De vuelta a la estrategia de la crispaci¨®n
Todo apunta a que el regreso a la crispaci¨®n no dar¨¢ los frutos electorales que la derecha espera
La mayor¨ªa de los ciudadanos creen que la crispaci¨®n aumentar¨¢ en esta legislatura y culpan, sobre todo, a los dos partidos de derecha, m¨¢s a Vox que al PP, de generar el clima de enfurecimiento que estamos presenciando. En 2007, en el primer Informe sobre la Democracia que public¨® la Fundaci¨®n Alternativas, tuve la oportunidad de ser la coautora del cap¨ªtulo que desarroll¨® la teor¨ªa y pr¨¢ctica de "la estrategia de la crispaci¨®n", de la que luego tanto se ha escrito: por qu¨¦, c¨®mo y cu¨¢ndo el PP se agarraba a este modo de actuaci¨®n para hacer pol¨ªtica.
Habiendo en Espa?a m¨¢s personas progresistas que conservadoras, la crispaci¨®n se produc¨ªa en asuntos divisivos para la izquierda, como el debate territorial y el terrorismo. Se utilizaba un tono tremendista y exagerado para deslegitimar al Gobierno con el fin ¨²ltimo de desmovilizar al electorado moderado y de izquierdas. Ahora bien, por debajo de aquel ruido se mantuvieron los patrones de cooperaci¨®n entre el PSOE y el PP: en la primera legislatura de Rodr¨ªguez Zapatero, los populares aprobaron m¨¢s de la mitad de las leyes org¨¢nicas, presentaron un n¨²mero de enmiendas a la totalidad en los proyectos de ley no superior a otras legislaturas y, en las distintas conferencias pol¨ªticas que celebr¨® el partido en aquellos a?os, hicieron propuestas sobre asuntos muy variados que no mostraban tintes radicales. En realidad, la crispaci¨®n no afectaba a cuestiones propias del eje izquierda-derecha, como la ley de dependencia, en las que la pol¨ªtica funcion¨® como es habitual. Fue en los temas que escapaban a la confrontaci¨®n izquierda-derecha donde la crispaci¨®n rein¨®.
?Produce la crispaci¨®n beneficios electorales? La historia nos muestra que no siempre. La estrategia de la crispaci¨®n funciona cuando hay una base real para que as¨ª sea, es decir, cuando lo que dice el partido crispador encuentra eco en la opini¨®n p¨²blica. En 1996, el PP gan¨® las elecciones crispando, pero su discurso sobre el fin del ciclo del periodo socialista coincid¨ªa con la visi¨®n de los propios electores. En cambio, en 2008 fue el PSOE el que ampli¨® su mayor¨ªa electoral porque los ciudadanos no creyeron que Espa?a se rompiese o que el Estado cediera ante ETA. Ahora, en 2020, el temor a la ruptura de Espa?a sigue siendo menor. Los ciudadanos est¨¢n preocupados por las pensiones, el cambio clim¨¢tico, las desigualdades sociales o la posibilidad de que haya una nueva recesi¨®n. Todo apunta a que la vuelta a la crispaci¨®n no dar¨¢ los frutos electorales que la derecha espera, aunque deteriorar¨¢ las instituciones y generar¨¢ un clima divisivo en la ciudadan¨ªa.
Bel¨¦n Barreiro es presidenta de 40dB.
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