La derecha busca la revancha el 26-M y la izquierda afianzar su mayor¨ªa
En estos comicios no solo est¨¢ en juego el reparto del poder territorial: est¨¢ en juego el liderazgo del centroderecha, en disputa entre el PP y Ciudadanos
Los partidos espa?oles afrontan las elecciones del 26 de mayo, cuya campa?a empez¨® anoche, como una segunda vuelta de las generales del 28 de abril. Unos buscan revancha, otros avanzar posiciones y, en el caso del PSOE, crecer y no perder el poder que cosech¨® hace cuatro a?os en comunidades aut¨®nomas y Ayuntamientos. En estos comicios no solo est¨¢ en juego el reparto del poder territorial: est¨¢ en juego el liderazgo del centroderecha, en disputa entre el PP y Ciudadanos. La capacidad de Vox para lograr representaci¨®n local y regional es otra inc¨®gnita. Podemos tratar¨¢ de frenar su descenso y, en paralelo, alcanzar pactos de gobierno con los socialistas. La correlaci¨®n de fuerzas que salga del 26-M condicionar¨¢, adem¨¢s, las negociaciones para formar Gobierno en La Moncloa.
El trabajo se qued¨® a la mitad. As¨ª lo ven los ganadores de las elecciones generales del pasado 28 de abril. El PSOE empieza la campa?a para los comicios municipales, europeos y en 12 comunidades aut¨®nomas, m¨¢s Ceuta y Melilla, con una subida en la autoestima que ten¨ªan olvidada las federaciones socialistas y la central de la calle Ferraz, a fuerza de derrotas encadenadas desde 2011. No ven la necesidad de cambiar sustancialmente la campa?a, despu¨¦s del ¨¦xito del mes pasado. Entre las dos citas con las urnas pasar¨¢n apenas 28 d¨ªas, algo ins¨®lito.
A diferencia de los socialistas, el resto de los partidos s¨ª modular¨¢n algunas de sus estrategias, como se apreciar¨¢ en las pr¨®ximas horas, en las que todos vigilar¨¢n a todos. En el caso del PP el cambio es palmario: Pablo Casado ha emprendido un nuevo giro al centro, tras comprobar que el seguidismo del discurso de Vox les dio un resultado catastr¨®fico. En Ciudadanos est¨¢n decididos a continuar la ofensiva contra los populares y quedarse con su espacio.
El objetivo del PP de Casado ¡ªcuya lucha por el liderazgo de la derecha puede determinar su futuro¡ª es recuperar votos que se fugaron a Ciudadanos y Vox, recordando que en muchas zonas esas opciones fueron in¨²tiles porque no lograron representaci¨®n, no tienen implantaci¨®n o no se presentan. Y la meta ya no es ganar, sino aumentar su porcentaje de voto hasta el 20% (se quedaron en el 16,7% el 28-A) y distanciarse ahora s¨ª lo m¨¢ximo posible de la tercera fuerza, es decir, Ciudadanos, que en las generales se qued¨® a 0,8 puntos y 220.000 votos del empate.
El grueso de la campa?a socialista continuar¨¢ por la senda de enfrentar bloques de gobierno con mucha carga ideol¨®gica. El mensaje es: o gobierna el PSOE con Unidas Podemos y otras fuerzas progresistas o se hace con el poder el PP, Ciudadanos y ¡°la ultraderecha¡± de Vox. Ese ser¨¢ el lema que repetir¨¢n los socialistas por todos los rincones del pa¨ªs. La c¨²pula del PSOE desconf¨ªa cada vez m¨¢s de que pueda abrirse la posibilidad real de cualquier entendimiento con Ciudadanos, aunque algunos aspirantes locales y regionales a¨²n quieren dejar esa puerta entreabierta.
De acuerdo con la previsi¨®n del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), el PSOE ganar¨¢ las elecciones en todas las comunidades aut¨®nomas menos en Navarra y Cantabria. Pero ganar no es gobernar, como muy bien saben los presidentes auton¨®micos socialistas. En 2015 solo fueron primera fuerza en Extremadura y Asturias pero consiguieron cuatro gobiernos m¨¢s en virtud de pactos. Ahora podr¨ªan ganar en m¨¢s territorios pero hace falta que Unidas Podemos ayude a completar la mayor¨ªa. Tan importante es que la fuerza que lidera Pablo Iglesias tenga representaci¨®n como que el bloque de la derecha no sume. No hay que bajar la guardia, instar¨¢n los socialistas, ya que en las elecciones anteriores la fuerte movilizaci¨®n de la izquierda fue esencial para la victoria del PSOE.
Regionalizar
Los socialistas van a seguir apelando a esa movilizaci¨®n de quienes llevan soportando a?os de apat¨ªa y desencanto con el partido. Pero al ser elecciones auton¨®micas y regionales los partidos saben que necesitan m¨¢s ingredientes. Estos los pondr¨¢n los candidatos locales, sobre todo los que gobiernan. Los presidentes de Extremadura, Guillermo Fern¨¢ndez Vara; de Castilla-La Mancha, Emiliano Garc¨ªa-Page, y de Arag¨®n, Javier Lamb¨¢n, creen necesario que sus campa?as sean ¡°altamente regionalizadas¡±. Es lo que en el PP llaman ¡°territorializar¡± la campa?a para sacar provecho de sus candidatos locales ¡°tan heterog¨¦neos¡±. Es decir, presumir de la gesti¨®n de sus barones y alcaldes, algo que no pueden hacer tampoco Ciudadanos y Vox, porque no los tienen.
La movilizaci¨®n ser¨¢ otra vez clave. El PSOE no buscar¨¢ el enfrentamiento con Unidas Podemos, pero conf¨ªa en el evidente trasvase de voto constatado el 28-A. Esa sangr¨ªa forzar¨¢ un discurso necesariamente m¨¢s duro desde la fuerza que pilota Pablo Iglesias para detener su ca¨ªda y erigirse como una opci¨®n necesaria e imprescindible para llevar al PSOE a la izquierda. Esos duelos son los que dice ahora Casado que no evitar¨¢ con Cs y Vox.
El 26-M es tambi¨¦n una cita europea. La mayor¨ªa de los aspirantes son conocidos europe¨ªstas (Josep Borrell, Dolors Montserrat y Luis Garicano) y partidarios de una mayor integraci¨®n. Borrell y Montserrat, ambos catalanes, ya han avisado de que quieren usar la plataforma en Bruselas para combatir con m¨¢s fuerza el relato internacional del desaf¨ªo separatista en Catalu?a. Podemos abogar¨¢ por un cambio en la pol¨ªtica de austeridad econ¨®mica, y Vox se sumar¨¢ a los movimientos populistas de otros pa¨ªses.
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