Las hijas de la asesinada en el caso de la CAM exculpan al procesado
La hermana de la v¨ªctima ha calificado al acusado de "gran manipulador" en la cuarta jornada del juicio
La hermana y dos de las hijas de Mar¨ªa del Carmen Mart¨ªnez, viuda del expresidente de Caja Mediterr¨¢neo (CAM), Vicente Sala, asesinada de dos tiros en diciembre de 2016, han sido los ¨²ltimos familiares en prestar declaraci¨®n en el juicio que trata de establecer si Miguel L¨®pez, yerno de la fallecida, fue el autor material del asesinato. Sus testimonios ante el jurado popular han ofrecido dos versiones totalmente contrapuestas de lo sucedido.
Antonia Mart¨ªnez, la hermana de la v¨ªctima, ha calificado al acusado como ¡°un gran manipulador¡±, uno de los mu?idores del conflicto econ¨®mico que enfrent¨® a la familia del expresidente de la CAM, cuyo testamento, seg¨²n ¨¦l, deton¨® los enfrentamientos familiares. Por el otro, Antonia y Mar Sala, hijas de la v¨ªctima, le han descargado de responsabilidades. Seg¨²n ellas, todos los manejos que emprendieron para tomar el poder de las empresas de la familia fueron recomendados por sus abogados. Y han asegurado que no ejercieron acusaci¨®n sobre su cu?ado porque el despacho jur¨ªdico que contrataron para esta causa ¡°no vio indicios de que hubiera cometido el crimen¡±.
La primera en declarar en la vista de este jueves, la cuarta jornada del juicio, ha sido la hermana de la v¨ªctima. De negro y con un pa?uelo entre las manos con el que jugueteaba constantemente, ha tenido que recordar que fue ella la que llevo a Mari Carmen al concesionario en el que fue tiroteada. Ha sido el momento en que m¨¢s le ha costado contestar a las preguntas. ¡°Al llegar a Novocar¡±, la empresa de compraventa y alquiler de coches que regentaba L¨®pez, ¡°vimos a Miguel, que nos saludaba¡±, ha relatado al fiscal. Era extra?o. Nunca les hab¨ªa recogido un coche y, adem¨¢s, en aquel momento no se hablaban. ¡°Yo no ten¨ªa ganas de verle, porque es muy desagradable¡±, ha dicho del acusado, quien permanec¨ªa sentado a un metro de ella durante la declaraci¨®n. ¡°Me fui por no estar con Miguel¡±, ha continuado, ¡°como no nos habl¨¢bamos, la situaci¨®n era muy violenta¡±.
Esta circunstancia se la ha evocado tambi¨¦n la defensa de L¨®pez. Y la testigo ha roto a sollozar. ¡°Claro, usted se emociona porque cree que si no hubiera dejado sola a su hermana, a lo mejor no hubiera pasado¡± el asesinato, ha sugerido el letrado. ¡°O hubieran pasado dos¡±, ha respondido la testigo. Tras dejar a su hermana y volver a casa, Mar¨ªa del Carmen Mart¨ªnez recibi¨® dos disparos en la cara, junto a su veh¨ªculo, que estaba en el lavadero de las instalaciones, a oscuras, en torno a las seis de la tarde del 9 de diciembre de 2016. Seg¨²n la investigaci¨®n, tard¨® entre 20 y 25 minutos en morir.
Las declaraciones de este jueves han subrayado a la perfecci¨®n las estrategias que siguen las partes. Fiscal y acusaci¨®n particular, que defiende los intereses del hijo de la v¨ªctima, Vicente Jes¨²s Sala, tratan, sobre todo, de establecer el m¨®vil econ¨®mico que pudo ser el causante del asesinato y subrayar la ruptura de relaciones entre la matriarca del clan y sus hijas. En este sentido, Antonia Mart¨ªnez ha opinado que ¡°los problemas familiares comenzaron¡± porque sus sobrinas ¡°no aceptaron el testamento de Vicente¡± Sala. El reparto patrimonial era equitativo, pero el expresidente de la CAM otorg¨® una acci¨®n de oro a su mujer, que le conced¨ªa m¨¢ximo poder decisivo, y dispuso que fuera su hijo Vicente Jes¨²s el que heredara el gobierno de la firma m¨¢s rentable del entramado empresarial, Samar internacional.
