Los superh¨¦roes del c¨®mic vuelven al papel
Los Vengadores, La Liga de la Justicia o Spider-Man han calado de nuevo en el imaginario juvenil, pero como parte de una narrativa que se desplaza con comodidad entre el cine, la televisi¨®n, los juguetes y los videojuegos
En 1938, el primer n¨²mero de Action Comics presentaba un personaje llamado a revolucionar el noveno arte: Superman. El poderoso kryptoniano dispuesto a resolver los problemas de los terrestres abr¨ªa el camino a un g¨¦nero que, si bien ya se hab¨ªa anticipado en las novelas pulp, encuentra su sentido, canon y desarrollo en los tebeos hasta hacerse inseparable de ellos, logrando que superh¨¦roe fuera casi sin¨®nimo de c¨®mic. Pese a la persecuci¨®n que sufrieron los tebeos en los a?os cuarenta y cincuenta, acusados de pervertir las inocentes mentes juveniles, sobrevivieron y se hicieron fuertes en las d¨¦cadas siguientes gracias a la revisi¨®n encabezada por Marvel, que humanizaba a los superh¨¦roes acerc¨¢ndolos a la realidad juvenil de esa ¨¦poca.
Una evoluci¨®n constante que, justo 60 a?os despu¨¦s de la aparici¨®n del primer n¨²mero de Los 4 Fant¨¢sticos, ha llevado al g¨¦nero a cambios radicales: hoy, los superh¨¦roes se han convertido en el eje del fen¨®meno transmedia que Marsha Kinder o Henry Jenkins adelantaron, llev¨¢ndolo a fen¨®meno de masas audiovisual. Los Vengadores, La Liga de la Justicia o Spider-Man han calado de nuevo en el imaginario juvenil, pero como parte de una narrativa que se desplaza con comodidad entre el cine, la televisi¨®n, los juguetes y los videojuegos, que parece haber dejado a los c¨®mics en los que naci¨® en un lugar secundario. La causa, quiz¨¢s, haya que buscarla tambi¨¦n en la maduraci¨®n que viven las aventuras de los superh¨¦roes a finales de los ochenta, con obras como El regreso del caballero oscuro, de Frank Miller, Klaus Janson y Lynn Varley, o Watchmen, de Alan Moore, Dave Gibbons y John Higgins, que establecen una nueva lectura del g¨¦nero desde la mirada adulta y que favorecen el inicio de la llamada Edad Oscura, que contagia a todos los personajes y acompa?a la maduraci¨®n del lector.
Aunque nunca se abandon¨® al p¨²blico infantil y juvenil, las grandes editoriales encontraron en aquellos que se hab¨ªan criado con sus personajes a exigentes clientes que reclamaban tramas y reflexiones m¨¢s adultas, algo que se hizo habitual. Pese a los continuos reboots en busca de nuevas generaciones lectoras, lo cierto es que fue el salto al audiovisual el que consigui¨® reenganchar a la juventud a seguir las aventuras de los seres m¨¢s poderosos del planeta.
Nuevas claves
El paso de los personajes de c¨®mic a la gran pantalla empez¨® ya en los a?os cuarenta con los seriales cinematogr¨¢ficos y fue una constante a lo largo del siglo XX, incluso con taquillazos como el Superman de Richard Donner o el Batman de Tim Burton, pero fue la llegada de los refinados efectos especiales digitales lo que consigui¨® cambiar el rumbo del g¨¦nero.
Aquella frase de marketing del primer Superman, ¡°Creer¨¢s que un hombre puede volar¡±, se convierte en el siglo XXI en una realidad palpable que se extiende a cualquier proeza imposible y que hace sencilla la suspensi¨®n de la incredulidad que toda fantas¨ªa requiere. Casi 50 a?os despu¨¦s, los m¨¢s peque?os no reconocer¨ªan a Lobezno en el personaje que Len Wein, Herb Trimpe y John Romita Sr. crearon en las vi?etas de Hulk, sino en la archifamosa encarnaci¨®n de Hugh Jackman.
Reconvertidas Marvel y DC de editoriales en emporios de producci¨®n audiovisual, puntas de lanza de las todopoderosas Disney y Warner Bros., todo parec¨ªa indicar que los c¨®mics quedar¨ªan relegados a un segundo plano, un merchandising de las pel¨ªculas y, habida cuenta de la di¨¢spora de la audiencia de menor edad hacia los muchos m¨¢s rentables videojuegos, series y pel¨ªculas, en un nicho reducido y herm¨¦tico para los aficionados m¨¢s ac¨¦rrimos y talluditos. Una realidad que parec¨ªa ser confirmada por el continuado declive en ventas de los c¨®mics en papel: las cifras millonarias de los a?os noventa son ahora tan solo un vago recuerdo que se ha traducido en cifras 10 veces menores, que solo dan alguna alegr¨ªa puntual cuando los c¨®mics forman parte de un evento especial, como el reciente bombazo de los tebeos Batman/Fornite, con cantidades desmesuradas de compradores atra¨ªdos m¨¢s por el c¨®digo que permit¨ªa desbloquear accesorios en el videojuego que por la aventura en papel.
Sin embargo, este diagn¨®stico pod¨ªa ser cierto si se mira solo el g¨¦nero de superh¨¦roes, pero la realidad del tebeo en EE UU era muy diferente: en los ¨²ltimos a?os, las cifras que proporciona la auditora BookScan mostraban un aumento espectacular de las ventas de c¨®mics, sobre todo los dedicados a los m¨¢s j¨®venes. Aunque el cine hab¨ªa conseguido arrastrar las compras de algunos c¨®mics como Watchmen o V de Vendetta, los listados estaban proporcionando datos que hablaban de un cambio de h¨¢bitos de consumo que no era resultado del tr¨¢nsito del papel a la pantalla, sino de la entrada de nuevas formas de entender el c¨®mic.
