El cura que mat¨® a un monaguillo de 47 pu?aladas en Valencia
Un libro revel¨® en 2004 que el religioso no fue excomulgado y que sigui¨® ejerciendo como vicario en Lleida. La familia de la v¨ªctima se sinti¨® enga?ada
¡°El diablo est¨¢ en todas partes¡±, se lamentaban los vecinos de Puerto de Sagunto (Valencia) en 1971. Ninguno de ellos comprend¨ªa qu¨¦ pudo pasar por la cabeza del sacerdote Jos¨¦ Prat para que cosiera con 47 pu?aladas el cuerpo de su monaguillo, Francisco Calero Naval¨®n, conocido como Paquito. Ten¨ªa nueve a?os. Su asesinato convulsion¨® a una Espa?a a¨²n en blanco y negro. El religioso fue condenado a 17 a?os de reclusi¨®n que no cumpli¨®, seg¨²n un libro publicado en 2004 por la orden a la que pertenec¨ªa, la de los misioneros pa¨²les. La familia de la v¨ªctima se sinti¨® enga?ada. Le dijeron que el cura hab¨ªa sido excomulgado, pero lo cierto es que solo pas¨® ocho a?os retirado. Despu¨¦s ejerci¨® de vicario en Lleida.
Martes 2 de marzo de 1971. El sacerdote Jos¨¦ Prat transita por la plaza de la Alameda, donde se encuentra la parroquia de Nuestra Se?ora de Bego?a. Aqu¨ª hace las veces de p¨¢rroco de forma temporal, ya que el titular hab¨ªa fallecido unos meses antes. En torno a las seis de la tarde, el religioso entra en el colegio Ram¨®n Gam¨®n para preguntar por Paquito alegando que lo necesita. El peque?o sale de clase y juntos se encaminan al templo, donde diariamente se ofrece una misa a las siete de la tarde. Ese d¨ªa no lleg¨® a celebrarse. En ese corto espacio de tiempo Prat acribill¨® a pu?aladas al ni?o en la sacrist¨ªa de la parroquia. Antes le hab¨ªa golpeado la cabeza y hab¨ªa tratado de estrangularlo.
El arma homicida fue un abrecartas en forma de espada, tal y como recoge la cr¨®nica publicada el 13 de marzo de aquel a?o por el semanario El Caso. El fondo puede consultarse en la biblioteca de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Hasta en 47 ocasiones penetr¨® el sacerdote el peque?o cuerpo de Paquito. En una de ellas seccion¨® una de las arterias car¨®tidas, una herida mortal por la que el ni?o se desangr¨® con rapidez. Cuando el sacerdote se dio cuenta del crimen que hab¨ªa cometido, se lav¨®, se cambi¨® de ropa, se perfum¨® y fue a entregarse a la justicia. En ese momento se cruz¨® en el despacho con otro cura, Jaime Pons, que qued¨® horrorizado por la escena. Prat le dijo que iba a ponerse a disposici¨®n de la Guardia Civil, que hab¨ªa sido v¨ªctima de un ataque de enajenaci¨®n mental y que durante ese episodio hab¨ªa matado al monaguillo.
¡°Un ni?o muy bueno¡±
Los vecinos reconocieron que estaban sorprendidos por lo que hab¨ªa ocurrido, ya que hasta entonces el sacerdote hab¨ªa demostrado ser muy serio. Otros lo describ¨ªan como una persona con ¡°muchas rarezas¡± que ni siquiera entregaba las llaves de la iglesia a las limpiadoras. Su compa?ero en la orden, Jaime Pons, asegur¨® que el cura hab¨ªa padecido un ataque de locura y lo achac¨® a que Prat sufri¨® ¡°una fuerte impresi¨®n¡± meses atr¨¢s, despu¨¦s de que el p¨¢rroco de su iglesia muriese de un infarto en sus brazos. ¡°Me dijo varias veces que no hab¨ªa podido olvidar aquel momento¡±, rememoraba el religioso en una de las siete p¨¢ginas que la publicaci¨®n de sucesos dedic¨® al crimen.
