Kubati, la huida hacia adelante del asesino de Yoyes
Detenido esta semana por organizar homenajes a presos, el hist¨®rico etarra temi¨® ser asesinado por la banda y lament¨® estar marcado para "toda la puta vida"
El 26 de noviembre de 1987 Gipuzkoa amaneci¨® con 600 cabinas telef¨®nicas vigiladas por 1.480 guardias civiles y polic¨ªas de paisano. Una llamada interceptada a un colaborador de la banda terrorista ETA hab¨ªa desvelado que Jos¨¦ Antonio L¨®pez Ruiz, Kubati (Durango, Bizkaia, 66 a?os), miembro del Comando Goierri Costa, realizar¨ªa una llamada a las 12 del mediod¨ªa. A esa hora, un par de hombres de f¨ªsico parecido al de Kubati que pretend¨ªan llamar desde una cabina en alg¨²n punto de Gipuzkoa fueron enca?onados.
Mientras, en el casco viejo de Tolosa, uno de los puntos m¨¢s calientes, el terrorista entr¨® en un bar para hacer la llamada, algo que har¨ªa fracasar la operaci¨®n policial. All¨ª, sin embargo, hab¨ªa demasiado ruido. Kubati sali¨® y se dirigi¨® a una cabina. Hab¨ªa una persona desconocida vendiendo cupones de la Once cerca del tel¨¦fono que le hizo dudar. Pero sigui¨® adelante. Lo cuenta el propio terrorista a Imanol Mur¨²a Ur¨ªa en Un final para ETA (Ttarttalo, 2016). Nada m¨¢s descolgar el tel¨¦fono aparecieron tres patrols de la Guardia Civil, se bajaron varios agentes y le pusieron un fusil en la cabeza. Todo ello, dentro de la cabina.
Kubati se hizo el loco: "?Pero qu¨¦ pasa aqu¨ª?". Los agentes no estaban seguros de si era ¨¦l y Kubati le daba al fusil con la mano, fingi¨¦ndose espantado, para que lo bajasen. "Estuve a punto de poder escapar", le dice a Mur¨²a. Uno de los agentes dec¨ªa "no es, no es", y otro se peg¨® a la espalda de terrorista, agarr¨¢ndolo, y sinti¨® un bulto: la pistola. "?Este es, este es!". As¨ª acab¨® la carrera del asesino Kubati.
Yoyes
La pistola era una Browning 9 mil¨ªmetros Parabellum, la misma con la que, un a?o antes, Kubati se present¨® en las fiestas de Ordizia (Gipuzkoa) junto a dos colaboradores que, tras robar un coche a punta de pistola a 200 metros, le se?alaron a una mujer joven que estaba disfrutando de las fiestas con su hijo de tres a?os y un amigo del ni?o.
Kubati no la conoc¨ªa f¨ªsicamente, pero hab¨ªa o¨ªdo hablar mucho de ella. La mujer ten¨ªa 32 a?os y se llamaba Dolores Gonz¨¢lez Katarain, Yoyes, una hist¨®rica dirigente de ETA retirada de la banda, exiliada y de vuelta en su pueblo, donde nada m¨¢s llegar empezaron las pintadas: "Yoyes, traidora", "Yoyes, chivata". Kubati se dirigi¨® a ella en la avenida Gudari (Soldado vasco) y le pregunt¨®: "?Eres Yoyes?". "S¨ª". "?Sabes qui¨¦n soy?". "No". "Soy un militante de ETA y vengo a ejecutarte". Le dispar¨® dos veces y, con Yoyes en el suelo, una m¨¢s en la cabeza.
Lo ¨²nico que pudo hacer el personal m¨¦dico que lleg¨® fue tratar de calmar el llanto de los ni?os que estaban con Yoyes cuando fue tiroteada. Nadie vio nada en las fiestas de Ordizia, un lugar abarrotado. Los que escucharon algo, creyeron que eran cohetes. "Las fiestas continuaron, y la multitud celebraba enfervorizada los lances del juego de pelota en el front¨®n de la localidad a poco m¨¢s de 100 metros escasos del lugar del atentado", escribi¨® Jos¨¦ Luis Barber¨ªa en EL PA?S. Los actos se suspendieron tres horas despu¨¦s y se celebr¨® un pleno para condenar el asesinato, que votaron todos salvo Herri Batasuna apelando a un "contexto de represi¨®n brutal".
