?Llegaremos a hablar con los animales?
La llegada de la IA ha revolucionado las expectativas de lograr una comunicaci¨®n compleja con otras especies y permite analizar sus sonidos, movimientos y comportamientos con una precisi¨®n imposible para los humanos
El pasado diciembre, el equipo de cient¨ªficos Whale SETI sostuvo una conversaci¨®n de 20 minutos con una ballena jorobada. El experimento, realizado en la costa de Alaska, consisti¨® en reproducir llamadas de contacto de este animal a trav¨¦s de un altavoz submarino. Un ejemplar de 38 a?os, llamado Twain, se acerc¨® y respondi¨® con sus propias llamadas. La Dra. Brenda McCowan, de la Universidad de California Davis y autora principal del estudio, afirm¨® que este era el ¡°primer intercambio comunicativo entre humanos y ballenas jorobadas en el ¡®lenguaje¡¯ jorobado¡±. O, como dir¨ªa Dory, el personaje de Buscando a Nemo, es la primera vez que los humanos logran ¡°hablar balleno¡±.
La llegada de la inteligencia artificial (IA) y el machine learning (aprendizaje autom¨¢tico) han revolucionado las expectativas de lograr una comunicaci¨®n compleja con otras especies. Estas tecnolog¨ªas permiten a los expertos analizar los sonidos, movimientos y comportamientos animales a una velocidad y con una precisi¨®n que ser¨ªa imposible para los humanos. En el estudio del equipo de Whale SETI, por ejemplo, la tecnolog¨ªa fue esencial para poder decodificar y reproducir las llamadas de las ballenas. Se usaron equipos avanzados para escuchar y analizar las grabaciones de los sonidos de estos animales, lo que ayud¨® a los cient¨ªficos a detectar patrones y diferencias en su comunicaci¨®n, as¨ª como variaciones en el tono de sus llamadas y en la manera en que producen los sonidos.
Kate Armstrong, directora del programa Interspecies Internet, est¨¢ convencida de que en el futuro seremos capaces de descifrar y entender con alta precisi¨®n el lenguaje de varias especies animales. ¡°En cierto sentido ya lo estamos haciendo¡±, explica en una videollamada, y se?ala que uno de los grandes desaf¨ªos en la recopilaci¨®n de datos para la comunicaci¨®n con otras especies es la presencia de ruido. ¡°Por eso la mayor¨ªa de los estudios que se divulgan en los medios de comunicaci¨®n son proyectos de especies que viven bajo el agua, donde es m¨¢s sencillo extraer datos¡±, a?ade. ¡°Este avance tecnol¨®gico conlleva la necesidad de reflexionar cuidadosamente sobre c¨®mo usamos estas herramientas y considerar la implementaci¨®n de regulaciones para asegurar un uso ¨¦tico y responsable¡±.
Los l¨ªmites del mundo
Hablar con un animal usando su propio lenguaje tiene ciertas limitaciones. Por ejemplo, la reciente interacci¨®n con una ballena jorobada no fue una conversaci¨®n en el sentido humano, es decir, no intercambiaron ideas o significados complejos. Fue, m¨¢s bien, un intercambio de sonidos que mostr¨® que las ballenas pueden responder de forma inteligente y adaptativa a las se?ales auditivas. Los investigadores interpretaron esto como una prueba de que las ballenas pueden participar en un tipo de ¡°di¨¢logo¡± usando su propio sistema de comunicaci¨®n sonora. ¡°Aunque podamos decodificar sus sonidos o gestos, las diferencias en la cognici¨®n y el comportamiento entre humanos y otras especies pueden limitar la profundidad y el tipo de comunicaci¨®n posible¡±, se?ala Armstrong.
Mamen Hornos, ling¨¹ista y autora del libro Un cerebro lleno de palabras (Plataforma, 2024), cuestiona ¡°si realmente es posible traducir el pensamiento entre especies¡±. Hornos argumenta que, aunque compartamos algunas experiencias de la realidad con otros animales, como podr¨ªan ser las las relaciones causa-efecto o la orientaci¨®n espacial, no sabemos si ellos pueden entender ideas humanas profundas. ¡°Y tambi¨¦n puede haber cosas importantes para los animales que nosotros no entendemos¡±.