Los compa?eros de juegos definieron a la v¨ªctima como ¡°un ni?o simp¨¢tico y muy bueno¡± que ¡°nunca hac¨ªa travesuras y se portaba bien con todo el mundo¡±. Paquito era el ¨²nico hijo var¨®n de los tres que ten¨ªa Isabel Naval¨®n, una mujer de 28 a?os. Su marido, minero, hab¨ªa muerto de silicosis seis a?os atr¨¢s y ella tuvo que hacer todo tipo de trabajos para sacar adelante a la familia: limpi¨® casas y finalmente consigui¨® colocarse como empleada de limpieza en la empresa Sierra Menera. Cuando su peque?o le sugiri¨® la posibilidad de hacerse monaguillo, la mujer estuvo de acuerdo porque cre¨ªa que, al tener que salir de casa ella para trabajar, era mejor que el ni?o estuviese en la iglesia porque ¡°en la calle solo pod¨ªa aprender cosas malas¡±.
Prat explic¨® a las autoridades que aquella ma?ana invernal se despert¨® obsesionado por una ¡°terrible idea¡± que le acompa?¨® durante todo el d¨ªa: ten¨ªa que matar a un ni?o. Fue hasta Valencia para distraerse y quitarse esa sensaci¨®n de la cabeza. A su vuelta a Sagunto, pase¨® por sus calles a la b¨²squeda de alguna v¨ªctima, pero no se decidi¨®. Luego pas¨® por el colegio a recoger a Paquito y el peque?o le sigui¨®. Tras firmar la declaraci¨®n, el sacerdote fue trasladado a Valencia, donde permaneci¨® tres d¨ªas detenido en las dependencias del Palacio Arzobispal (era lo previsto en el Concordato de 1953, vigente para cl¨¦rigos encausados). Luego, el arzobispo autoriz¨® su traslado a la c¨¢rcel Modelo. El 10 de marzo comenz¨® en la Audiencia Provincial de Valencia el juicio por el homicidio perpetrado por Jos¨¦ Prat, que entonces contaba con 53 a?os.
Condenado a 17 a?os
M¨¢s de 300 personas se congregaron aquel d¨ªa a las puertas del tribunal. La acusaci¨®n particular solicit¨® pena de muerte para el sacerdote, que fue finalmente condenado a 17 a?os de reclusi¨®n. Sin embargo, el religioso no cumpli¨® la pena, seg¨²n recoge un libro publicado en 2004. En 121 mallorquins, el padre Jos¨¦ Barcel¨® desgrana la vida de destacados miembros de los misioneros paules por el tricentenario de la Orden. De Jos¨¦ Prat, fallecido en 2002 a los 85 a?os, cuenta que naci¨® en Inca (Mallorca) en 1917, que estudi¨® Farmacia y que luch¨® en la Guerra Civil. Terminada esta, abraz¨® la vocaci¨®n sacerdotal y, tras ejercer su ministerio en Sudam¨¦rica y Nueva York, regres¨® a Espa?a.
No hay rastro del asesinato que cometi¨®. El texto solo cita que ¡°trabajando de vicario en Puerto de Sagunto tuvo un problema muy grave que asumi¨® con fortaleza y humildad. Pas¨® ocho a?os retirado en T¨¢ngel (Alicante) y luego estuvo en el barrio de La Bordeta, en Lleida, como vicario¡±. Este peri¨®dico no ha podido contactar con la familia del monaguillo asesinado. Una de sus hermanas calific¨® en 2011 de ¡°indignante¡± que el cura que mat¨® al ni?o siguiera en activo, ya que ¡°en las iglesias siempre hay ni?os¡±. ¡°Mi madre y yo estamos destrozadas. Saber que el cura que mat¨® a mi hermano luego fue vicario en Lleida y muri¨® arropado por la Iglesia en una residencia ha sido muy duro. Siempre nos dijeron que lo excomulgaron. Ahora sabemos que la Iglesia nos enga?¨®¡±, explic¨® la mujer en el peri¨®dico valenciano El mercantil.
Lee m¨¢s temas de blogs y s¨ªguenos en Twitter y Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.