El manga se posicionaba con facilidad entre los libros m¨¢s vendidos en las cadenas generalistas, lejos de un circuito de librer¨ªas especializadas fiel a los superh¨¦roes, y la repetida cantinela de que los ni?os y adolescentes ya no estaban interesados por el noveno arte se rebat¨ªa contundentemente con las cifras millonarias de ventas de las obras de Dav Pilkey o Raina Telgemeier. Si el primero hab¨ªa sabido conectar con los m¨¢s peque?os con El Capit¨¢n Calzoncillos o Polic¨¢n (publicados en Espa?a por SM), la segunda atra¨ªa a la juventud con historias cercanas y que hablaban en su lenguaje en las novelas gr¨¢ficas ?Sonr¨ªe!, Hermanas o Coraje (editadas en espa?ol por Maeva).
Otros superventas
Es de suponer que ver un c¨®mic de Telgemeier como el libro m¨¢s vendido del a?o encendi¨® las luces de los ejecutivos de las grandes editoriales de superh¨¦roes, que han dado un giro de tim¨®n de 180? a sus pol¨ªticas y se han lanzado directamente a la b¨²squeda del lector m¨¢s joven. En 2016 comienzan ya los primeros pasos, cuando DC Comics lanza las l¨ªneas DC Zoom y DC Ink, dedicadas a los m¨¢s peque?os, pero ser¨¢ en 2020 cuando la apuesta se hace firme, reconvirtiendo las colecciones en l¨ªneas de novelas gr¨¢ficas para infancia y juventud.
La estrategia se basa en varios pilares: por un lado, la apuesta por fichar escritores y escritoras superventas de la literatura infantil y juvenil como Ridley Pearson, Sarah Kuhn, Melissa de la Cruz, Laurie Halse Anderson, Maggie Stiefvater, Alex Sanchez o Claudia Gray. Por otro lado, la libertad absoluta otorgada a los creadores, sin las deudas de la continuidad de d¨¦cadas de los personajes y m¨¢s pr¨®xima a la revisi¨®n y reescritura de los g¨¦neros que se ha vivido en la literatura y el c¨®mic y que ha influido decisivamente en la nueva forma de encarar el audiovisual, con el ejemplo evidente del g¨¦nero de aventuras (es f¨¢cil encontrar las deudas de la famosa animaci¨®n Hora de Aventuras con la serie de c¨®mics La Mazmorra de Lewis Trondheim y Joann Sfar). Tambi¨¦n resulta fundamental un claro compromiso con una realidad social que apuesta decididamente por la diversidad y la inclusi¨®n actuando de eje de las obras. Y por ¨²ltimo, y no menos importante, la alianza con Penguin Random House como distribuidora para poder acceder a las cadenas generalistas.
Buenos ejemplos de los resultados de esta pol¨ªtica son las novelas gr¨¢ficas Diana, Princesa de las Amazonas, Green Lantern: Legado, ?Hola, Liga de la Justicia!, Superhijos o Superhero Girls (publicadas en Espa?a por Editorial Hidra), que, si bien pueden parecer aut¨¦nticas herej¨ªas en argumento y estilo gr¨¢fico para los fieles m¨¢s ortodoxos, encajan a la perfecci¨®n con la apabullante cultura visual de los ni?os y ni?as de hoy. Lo mismo se puede decir con obras como Wonder Woman: Hacia la tormenta, El C¨®digo Or¨¢culo, Gotham High, Teen Titans: Raven, Mera contra la marea o Harley Quinn: Cristales Rotos (tambi¨¦n editadas por la editorial Hidra en Espa?a), con tem¨¢ticas y formas m¨¢s pr¨®ximas a las multimillonarias sagas juveniles Crep¨²sculo o Divergente. La apuesta es, adem¨¢s, muy clara a la hora de buscar a las lectoras, tradicionalmente alejadas de un g¨¦nero muy masculinizado aunque perfil preferente en la lectura de libros, lo que aporta uno de los pocos peros que se le puede poner a esta tendencia, junto a la desafortunada invisibilizaci¨®n de la parte art¨ªstica: el mantenimiento de ciertos estereotipos rom¨¢nticos que parecen inamovibles pese a los cambios sociales.
Las l¨ªneas infantiles y young adult (cruce entre lo supuestamente juvenil y lo adulto) han logrado una respuesta entusiasta del p¨²blico, que ha tenido r¨¢pida respuesta desde Marvel, que se ha aliado con la gran experta en c¨®mic infantil y juvenil americano, Scholastic (editora de Pilkey o Telgemeier, entre otros), para lanzar una colecci¨®n de novelas gr¨¢ficas juveniles que ha debutado esta primavera con Miles Morales: Shock Waves, Avengers Assembly: Orientation, Ms. Marvel: Stretched Thin o Spider-Ham: Great Power, No Responsibility, que ser¨¢n publicadas en oto?o por Panini en Espa?a. Sin duda, el g¨¦nero de superh¨¦roes vive un momento dulce en cine, televisi¨®n y videojuegos, pero parece decidido a volver a reinar en el papel con fuerza, recuperando a los lectores y lectoras m¨¢s j¨®venes.
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