Se le ech¨® serr¨ªn a la sangre de Yoyes y, poco despu¨¦s, los ni?os recorr¨ªan el lugar en bicicleta. Cuando un a?o despu¨¦s se detuvo a Kubati, la operaci¨®n se llam¨® Akaitz en homenaje al hijo de Yoyes, algo que no sent¨® bien a parte de la familia de la v¨ªctima, perteneciente a la izquierda abertzale. Akaitz es hoy doctor en bioqu¨ªmica en Estados Unidos. La orden a Kubati de matar a Yoyes la dio Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito: naci¨® en Ordizia, el mismo pueblo que Yoyes, el mismo a?o (se llevaban seis meses) y hab¨ªan sido amigos.
Los presos
A ese mundo pertenece Jos¨¦ Antonio L¨®pez, Kubati, acusado esta semana de los delitos de enaltecimiento del terrorismo y humillaci¨®n a las v¨ªctimas junto a tres miembros de Sortu, Haimar Altuna, Oihana San Vicente y Oihana Garmendi. Fue detenido y puesto en libertad con cargos por la organizaci¨®n de 95 actos de bienvenida (ongietorris) a etarras salidos de las c¨¢rceles entre 2016 y 2019. Kubati es portavoz de la iniciativa Kalera Kalera como lo fue antes del colectivos de presos de ETA.
Ya fue detenido en 2018 por la organizaci¨®n del homenaje a Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alba, Carmen, en un acto en el front¨®n de Lazkao con la presencia de Arnaldo Otegi, Rafael D¨ªez Usabiaga, Pernando Barrena e hist¨®ricos de la banda terrorista como Eugenio Etxebeste, Antxon. Gonz¨¢lez Pe?alba hab¨ªa fallecido de c¨¢ncer. Kubati y Miren Zabaleta, de Sortu, alabaron "su lucha" y su "compromiso" y recordaron su papel como negociadora con el Estado espa?ol en Argel y Z¨²rich. Gonz¨¢lez Pe?alba fue autora del secuestro de Diego Prado y Col¨®n de Carvajal, el ametrallamiento del militar Fausto Escrigas y el atentado con coche bomba de la plaza de la Rep¨²blica Argentina, junto a sus compa?eros del Comando Madrid, I?aki de Juana Chaos y el arrepentido Soares Gamboa; all¨ª muri¨® un ciudadano estadounidense, Eugene Kenneth, y resultaron heridos 16 guardias civiles (la bomba iba dirigida a un autob¨²s del Cuerpo) y un transe¨²nte.
La de Kubati es una portavoc¨ªa peculiar. En 1994 se hicieron p¨²blicas unas conversaciones interceptadas en la c¨¢rcel en las que confesaba tener miedo de que ETA lo matase si intentaba salirse de las directrices de la banda. Nadie mejor que ¨¦l sab¨ªa de lo que hablaba. En esas conversaciones se mostraba favorable a sustituir la "lucha armada" por la pol¨ªtica, y se confesaba: "Estoy metido dentro de un todo, y dentro de ese todo no me puedo desmarcar, porque desmarcarme ser¨ªa meterme un tiro a m¨ª, ser¨ªa irme al agujero". Tambi¨¦n dec¨ªa no estar convencido antes "de lo que pensaba y esas cosas", lament¨® estar marcado "para toda la puta vida" y defin¨ªa su papel: "Intentar desde dentro que esto se solucione".
Gregorio Ord¨®?ez, portavoz del PP vasco, dijo que lo que ten¨ªa que haber hecho Kubati era "haberse descabalgado del caballo de la violencia cuando estaba montado en ¨¦l, y no ahora que est¨¢ en la c¨¢rcel y quiere salir". La reacci¨®n del terrorista desde la c¨¢rcel fue publicar aprisa una tribuna en el diario Egin reafirmando su lealtad a la banda y marcando y se?alando objetivos, entre ellos el del propio Ord¨®?ez, candidato del PP a la Alcald¨ªa de San Sebasti¨¢n. A Ord¨®?ez, como a Ram¨®n J¨¢uregui y otros pol¨ªticos vascos, dedic¨® Kubati en p¨²blico su teatral desmentido a sus confesiones en privado: "Solo quiero acusaros de querer ser verdugos de la honradez y del amor a unas siglas: ETA (...) Me despido de todos vosotros con desprecio y con el deseo esperanzador de que alg¨²n d¨ªa, al poner la radio, oiga por ella una buena noticia que me alegre el d¨ªa". "Cobarde asesino y h¨¦roe de pacotilla", le respondi¨® un primo de Yoyes.
El pasado jueves se cumplieron 25 a?os del d¨ªa en que Kubati encendi¨® la radio y escuch¨® una buena noticia para ¨¦l, el asesinato a tiros en una cafeter¨ªa de San Sebasti¨¢n de un hombre de 37 a?os, Gregorio Ord¨®?ez, padre de un beb¨¦ de 16 meses; una de las personalidades m¨¢s arrojadas y l¨²cidas del Pa¨ªs Vasco, alguien que se meti¨® en pol¨ªtica en 1981, con 23 a?os, "por amor" a su tierra.