La autora menciona el c¨¦lebre aforismo del fil¨®sofo Ludwig Wittgenstein: ¡°Los l¨ªmites de mi lenguaje son los l¨ªmites de mi mundo¡±. Esta idea sugiere que nuestra forma de ver y entender el mundo est¨¢ muy conectada con nuestro lenguaje. En la comunicaci¨®n entre humanos y animales, eso se traduce en que cada especie puede estar limitada por su propia percepci¨®n ling¨¹¨ªstica y conceptual del mundo. La comunicaci¨®n inter-especies podr¨ªa nunca ser completamente sim¨¦trica o total, ya que cada especie percibe y entiende el mundo a trav¨¦s de su propio ¡°lente¡± ling¨¹¨ªstico y cognitivo.
Los l¨ªmites del lenguaje
Antes de que alguien creyera que era posible descifrar el lenguaje de las ballenas, hubo cient¨ªficos que hicieron c¨¦lebres experimentos intentando ense?ar a los animales el lenguaje humano. Por ejemplo, en 1966, solo tres a?os despu¨¦s de que saliera la novela El Planeta de los Simios, dos investigadores llamados Allen y Beatrix Gardner adoptaron a la chimpanc¨¦ Washoe para investigar la capacidad ling¨¹¨ªstica de los primates. Le trataron como si fuera un ni?o humano y le ense?aron a comunicarse usando la Lengua de Se?as Americana, una forma de comunicaci¨®n que usan las personas sordas. Washoe aprendi¨® m¨¢s de 350 se?as y pod¨ªa usarlas para hacer frases simples y expresar ideas de cierta complejidad.
En otro caso, en 1977, una investigadora llamada Irene Pepperberg trabaj¨® con un loro llamado Alex. Le ense?¨® m¨¢s de 100 palabras, y adem¨¢s, Alex aprendi¨® a reconocer formas, materiales y n¨²meros. Incluso invent¨® una palabra nueva para decir ¡°manzana¡± porque le costaba mucho decir ¡°apple¡± (manzana en ingl¨¦s) con su pico, que est¨¢ hecho para romper nueces y semillas. La Dra. Pepperberg record¨® despu¨¦s que las ¨²ltimas palabras que Alex le dijo antes de morir en su jaula fueron: ¡°S¨¦ buena. Te quiero. Nos vemos ma?ana¡±.
J. M. Mulet, investigador cient¨ªfico, y autor del libro Comemos lo que somos (Ediciones Destino, 2023) afirma que, aunque en su momento hubo estudios ¡°muy optimistas¡± que declararon haber logrado una comunicaci¨®n compleja con animales, estos finalmente no convencieron a expertos en lenguaje. Cita el caso del chimpanc¨¦ Koko, que fue entrenado por la psic¨®loga Francine Patterson. Se dec¨ªa que Koko hab¨ªa aprendido m¨¢s de 1.000 palabras en lenguaje de se?as y pod¨ªa tener conversaciones. Pero Mulet duda de si Koko realmente entend¨ªa que estaba usando un lenguaje nuevo.
¡°No es normal que si un chimpanc¨¦ es consciente de tener un nuevo sistema de comunicaci¨®n, no intente ense?¨¢rselo a otros chimpanc¨¦s, ni formule ninguna pregunta¡±. De hecho, no existen pruebas de que alg¨²n animal no humano haya formulado una pregunta en el sentido en que los humanos entendemos y utilizamos las preguntas. Hacer preguntas no es solo usar un lenguaje simb¨®lico; tambi¨¦n requiere autoconciencia y entender conceptos m¨¢s complejos que simplemente comunicar necesidades b¨¢sicas. ¡°El chimpanc¨¦ solo utilizaba ese lenguaje cuando el instructor humano se dirig¨ªa a ¨¦l. Para ¨¦l, no era una comunicaci¨®n, sino m¨¢s bien un juego¡±, a?ade el experto.
