El bloque de derechas se enzarza en una carrera por las rebajas fiscales de los impuestos auton¨®micos
PP y Ciudadanos prometen bajar impuestos en las comunidades y trasladan el debate a la campa?a electoral pese a que estas Administraciones tienen poco margen presupuestario
En las ¨²ltimas semanas el l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha calificado como ¡°sablazo intolerable a las clases medias¡± la subida del IRPF que prepara el Gobierno de Pedro S¨¢nchez para los que ganen m¨¢s de 130.000 euros al a?o. Pablo Casado, el presidente del PP, ha cargado contra la subida de impuestos ¡°de 26.000 millones¡± que, seg¨²n ¨¦l, planea S¨¢nchez, aunque esa cifra sea falsa. Ambos partidos se han lanzado a una carrera por bajar los impuestos auton¨®micos, aunque estas administraciones tienen limitada su capacidad tributaria, casi no la usan y, cuando lo hacen, apenas obtienen resultados.
Los principales partidos de la derecha avivan estos d¨ªas el fantasma del expolio fiscal, pese a que Espa?a recauda mucho menos que en los pa¨ªses de su entorno. A falta de una semana para las elecciones europeas, auton¨®micas y locales, PP y Ciudadanos retuercen las cifras para convertir la subida de impuestos comprometida por S¨¢nchez con Bruselas en un armaged¨®n fiscal.
Para contrarrestar esa idea prometen una rebaja general de los tributos auton¨®micos. "Por cada euro de IRPF que suba S¨¢nchez, nos comprometemos a bajarlo y compensarlo en los tramos auton¨®micos [del IRPF]", se?al¨® Rivera durante un mitin en Madrid hace unos d¨ªas. En esta campa?a, Casado tambi¨¦n ha prometido una profunda rebaja fiscal en las comunidades donde logre gobernar. Sus candidatos repiten ese mantra a la menor oportunidad.
Lo cierto es que las autonom¨ªas tienen limitadas sus capacidades tributarias. Tienen competencias en el 50% del IRPF y tienen asignada la recaudaci¨®n del 50% del IVA y del 58% de los impuestos especiales. Tambi¨¦n son responsables de otros impuestos cedidos como el de sucesiones y donaciones; transmisiones patrimoniales y actos jur¨ªdicos documentados (conocido popularmente como impuesto sobre las hipotecas) y patrimonio.
Las autonom¨ªas han legislado de lo lindo para crear tributos propios. En los ¨²ltimos a?os han aprobado alrededor de 70 impuestos regionales: sobre el saneamiento y la depuraci¨®n de aguas, las bolsas de pl¨¢stico, las bebidas azucaradas, residuos en vertederos, tasas tur¨ªsticas, sobre las grandes superficies y un largo etc¨¦tera que convierte el sistema fiscal auton¨®mico en una madeja compleja, confusa y poco eficaz en t¨¦rminos recaudatorios. Porque los tributos propios recaudan solo el 2,1% de los ingresos fiscales auton¨®micos.
Competencia entre regiones
Pese a todo, los Ejecutivos regionales aprueban unos 600 cambios legales al a?o relativos a los impuestos. "Existe cierta teatralidad en algunos de estos cambios normativos, que sirven para el debate en el Parlamento regional, pero el impacto que tienen es muy limitado", explica Valent¨ª Pich, presidente del Consejo General de Economistas. En plata: aunque las comunidades tienen suficiente capacidad fiscal, apenas desarrollan su responsabilidad tributaria. Adem¨¢s, tampoco tienen mucho margen: estas Administraciones tienen que sufragar los gastos en educaci¨®n, sanidad y prestaciones sociales, dif¨ªciles de recortar. Y no es f¨¢cil que se puedan permitir rebajas fiscales pese a las promesas electorales.
Aun as¨ª, algunas comunidades ¡ªlas m¨¢s din¨¢micas¡ª han emprendido una carrera fiscal a la baja. Madrid es l¨ªder indiscutible de esa tendencia, que secundan otras autonom¨ªas gobernadas por el PP y a la que se han sumado algunas socialistas al empezar a recibir los frutos de la recuperaci¨®n. En general, los territorios donde el PP ha gobernado m¨¢s tiempo suelen tener los impuestos m¨¢s bajos.
