Otra pregunta, por favor
No se recuerda un d¨ªa tan pl¨²mbeo e insulso en las 43 jornadas de juicio celebradas hasta ahora
Si esta cr¨®nica tiene que ser un reflejo de la jornada, malo. No se recuerda un d¨ªa tan insulso, tan pl¨²mbeo, tan deslavazado en el sal¨®n de plenos. El peor con diferencia de las 14 semanas de juicio, de las 43 sesiones vividas hasta ahora. Ya en la recta final de la fase testifical, que con suerte acabar¨¢ el d¨ªa 20 para pasar a la pericial y enseguida a la documental, la jornada se convierte en un totum revolutum, en un plato combinado, en la sesi¨®n de oportunidades de unos grandes almacenes. En este festival de tallas sueltas, las defensas traen un surtido variado de testigos que no aportan nada nuevo. Todo ha sido contado ya hasta la saciedad. Un funcionario interino de la Generalitat relata la irrupci¨®n de la polic¨ªa en un colegio electoral. Un arquitecto t¨¦cnico confirma a continuaci¨®n el papel pasivo de los Mossos. La exdiputada de la CUP Mireia Boya se afana en loar m¨¢s a¨²n si cabe la imagen pac¨ªfica de Jordi Cuixart y tambi¨¦n de Jordi S¨¤nchez, pero al final termina hablando m¨¢s de ella misma, de las cosas tan graciosas que dijo cuando la tarde del 20 de octubre se subi¨® a un Patrol de la Guardia Civil. De paso, trata de colar una y otra vez su soflama pol¨ªtica y el tribunal le pasa la primera, la segunda, la tercera, pero a las 10.55, el magistrado Luciano Varela toca el brazo de su compa?ero Andr¨¦s Mart¨ªnez Arrieta, y este hace una se?al a Manuel Marchena, que decide cortar el cuarto anuncio publicitario de la CUP con una frase que se convertir¨¢ en el estribillo de la jornada. Enciende el micr¨®fono y, dirigi¨¦ndose a la abogada Marina Roig, le pide:
¨CH¨¢gale otra pregunta, por favor.
El p¨²blico, que es independentista pero no de piedra, se r¨ªe con el corte de Marchena como no lo hab¨ªa hecho con los chascarrillos de Boya, y la agente judicial amenaza con echarnos a todos. No hubiese estado mal, visto lo visto. Porque otros d¨ªas ¨Cque etapas llanas ya ha habido y las seguir¨¢ habiendo¨C siempre surg¨ªa un detalle que llevarse a la cr¨®nica. Una salida de tono del abogado Andreu Van den Eynde, una refriega entre Manuel Marchena y el otrora levantisco y ahora modoso Jordi Pina ¨C?cu¨¢l habr¨¢ sido el motivo de la conversi¨®n?¨C, un patinazo sonado de la fiscal Consuelo Madrigal o el testimonio desproporcionado de un testigo, que los ha habido por ambas partes. Pero hoy, ni eso.
Dejando a un lado a Mireia Boya, que como todos los pol¨ªticos que han venido ¨Cincluido Rajoy y a excepci¨®n de Urkullu¨C no declara nada sustancioso, los dos testigos principales tampoco aportan gran cosa. Se trata de dos altos cargos de la Generalitat ¨Cel responsable del gabinete jur¨ªdico y la jefa del departamento de contrataci¨®n¨C que niegan en redondo que se gastase dinero p¨²blico para la preparaci¨®n del refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre. Efectivamente, el plato variado en que se convierte la jornada tambi¨¦n incluye la malversaci¨®n. El interrogatorio de Pina a Francesc Esteve conduce directamente al sopor. El alto cargo responde a las preguntas como si se las hubiera aprendido de memoria, al modo de un opositor a notar¨ªas con los folios colgados por la habitaci¨®n. Luego llega el turno de la fiscal Consuelo Madrigal, y la situaci¨®n va a peor. La fiscal, que empez¨® el juicio enred¨¢ndose con las preguntas, no progresa adecuadamente, sino m¨¢s bien al contrario. Catorce semanas y 43 jornadas despu¨¦s, Madrigal, como algunos abogados de la defensa ¨Cnotorio es el caso de ?lex Sol¨¤¨C ha desaprovechado el m¨¢ster acelerado y gratuito que le podr¨ªa haber supuesto el juicio. La que fuera fiscal general del Estado sigue sin hilvanar un buen interrogatorio y el responsable del departamento jur¨ªdico se le va vivo, como tambi¨¦n se le escapa un rato despu¨¦s la jefa del departamento de contrataci¨®n. Tambi¨¦n Madrigal tiene que escuchar el aviso repetido del juez Marchena:
¨CSe?ora fiscal, haga otra pregunta.
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