La hermana de la v¨ªctima ha se?alado que sus sobrinas quer¨ªan quedarse con esta empresa. Y ha dirigido su dedo acusador a sus respectivos c¨®nyuges. ¡°Creo que mis tres sobrinas han sido manipuladas por unos maridos que no han sido los adecuados¡±. Y al frente de todos, el ¡°gran manipulador¡±, L¨®pez, ¡°una persona muy impulsiva, que todo lo sabe y que tiene una soluci¨®n para todo¡±. Un hombre, ¡°al que le gusta mucho hablar, pero no sabe escuchar¡± y que ¡°no trataba a su suegra como deb¨ªa¡±.
En opini¨®n de Antonia Mart¨ªnez, esta mala influencia fue la que consigui¨® que sus sobrinas llegaran a ¡°impedir que su madre entrara en sus casas¡±, que los nietos se enfrentaran abiertamente a su abuela y que arrebataran a su hermano el puesto de consejero delegado de Samar internacional, firma dedicada al comercio de pl¨¢sticos. La situaci¨®n empeoraba cada d¨ªa y condujo ¡°a un callej¨®n sin salida¡± en el que su hermana ¡°tuvo que hacer valer sus derechos para destituir a sus hijas¡± y utilizar, ¡°por primera vez¡±, la acci¨®n de oro.
La defensa del acusado, en cambio, se limita a puntualizar las contradicciones de los testigos. Y todo lo dem¨¢s, lo pasa por alto. No hay una sola prueba que demuestre que Miguel L¨®pez apret¨® el gatillo. El acusado, sus hijos y su esposa, Fanny, se han acogido a su derecho de no declarar ante el jurado. Sus cu?adas, e hijas de la v¨ªctima, Antonia y Mar, s¨ª lo han hecho este jueves, en su condici¨®n de testigos del proceso. Y su visi¨®n ha sido radicalmente diferente de la del otro bando. Ninguna de las dos ha reconocido que en la junta de accionistas y la reuni¨®n del consejo de administraci¨®n en las que descabalgaron a su hermano se viviera ¡°mucha tensi¨®n¡±. ¡°La situaci¨®n era un poco especial¡±, ha concedido Mar. En concreto, ambas partes no se hablaban.
Ambas han defendido tambi¨¦n que todas las circunstancias que rodearon el desencuentro familiar respond¨ªan a ¡°una estrategia de los abogados¡± que las asesoraban en los negocios.
Finalmente, ambas han narrado las circunstancias en que se enteraron del asesinato. Las tres hermanas se encontraban reunidas y hablando por tel¨¦fono con sus abogados. En ese momento, ¡°apareci¨® Miguel¡± en casa, que poco despu¨¦s ¡°recibi¨® una llamada y se retir¨® a hablar a la cocina¡±. Posteriormente, sali¨® de casa y, tiempo despu¨¦s, las avis¨® de que ¡°algo¡± hab¨ªa pasado con su madre. Todas salieron hacia Novocar y, desde all¨ª, llamaron al marido de una de ellas para que este, a su vez, avisara a su hermano Vicente Jes¨²s. Tras la detenci¨®n de L¨®pez, ambas han manifestado que no ejercieron la acusaci¨®n particular, como s¨ª ha hecho su hermano, porque un despacho jur¨ªdico contratado para el juicio les indic¨® que ¡°no hab¨ªa indicios¡± por los que se pudiera condenar a L¨®pez.
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