Francisco Camps, un camino con final en el banquillo
La confesi¨®n de Ricardo Costa en el caso G¨¹rtel destroz¨® la estrategia de defensa del expresidente valenciano
La lluvia, que hab¨ªa ca¨ªdo tolerable y mansa toda la ma?ana, arreci¨® coincidiendo con su salida de la Audiencia Nacional. El pasado 1 de febrero, a mediod¨ªa, Francisco Camps, que acababa de declarar ante el juez Jos¨¦ de la Mata por el caso G¨¹rtel, ofreci¨® a los medios en Madrid una versi¨®n extendida de su particular teor¨ªa sobre sus problemas judiciales, que los periodistas valencianos ya hab¨ªan escuchado media docena de veces, concretamente cada vez que una decisi¨®n de un magistrado estrechaba el cerco sobre ¨¦l.
El expresidente de la Generalitat y del PP valenciano entre 2003 y 2011 -los a?os locos anteriores a la gran crisis- dijo que su situaci¨®n obedec¨ªa a ¡°una creaci¨®n¡± conjunta de la izquierda y los medios del grupo Prisa ¨Cempresa editora de EL PA?S¨C que, seg¨²n ¨¦l, hab¨ªan creado ¡°un relato¡± sobre ¨¦l ¡°que ya no pod¨ªan romper¡±. ¡°Es necesario para seguir haciendo posible que yo no vuelva a la pol¨ªtica y que mi partido siga arrastrando una imagen de corrupci¨®n que no se corresponde¡±, dijo entonces. El agua, que ¨¦l aguantaba estoico a las puertas del tribunal mientras los periodistas contaban los segundos para ponerse a cubierto, reforzaba la imagen martirizada que Camps ha cultivado en los ¨²ltimos a?os. La de un hombre honrado, un buen tipo, sometido a una persecuci¨®n injusta.
Aquella declaraci¨®n ante el juez ten¨ªa que ver con la pieza Fitur, uno de los m¨²ltiples flecos del caso G¨¹rtel, y por el que el pol¨ªtico valenciano ser¨¢ juzgado en una fecha a¨²n por determinar. Camps deber¨¢ responder sobre la adjudicaci¨®n a dedo a la mercantil Orange Market del stand de la Generalitat Valenciana en la feria de turismo Fitur en 2009. Esa sociedad, comandada por ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, -al que llamaba ¡°amiguito del alma¡± en las conversaciones grabadas por la Polic¨ªa en la nochebuena de 2008- era la filial valenciana de las empresas de organizaci¨®n de eventos del jefe de la trama, Francisco Correa.
Hasta ahora, Camps ha salido airoso de la trama de corrupci¨®n destapada en febrero de 2009 por el juez Baltasar Garz¨®n, continuada por Pablo Ruz, y que una d¨¦cada despu¨¦s sigue coleando en el Juzgado Central de Instrucci¨®n 5, dirigido por Jos¨¦ de la Mata. En enero de 2012 un jurado le absolvi¨® por cinco votos contra cuatro de la primera pieza derivada del macrosumario, el llamado caso de los trajes. Y todo seguir¨ªa igual si el resto de implicados valencianos en la investigaci¨®n no hubieran decidido delatarle para aligerar las condenas que preve¨ªan inevitables en otras causas. Adem¨¢s de la pieza de Fitur, Camps est¨¢ imputado por las irregularidades en los contratos para la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006. En julio, la Audiencia Provincial archiv¨® -por prescripci¨®n- otro frente judicial que ten¨ªa abierto: el de la prevaricaci¨®n por la construcci¨®n del circuito de F¨®rmula 1 en Valencia.
Pasados diez a?os, la lealtad eterna jurada entre P¨¦rez y Camps en aquella c¨¦lebre conversaci¨®n navide?a se ha convertido en ceniza. Con El Bigotes en prisi¨®n tras la sentencia de la pieza central de G¨¹rtel, Camps ha trazado un cortafuegos con ¨¦l. Sin embargo, el principal peligro para ¨¦l, y el que finalmente le ha llevado a juicio en la pieza de G¨¹rtel-Fitur, han sido las declaraciones explosivas del exsecretario general del PP valenciano, Ricardo Costa.
En enero de 2018, en el juicio del llamado caso G¨¹rtel-Valencia, otra de las tramas del sumario, Costa, tras un pacto con la Fiscal¨ªa para lograr una rebaja en la condena, admiti¨® que el PP regional pag¨® las campa?as electorales de 2007 y 2008 ¡°con dinero negro de empresarios contratistas de la Generalitat¡± por indicaci¨®n del entonces presidente auton¨®mico Francisco Camps. Previamente, en la misma vista oral, Correa y El Bigotes hab¨ªan reconocido que su empresa Orange Market hab¨ªa recibido esos fondos, en total 3,4 millones de euros, de los cuales al menos 1,2 fueron aportados por nueve empresarios valencianos adjudicatarios de contratos de la Generalitat.
Aquellas confesiones en el ¨²ltimo momento llevaron en septiembre de 2018 a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional a ordenar al juez De la Mata que reabriera la investigaci¨®n sobre el papel de Camps en los contratos de la Generalitat con Orange Market. El de 2009 estuvo valorado en 366.529 euros. Los anteriores, desde 2005, por importes igualmente hinchados, se encuentran ya prescritos. El pasado jueves, el juez, que aprecia ¡°un arsenal de indicios¡± contra Camps, abri¨® juicio oral contra ¨¦l, una decisi¨®n irrevocable A partir de hoy, en cualquier momento el expresidente valenciano puede recoger la notificaci¨®n. Camps ser¨¢ juzgado por prevaricaci¨®n, fraude a la administraci¨®n y tr¨¢fico de influencias.
Antes de la declaraci¨®n de Camps en la lluviosa ma?ana del 1 de febrero, Ricardo Costa ratific¨® ante el magistrado instructor que el expresidente valenciano era el ¡°m¨¢ximo responsable¡± de la financiaci¨®n irregular del partido en la Comunidad Valenciana. Esta operativa de confesiones a cambio de rebajas de condena no se ha producido, todav¨ªa no ha llegado el momento, en el caso de otra antigua l¨ªder regional del PP, la madrile?a Esperanza Aguirre. En el caso P¨²nica, la fiscal¨ªa sigue recabando indicios que apuntalen su teor¨ªa de que ella era m¨¢xima controladora y art¨ªfice de la caja b del PP madrile?o.
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