ªa pol¨¦mica y calificada de ¡°estafa¡± por De los Cobos: enviar una patrulla de mossos uniformados a cada uno de los m¨¢s de 2.200 colegios electorales. El emisario L¨®pez tambi¨¦n acord¨®, supuestamente, que la Polic¨ªa y la Guardia Civil, con una mayor fuerza de choque ¡ª6.000 antidisturbios enviados a Catalu?a¡ª se har¨ªan cargo de ¡°la mayor parte del orden p¨²blico¡±.

Nada funcion¨®

Trapero explic¨® que, la noche del 30 de septiembre, L¨®pez se despidi¨® amigablemente de los otros mandos y todos se emplazaron para el d¨ªa D. Llegado el momento, nada funcion¨®. Cuando las fuerzas del Estado empezaron a cargar contra ciudadanos, L¨®pez llam¨® a De los Cobos para pedirle explicaciones. Este qued¨® en devolverle la llamada. No lo hizo. Luego acudi¨® a la reuni¨®n acordada. El coronel la anul¨®.

El destino no pudo deparar caminos m¨¢s distintos a Trapero y a L¨®pez. Tras la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, el major fue destituido y se abri¨® una causa penal contra ¨¦l que le mantiene procesado por rebeli¨®n. Afronta una petici¨®n de 11 a?os de c¨¢rcel por haber puesto a los Mossos al servicio del plan independentista, algo que niega. Pese a que hab¨ªa participado igual (o m¨¢s que ¨¦l) en el dise?o del operativo, L¨®pez en cambio fue aupado temporalmente a la jefatura de los Mossos. ¡°Ten¨ªa toda mi confianza en su criterio¡±, dijo de ¨¦l Trapero.