Muere por causas desconocidas ¡°el dormil¨®n macabro¡±, que mat¨® a 10 mujeres y esperaba su ejecuci¨®n

Los llamaban grim sleeper (algo as¨ª como "el macabro durmiente") porque se hab¨ªa tomado una pausa durante 14 a?os en su reguero de asesinatos. Durante m¨¢s de dos d¨¦cadas aterroriz¨® el sur de Los ?ngeles sin que la polic¨ªa lograra identificarlo. Etrangulaba o disparaba a sus v¨ªctimas, mujeres negras de las zonas pobres de la ciudad, para luego violarlas y arrojar los cad¨¢veres en cubos de basura o callejones.?

Lonnie Franklin Jr., de profesi¨®n basurero, fue?descubierto en 2010. Tras detenerlo, la polic¨ªa encontr¨® guardaba en su casa una caja con objetos relacionados con sus asesinatos. Fotos de 160 mujeres, entre ellas las 10 cuyos cuerpos hab¨ªan sido hallados asesinados entre 1985 y 2007. Del resto, nunca m¨¢s se supo. En agosto de 2016 recibi¨® una condena a muerte por cada uno de los cr¨ªmenes.

El s¨¢bado pasado, Franklin fue hallado inconsciente en su celda de la prisi¨®n de alta seguridad de San Quint¨ªn. Unos funcionarios de la prisi¨®n le practicaron los primeros auxilios, y lo asisti¨® un equipo m¨¦dico, pero sin ¨¦xito: a los 20 minutos el preso fue declarado muerto. La causa de la muerte est¨¢ pendiente de los resultados de la autopsia, aunque no se observaron signos evidentes de trauma, ha explicado la instituci¨®n responsable de la prisi¨®n en un comunicado.

Franklin Jr. estaba en el corredor de la muerte desde el 17 de agosto de 2016, pero su sentencia no hab¨ªa sido ejecutada porque el gobernador de California, Gavin Newsom, orden¨® en marzo del a?o pasado una moratoria en la aplicaci¨®n de las ejecuciones.?

Aunque fue condenado por asesinar a una ni?a de 15 a?os, a nueve mujeres j¨®venes?y por un intento frustrado de asesinato, los fiscales lo vincularon con otros cinco. Los investigadores de su caso cre¨ªan a Franklin Jr. responsable de la muerte de al menos 25 mujeres, algunas de ellas prostitutas o consumidoras de drogas. La primera etapa de su actividad criminal, entre 1985 y 1988, coincidi¨® con la epidemia de crack que azot¨® el paup¨¦rrimo sur de Los ?ngeles, habitualmente frecuentado por criminales.?

No fue f¨¢cil dar con el autor de tantos cr¨ªmenes dispersos. La polic¨ªa sospechaba que todos los asesinatos los hab¨ªa cometido una sola persona por las pruebas gen¨¦ticas y de bal¨ªstica recogidas en las escenas del crimen. Apuntaban a un solo asesino, pero?los restos gen¨¦ticos encontrados en las v¨ªctimas no se correspond¨ªan con ninguna de las fichas de las bases de datos de la polic¨ªa. Se procedi¨® a una b¨²squeda por parentesco: se tomaron muestras de saliva de presos en Los ?ngeles y una de ellas dio positivo, la de un preso de 31 a?os, John Franklin. Aunque era demasiado joven para ser el autor de los cr¨ªmenes, el hallazgo puso a los investigadores sobre la pista de su padre.

La polic¨ªa sigui¨® a Franklin padre a escondidas durante una semana. Uno de ellos se disfraz¨® de vendedor de pizza ambulante. Rescataron los restos de una porci¨®n de pizza que hab¨ªa tirado a la basura, y en ¨¦l quedaba todav¨ªa una peque?a muestra de saliva, suficiente para identificar a aquel recogedor de basura, que tambi¨¦n hab¨ªa trabajado en un garaje (curiosamente, de la polic¨ªa de Los ?ngeles), como el terrible asesino en serie que hab¨ªa permanecido durmiente, sin actividad, durante m¨¢s de una d¨¦cada.?

Entre las fotos que la polic¨ªa encontr¨® en su garaje estaba las de Enietra Washington, que testific¨® en el juicio que en 1988 Franklin la hab¨ªa invitado a dar una vuelta en su coche, y que, una vez, en el veh¨ªculo, le dispar¨® y abus¨® sexualmente de ella. Tom¨® fotos y, crey¨¦ndola muerta, la arroj¨® fuera del veh¨ªculo.?

En una entrevista que cita The New York Times, el abogado del asesino declin¨® detallar si su defendido padec¨ªa problemas de salud, pero los insinu¨®. "No me sorprende del todo [la muerte]. Era uno de los motivos por lo que no ve¨ªamos razonable que se aplicara la pena de muerte en este caso", apunt¨® Seymour I. Amster.

California reinstaur¨® la pena capital en 1978. Desde entonces, 13 condenados han sido ejecutados y otros 82 han fallecido por causas naturales. Adem¨¢s del de Franklin, otros siete casos de muerte de presos est¨¢n por aclarar. En la actualidad 727 personas permanecen en el corredor de la muerte en California en espera de ejecuci¨®n, ahora paralizada por la moratoria del gobernador.?