El ¨²ltimo refugio de los que no cuentan para nada
El cura Jos¨¦ Antonio Bargues recibe un homenaje por un libro y por su gran obra, el Casal de la Pau, donde lleva 50 a?os ayudando en Valencia a expresidiarios y marginados
El balc¨®n de su parroquia reca¨ªa sobre el patio de la antigua c¨¢rcel Modelo de Valencia. Todos los d¨ªas Jos¨¦ Antonio Bargues ve¨ªa a los reclusos y se reafirmaba en su idea de que ¡°hab¨ªa que hacer algo por ellos¡±. Ya hab¨ªa empezado a darle a vueltas cuando empez¨® a trabajar con ni?os y adolescentes en el reformatorio de su poblaci¨®n natal de Godella, hace m¨¢s de 50 a?os. Muchos de aquellos chavales pasaban del reformatorio a la c¨¢rcel tras una breve pausa en las calles, sin ninguna oportunidad de rehacer su vida. Bargues, que hoy tiene 79 a?os, decidi¨® entonces pasar de las palabras a la acci¨®n y mont¨® una asociaci¨®n para dar una salida a esos j¨®venes inmersos en una perversa espiral como consecuencia de cometer delitos relacionados con sus evidentes carencias de socializaci¨®n, con la pobreza extrema y con situaciones familiares y sociales traum¨¢ticas.
Esa asociaci¨®n dio paso al llamado Casal de la Pau, la gran obra que puso en marcha Bargues en 1972 y que ayer, muy a su pesar, fue objeto de un emocionante homenaje. ¡°No, no, de homenaje nada. Estamos aqu¨ª por el libro¡±, comentaba sonriendo el cura minutos antes del acto de presentaci¨®n de Todos ten¨ªan la llave. La puesta de Jos¨¦ Antonio Bargues por la libertad, una novela de ficci¨®n basada en historias y hechos reales que la secretaria judicial Roc¨ªo G¨®mez-Ferrer ha recabado de largas conversaciones con Bargues. ¡°?l ha dedicado su vida a estar al lado de los leprosos de nuestra ¨¦poca¡±, explic¨® la autora, que ha compaginado la escritura con el tratamiento de un c¨¢ncer. El protagonista tanto del libro como del acto, sin embargo, prefiri¨® adoptar un papel casi secundario, escuchando a los dem¨¢s, sin apenas hablar ante un auditorio con m¨¢s de 300 personas.
La novela, editada por Alberto Haller y con preludio del fil¨®sofo Juan Arnau, se articula a partir de la historia principal que m¨¢s ha marcado la experiencia asistencial de Bargues: un chico al que conoci¨® en el reformatorio y a?os despu¨¦s volvi¨® al Casal de la Pau para morir en compa?¨ªa. Es el hilo conductor de una obra que es tambi¨¦n el testimonio del fundador de esta entidad que hoy cuenta con una casa en el centro de Valencia para ayudar a m¨¢s de una veintena de personas marginadas, sobre todo exconvictos. De inspiraci¨®n cristiana, el Casal de la Pau no es una asociaci¨®n eclesi¨¢stica y dentro de ella, tanto en los voluntarios como en los socios, hay de todas las creencias e ideolog¨ªas, explicaba por la ma?ana Honorat Resurrecci¨®n, amigo de Bargues de siempre.
Recuerda, por ejemplo, c¨®mo uno de los primeros pisos de acogida acab¨® de forma abrupta porque en el mismo edificio viv¨ªa un polic¨ªa. En una ocasi¨®n, detuvo a un chaval y al dar su direcci¨®n, el agente comprob¨® que era la misma que la suya y la experiencia se trunc¨®. Se mud¨® al barrio marginado de Nazaret, en una casa del arzobispado, hasta que finalmente se traslad¨® a su actual emplazamiento en la calle En Llopis, convertido ya en referente de atenci¨®n social.
¡°Tampoco se trata de un lugar f¨ªsico, sino de una idea, una actitud frente a la vida y a la marginaci¨®n. Es sobre todo la fuerza de la convicci¨®n de que esta no es una sociedad justa, y frente a esta situaci¨®n, lo primero es hacer consciente a la sociedad de que no es justa en el trato de la disidencia¡±, se?alaba Honorat, que ayuda a Bargues en la preparaci¨®n de sus textos.
Objetores de conciencia
En los a?os 70, el Casal tambi¨¦n acogi¨® a objetores de conciencia y a homosexuales; m¨¢s tarde a drogadictos y enfermos de sida, siempre con el v¨ªnculo de los expresidiarios. Ya en 1977 Bargues dirigi¨® la revista Los marginados, en la que defend¨ªa una aproximaci¨®n sociol¨®gica y econ¨®mica al estudio de las causas de la marginaci¨®n y un an¨¢lisis multidisciplinar de la delincuencia juvenil.
Esa realidad marginal de los j¨®venes experimentada por Bargues la vivi¨® Roc¨ªo G¨®mez-Ferrer en los juzgados como secretaria judicial en el tribunal de menores. ¡°Ni el juez ni yo entr¨¢bamos a valorar muchas cosas. Ni recib¨ªan cari?o, ni la comprensi¨®n ni la escucha¡±, que se les procuraba muchos a?os antes en el Casal de la Pau, dijo la autora del libro, de edici¨®n muy limitada. En la mesa tambi¨¦n estaba sentada la catedr¨¢tica de Oncolog¨ªa, Anna Lluch, una de las investigadoras de c¨¢ncer m¨¢s relevantes de Espa?a.
¡°Roc¨ªo es una mujer fuerte y valiente, y como otras mujeres ha sabido afrontarlo sin perder la esperanza. A pesar del cansancio que sent¨ªa despu¨¦s del tratamiento, no quer¨ªa abandonar su compromiso de acabar su libro¡±, dijo Lluch. ¡°Hace a?os conoc¨ª el Casal, acogiendo a los ¨²ltimos de los ¨²ltimos, los que no cuentan para nada. Son algo que molesta y sobra. Para poder ayudarlos es necesario ponerse en la piel del otro¡±, a?adi¨®.
Bargues tom¨® la palabra solo para mostrar su agradecimiento y hablar del futuro del Casal de la Pau, ¡°que somos todos lo que ofrecemos nuestra casa con la puerta siempre abierta para la acogida y el acompa?amiento¡±. Sabedor de que el pr¨®ximo a?o el cura dejar¨¢ de presidir el Casal, el p¨²blico le tribut¨® un intenso y prolongado aplauso que fue un sentido homenaje muy a su pesar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.