En ese contexto, Madrid es una isla fiscal. Es donde m¨¢s bajo est¨¢ el IRPF. Tiene el tipo m¨¢ximo en el 43,5% frente al 48% que Andaluc¨ªa, Asturias, Catalu?a o la Comunidad Valenciana aplican a las rentas que superan los 120.000 euros. Madrid tambi¨¦n ha eliminado el impuesto de patrimonio y ha reducido al m¨ªnimo el de sucesiones.
Esa competencia fiscal ¡ªpatrocinada por economistas como Daniel Lacalle, el gur¨² de Casado, que finalmente ha declinado la posibilidad de ser diputado tras la debacle del PP en las generales¡ª ha despertado suspicacias en otras autonom¨ªas porque est¨¢ provocando el cambio de domicilio fiscal de rentas altas para ahorrar impuestos. Un destacado empresario del Ibex 35 reconoc¨ªa hace poco a EL PA?S que se ahorraba m¨¢s de 1,5 millones de euros en impuestos por trasladar su residencia a Madrid. Aunque no existen cifras oficiales sobre cu¨¢ntos ciudadanos se han sumado a este ¨¦xodo fiscal, un estudio publicado por Fedea concluye que Madrid es el principal destino de estas migraciones. [Cuando la actual ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, era consejera de la Junta de Andaluc¨ªa tildaba a Madrid de "para¨ªso fiscal" por practicar "dumping fiscal" (traducci¨®n b¨ªblica: competencia tributaria desleal). Otros consejeros de Hacienda tambi¨¦n se quejan de esas pr¨¢cticas y reclaman una reforma fiscal auton¨®mica: piden fijar unos m¨ªnimos de tributaci¨®n en los impuestos m¨¢s importantes para que no existan esas divergencias.
La embestida contra el impuesto de sucesiones auton¨®mico
El impuesto sobre sucesiones, conocido popularmente por el impuesto sobre las herencias, se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en una de las figuras tributarias m¨¢s controvertidas en la arena pol¨ªtica. Los partidos conservadores y liberales (PP y Cs) han lanzado un duro ataque contra este tributo regional. Estos partidos publicitan en sus anuncios electorales que rebajar¨¢n ese impuesto, y han alentado el miedo a posibles subidas si gobierna la izquierda.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE o Bruselas recomiendan a Espa?a que no elimine este impuesto ¡ªuno de los m¨¢s redistributivos¡ª e incluso que haga tributar m¨¢s a los grandes patrimonios.
Dirigentes populares y de la formaci¨®n de Albert Rivera han aireado supuestos casos de contribuyentes que ten¨ªan que endeudarse para pagar el impuesto o casi ten¨ªan que rechazar la herencia que recib¨ªan porque no pod¨ªan pagarlo.
"El impuesto de sucesiones es injusto y absurdo. Un paradigma y un ejemplo: un chico de 10 a?os, Antonio, est¨¢ arruinado por el impuesto de sucesiones. Un ni?o de 10 a?os tiene una hipoteca de 60.000 euros por un impuesto injusto, por lo que hereda del esfuerzo de su padre. Vamos a suprimir este impuesto que penaliza a las clases medias", solt¨® Rivera, l¨ªder de Cs, en el debate electoral del pasado abril. Pablo Casado, del PP, respondi¨® que tambi¨¦n suprimir¨¢ el impuesto, por el que las comunidades ingresan 2.458 millones al a?o.
En realidad, esta figura est¨¢ bonificada en casi todos los territorios para herencias entre padres e hijos. En Andaluc¨ªa, donde m¨¢s pol¨¦mica ha suscitado este gravamen, no hay que pagar por el primer mill¨®n de euros que se herede.
En la mayor¨ªa de las comunidades "solo hay que pagar importes simb¨®licos" para herencias de sucesores del grupo I (entre padres e hijos), seg¨²n el Consejo General de Economistas.
Una de las cr¨ªticas a este impuesto ¡ªque tienen casi todos los pa¨ªses europeos¡ª es que supone doble tributaci¨®n. Sus detractores sostienen que tienen que tributar por algo por lo que ya se pag¨® en vida. Ese argumento no es exacto. En primer lugar, el sistema fiscal trata a cada contribuyente de forma individual, con independencia de sus relaciones familiares, por lo que debe tributar por el aumento de patrimonio del que se ha beneficiado sin ning¨²n esfuerzo. Por otra parte, el impuesto en realidad grava una transferencia de riqueza entre ciudadanos. Y por ¨²ltimo, se trata de una de las figuras que m¨¢s redistribuyen riqueza, con Espa?a entre los pa¨ªses m¨¢s desiguales de la UE.
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