Cuentas pendientes
Kubati pas¨® 26 a?os de c¨¢rcel por 13 asesinatos cometidos entre 1984 y 1987, entre ellos el de Rafael Garrido, gobernador militar de Gipuzkoa, su mujer Daniela Velasco y el hijo de ambos, Daniel Garrido, de 16 a?os. Los tres iban en un veh¨ªculo conducido por el ch¨®fer del gobernador, que sobrevivi¨® a las graves quemaduras. El veh¨ªculo fren¨® en un sem¨¢foro en rojo en el cruce de la avenida del Boulevard y la calle Legazpi de San Sebasti¨¢n, y all¨ª les adelant¨® una moto en la que iban dos etarras, Kubati y Lasa Getaria (Ferm¨ªn), que tiraron al techo del coche una bomba. Producto de la explosi¨®n falleci¨® tambi¨¦n una mujer portuguesa que paseaba por la calle, Mar¨ªa Jos¨¦ Teixeira. ETA "lament¨®" las muertes de la esposa de gobernador, su hijo y la transe¨²nte.
Kubati sali¨® de la c¨¢rcel una noche de noviembre de 2013 entre insultos y con su coche zarandeado por una treintena de personas, varias de ellas v¨ªctimas del terrorismo, que acudieron a la c¨¢rcel de Puerto I, en C¨¢diz. Un a?o despu¨¦s, en Durango, ley¨® un comunicado en un acto con decenas de presos en el que asum¨ªan la legalidad penitenciaria y renunciaban a usar las armas en el futuro. Pelo abundante y cano, gafas, buen aspecto. Veinte a?os despu¨¦s hab¨ªa llegado Kubati, su asesino, a la misma decisi¨®n que Yoyes, si bien tuvo la prudencia de que su banda estuviese conforme. "?C¨®mo voy a apoyar a un HB convertido en payaso de un militarismo de corte fascista?", escribi¨® la exdirigente de ETA en sus diarios, publicados bajo el t¨ªtulo Yoyes, desde mi ventana (Alberdania, 2009), un libro en el que vuelca su d¨ªa a d¨ªa como refugiada, sus reflexiones sobre terrorismo, pol¨ªtica, feminismo y, sobre todo, el embarazo y su hijo. Tambi¨¦n apunta sus sue?os; en uno de ellos, meses antes de morir, sue?a que la c¨²pula de ETA se re¨²ne en Francia con ella presente para enviarla de vuelta a M¨¦xico. Expresa su desacuerdo, dice que volver¨¢ a Euskadi, a su pueblo, y los dirigentes terroristas le recuerdan que tiene un hijo.
Los d¨ªas de libertad de Kubati no est¨¢n asegurados. Tiene una causa pendiente por el asesinato de los agentes de la Guarda Civil Ignacio Mateu Isturiz y Adri¨¢n Gonz¨¢lez Revilla en 1986. Despu¨¦s de una instrucci¨®n de 31 a?os, el caso ¡ªque lleg¨® a darse por imposible¡ª se reabri¨® con la aportaci¨®n de nuevas evidencias que involucrar¨ªan a Kubati y Ferm¨ªn.
Para defenderse en ese juicio, seg¨²n adelant¨® el pasado 26 de diciembre Mikel Segovia en El Independiente, Kubati ha citado como testigo al exgeneral Enrique Rodr¨ªguez Galindo, jefe del cuartel de Intxaurrondo en los a?os ochenta y uno de los responsables del terrorismo de Estado, el GAL, condenado por ser miembro de esa banda y responsable, en 1983, del secuestro, tortura (en la residencia oficial del gobernador civil, Julen Elgorriaga), asesinato y enterramiento en cal viva de dos presuntos militantes de ETA de 18 a?os, Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala.
Galindo fue condenado a 71 a?os de prisi¨®n, de los que cumpli¨® cuatro (sali¨® en 2004) aduciendo el Ministerio de Interior "problemas de salud f¨ªsica y mental". Ahora deber¨¢ declarar como testigo a petici¨®n de una de sus bestias negras, Kubati. Galindo fue el jefe del operativo de vigilancia de 600 cabinas y movilizaci¨®n de 1.480 agentes en la caza de Kubati. Lo cuenta ¨¦l mismo en sus memorias, Mi vida contra ETA (Planeta, 2006), el libro al que se agarra Kubati para no volver a la c¨¢rcel y por el que ha pedido que Galindo declare. El juicio ser¨¢ en octubre.
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