Para Mamen Hornos, lo que impide que un animal de inteligencia superior, como puede ser un primate, pueda llegar a utilizar el lenguaje humano como nosotros lo hacemos, es que ellos no tienen una comprensi¨®n jer¨¢rquica del lenguaje, sino lineal. Para entender esto, pensemos en la frase ¡°el gato come pescado¡±. En un procesamiento lineal, entender¨ªamos esta frase simplemente leyendo palabra por palabra en orden: ¡°El¡±, ¡°gato¡±, ¡°come¡±, ¡°pescado¡±. Cada palabra se entiende individualmente, una tras otra. Ahora, en un procesamiento jer¨¢rquico, analizamos c¨®mo se agrupan y relacionan los t¨¦rminos. ¡°El gato¡± es el sujeto y ¡°come pescado¡± es el predicado. En esta visi¨®n, no solo vemos palabras individuales, sino tambi¨¦n c¨®mo se relacionan entre s¨ª: el sujeto ¡°El gato¡± realiza la acci¨®n de ¡°comer¡± sobre el objeto ¡°pescado¡±. As¨ª, mientras el procesamiento lineal ve palabras una tras otra, el procesamiento jer¨¢rquico ve relaciones y estructuras m¨¢s complejas entre grupos de palabras.
¡°Hay una estructura jer¨¢rquica en el lenguaje humano que los animales no poseen¡±, explica la experta. ¡°Los animales entienden signos y s¨ªmbolos, pero no poseen la capacidad de entender la estructura sint¨¢ctica y las implicaciones m¨¢s complejas del lenguaje¡±.
Sin embargo, algunos cient¨ªficos argumentan que, dado que los humanos evolucionaron de ancestros comunes con otras especies, deber¨ªa existir cierta continuidad o relaci¨®n evolutiva entre nuestros sistemas de comunicaci¨®n y los de otras especies. Hornos defiende que la evoluci¨®n del lenguaje no tiene por qu¨¦ ser un proceso lineal o progresivo. ¡°La evoluci¨®n no es siempre gradual. Al igual que en la vida, donde hay momentos significativos que nos cambian, en la evoluci¨®n tambi¨¦n ocurren saltos importantes¡±, se?ala.
?Cambiar¨¢ nuestra relaci¨®n con los animales?
Kate Armstrong afirma que uno de los grandes prop¨®sitos del proyecto Interspecies Internet es que una mayor comprensi¨®n del lenguaje de los animales contribuya a aumentar nuestra empat¨ªa hacia ellos. ¡°Entender el lenguaje de las especies amenazadas puede proporcionar informaci¨®n valiosa para su conservaci¨®n. Por ejemplo, saber lo que los animales comunican sobre sus amenazas o necesidades de apareamiento puede ayudar a los conservacionistas a tomar decisiones m¨¢s informadas para proteger h¨¢bitats y especies¡±. Seg¨²n la experta, a medida que comprendemos mejor c¨®mo se comunican los animales, podr¨ªamos llegar a reconocer y valorar m¨¢s su inteligencia y capacidades cognitivas, y a cambiar la forma en que los vemos y tratamos legal y socialmente.
Seg¨²n Marta Amat Grau, doctora en Veterinaria y responsable del servicio de etolog¨ªa en la Facultad de Veterinaria de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona, el avance en la comprensi¨®n del lenguaje y la comunicaci¨®n animal est¨¢ influenciando positivamente nuestra relaci¨®n con las mascotas. Grau explica que ¡°muchos problemas de conducta se originan en la falta de comprensi¨®n de c¨®mo nos comunicamos con perros y gatos¡±.
¡°Actualmente, tenemos un conocimiento amplio para interpretar, por ejemplo, los maullidos de un gato o los ladridos de un perro, especialmente cuando los analizamos en conjunto con su postura corporal, lo que nos puede indicar si est¨¢n experimentando ansiedad o buscando atenci¨®n¡±, explica. Adem¨¢s, menciona que en los ¨²ltimos a?os han aparecido aplicaciones dise?adas para traducir, de cierta forma, los sonidos o comportamientos de las mascotas a un lenguaje m¨¢s comprensible para los humanos. No obstante, advierte que la mayor¨ªa de estas aplicaciones no tienen validaci¨®n cient¨ªfica.
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