Solo un 10% de los espa?oles en el exterior solicita votar el 10-N

Solo uno de cada 10 espa?oles residentes en el exterior ha solicitado votar en las elecciones del pr¨®ximo 10 de noviembre. La cifra ¡ª223.872 personas, seg¨²n el recuento provisional¡ª representa, no obstante, un porcentaje superior al registrado para los comicios del pasado abril, cuando apenas un 8,4% de los electores lo solicitaron y solo un 5,6% llegaron a hacerlo efectivo. Interpretar esta subida del llamado voto rogado como una mayor movilizaci¨®n resulta precipitado. Porque igualar el porcentaje de la convocatoria anterior se daba por descontado: al tratarse de una repetici¨®n electoral, no era necesaria una nueva solicitud; val¨ªa la de abril. La nueva cifra del 10,5% indica que se han sumado nuevos peticionarios, pero no existen garant¨ªas de que todos lo acaben tramitando.

Los espa?oles m¨¢s movilizados son los que residen en el entorno europeo m¨¢s pr¨®ximo. Francia, con 34.378 solicitudes, Alemania, con 26.988, y Reino Unido, con 25.840, figuran en cabeza. Les siguen, a gran distancia, dos pa¨ªses con un buen n¨²mero de residentes espa?oles: Argentina (17.809 peticiones) y Estados Unidos (17.494).

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El voto rogado, que desde 2011 dificulta el derecho al voto de los residentes en el extranjero, seduce a una m¨ªnima parte de los 2,1 millones de espa?oles afincados en otros pa¨ªses. Los datos publicados en la web del Instituto Nacional de Estad¨ªstica apuntan a un nuevo m¨ªnimo en la participaci¨®n de este colectivo, que nunca ha alcanzado el 7% de votos reales. Las trabas y los retrasos que caracterizan el proceso ¡ªprincipalmente en los lugares m¨¢s remotos¡ª rebajan el n¨²mero de sufragios depositados respecto a las solicitudes previas.

El problema m¨¢s habitual es la demora en la recepci¨®n de las papeletas para votar, que en algunos casos llegan despu¨¦s del d¨ªa de las elecciones. Jos¨¦ Mateos, de 47 a?os, trabaja desde hace una d¨¦cada en Alemania como funcionario municipal y nunca ha podido ejercer su derecho al sufragio, pese a haberlo solicitado en tres ocasiones. "No hay disculpa para que el Gobierno espa?ol no sea consciente de que existimos", se lamenta desde D¨¹sseldorf, mientras aguarda a que, esta vez s¨ª, lleguen las papeletas.?En las elecciones auton¨®micas y municipales de 2015, Mateos consigui¨® que un abstencionista de su circunscripci¨®n votase por ¨¦l gracias a la mediaci¨®n de un colectivo de emigrantes llamado Marea Granate.

El pasado 7 de octubre, este movimiento?present¨® un informe ante la OSCE?(Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, encargada entre otras cosas de velar por los procesos democr¨¢ticos) en el que denuncia las "m¨²ltiples irregularidades y arbitrariedades" padecidas por los residentes ausentes durante los ¨²ltimos comicios. Seg¨²n una encuesta de Marea Granate, uno de cada tres electores espa?oles en el exterior no recibieron su voto a tiempo el 28 de abril, mientras que la mitad?no solicit¨® el sufragio por las dificultades del proceso y la incerteza de que sea contabilizado. La Oficina del Censo Electoral atribuye el retraso en la recepci¨®n de las papeletas a los servicios postales de terceros pa¨ªses, dado que, en el caso del 10-N, ya fueron enviadas el 21 de octubre, tres semanas antes de los comicios.??

Pese a los intentos de desterrar el voto rogado, la falta de compromiso pol¨ªtico y la sucesi¨®n de elecciones generales, que han dejado poco espacio a la actividad legislativa, han impedido cambiar a tiempo este tr¨¢mite. Al contrario que los electores en Espa?a, los inscritos en el censo de residentes ausentes deben manifestar previamente su deseo de participar en las elecciones. A continuaci¨®n reciben en el domicilio las papeletas y a partir de ah¨ª se tramita el voto, bien directamente en la urna del consulado (en el caso de los electores en cuyas ciudades de residencia existe uno), bien por correo. La proliferaci¨®n de tr¨¢mites hace que en muchos casos no puedan completarse en el tiempo legal requerido.

PSOE y Unidas Podemos trataron de modificar la ley en los meses que transcurrieron entre la moci¨®n de censura y las elecciones del 28 de abril, pero la falta de entusiasmo de otros grupos y la r¨¢pida disoluci¨®n de las Cortes frustraron el intento.?Los cuatro principales partidos prometieron en sus programas modificar esta figura.