La clave del matrimonio sin amor entre derecha e izquierda en Alemania: programa, programa, programa
Conservadores y socialdem¨®cratas reeditaron su gran coalici¨®n para acabar con meses de incertidumbre
Programa, programa, programa. La actual coalici¨®n de gobierno en Alemania ech¨® a andar el a?o pasado despu¨¦s de casi seis meses desde la celebraci¨®n de elecciones, en un pa¨ªs donde las alianzas son la norma. Las negociaciones m¨¢s largas de la historia de la Rep¨²blica Federal culminaron con un matrimonio entre conservadores y socialdem¨®cratas, que naci¨® ya sin amor, fruto de una aritm¨¦tica poselectoral que ofrec¨ªa escasas alternativas. El pacto se forj¨® desde el principio en torno a un exhaustivo contrato de coalici¨®n, que ejerce de programa de Gobierno, y que los pol¨ªticos alemanes sacan a menudo a colaci¨®n a la hora de fijar objetivos o denunciar incumplimientos.
El tramo final, tras semanas de acercamiento plasmado por escrito, fueron 12 d¨ªas de negociaciones y parte de sus noches, que alumbraron el c¨¦lebre documento de 175 p¨¢ginas y 14 cap¨ªtulos, en el que se detallaba el programa de gobierno de los siguientes cuatro a?os y donde fortalecer la Uni¨®n Europea figura como la prioridad m¨¢xima, como exigi¨® el partido socialdem¨®crata alem¨¢n (SPD). Econom¨ªa, energ¨ªa, educaci¨®n, pensiones o migraci¨®n son otros de los asuntos que desarrolla el contrato de coalici¨®n. En ¨¦l, la canciller, Angela Merkel, cedi¨® una considerable cuota de poder a los socialdem¨®cratas, incluido el todopoderoso ministerio de Finanzas, pero a cambio ciment¨® su cuarto mandato.
Ese mismo documento establece que pasados dos a?os, los miembros de la coalici¨®n revisar¨¢n el cumplimiento del acuerdo, lo que en los c¨ªrculos pol¨ªticos alemanes se interpreta como una llave para romper la coalici¨®n en caso de que no haya funcionado todo lo bien que se esperaba. El SPD debatir¨¢ precisamente en los pr¨®ximos meses la posibilidad de activar la conocida como cl¨¢usula de revisi¨®n. Tras las elecciones, el partido m¨¢s votado, la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) de Merkel intent¨® primero formar un Gobierno tripartito con liberales y Verdes. Tras casi un mes de intensas negociaciones a puerta cerrada, con notables acercamientos program¨¢ticos, los liberales dieron la espantada en medio de una interminable noche negociadora, ante el estupor de buena parte del pa¨ªs.
El programa com¨²n se present¨® como un contrato de 175 folios y 14 cap¨ªtulos
Todas las miradas se volvieron entonces hacia los socialdem¨®cratas, el segundo partido m¨¢s votado. El SPD no quer¨ªa ni a tiros volver a repetir una Groko, gro?e Koalition, como se conoce en Alemania a la gran coalici¨®n de gobierno, con el partido de Merkel. Los resultados electorales hab¨ªan dejado claro que los electores no ve¨ªan con buenos ojos una alianza con los conservadores, en la que los dos grandes partidos alemanes amenazaban con volverse indistinguibles y que hab¨ªa resultado en una merma hist¨®rica de apoyos para el SPD. Por muchos logros que consiguieran los socialdem¨®cratas, la opini¨®n p¨²blica acababa por atribu¨ªrselos a Merkel, una pol¨ªtica con especial habilidad para capitalizar triunfos propios y ajenos. Las bases socialdem¨®cratas ped¨ªan a gritos romper con los conservadores.
Esa reticencia de buena parte de los socialdem¨®cratas sobrevol¨® unas negociaciones en las que Merkel se mostr¨® dispuesta a hacer ¡°dolorosas concesiones¡±. La ¨²ltima jornada negociadora, con su correspondiente noche, la dedicaron al reparto de carteras. Los pol¨ªticos alemanes durmieron a ratos tirados en el suelo, incluida la hoy presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, como relat¨® entonces la prensa alemana.
Pasados dos a?os los miembros de la coalici¨®n revisar¨¢n su cumplimiento
Presi¨®n en el SPD
Los tres partidos ¡ªCDU, CSU, el partido conservador b¨¢varo hermanado con el de Merkel, y SPD¡ª se conoc¨ªan muy bien tras haber gobernado en coalici¨®n ocho de los 12 a?os anteriores, pero tambi¨¦n eran conscientes de que el reparto no pod¨ªa ser como el de la coalici¨®n saliente, porque las circunstancias eran otras y la presi¨®n en el seno del SPD era muy alta.
El SPD, el socio minoritario, acab¨® obteniendo un triunfo rotundo en el reparto de carteras. Lograron hacerse con seis de 14 ministerios, entre ellos, Finanzas y Exteriores, los m¨¢s codiciados. Obtuvieron adem¨¢s, el de Trabajo, el de Justicia, el de Medio Ambiente, as¨ª como el de Familia, Mujer y Juventud. El resto se los repartieron entre la CDU y la CSU.
Pero faltaba a¨²n un tr¨¢mite clave. Las bases del SPD deb¨ªan dar el visto bueno al acuerdo. Europa se impacientaba y la presi¨®n aumentaba. Cargar con la responsabilidad de ir a nuevas elecciones tras seis meses de vac¨ªo de poder en la gran potencia europea era un precio que el SPD opt¨® finalmente por no pagar. El 66% de los afiliados dio luz verde en una consulta a la reedici¨®n de la Groko y la inestable coalici¨®n que hoy gobierna Alemania ech¨® a andar.
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