Salud en la piscina: efectos del cloro y por qu¨¦ es necesaria una ducha previa (y no orinar dentro)
El nivel excesivo de producto puede provocar irritaciones en los ojos e incluso problemas respiratorios, especialmente en ni?os y ambientes cerrados
Quiz¨¢s una de las poses veraniegas m¨¢s odiadas de Instagram sea la de los dem¨¢s remojando sus piernas en una piscina. Lo que no transmite esa impostaci¨®n estival es el caracter¨ªstico olor a piscina que solemos asociar a que el agua de ba?o tiene mucho cloro, su desinfectante m¨¢s habitual. Pero, en realidad, un olor intenso indica justo lo contrario: una insuficiente cloraci¨®n. Es se?al de que el cloro se ha consumido para neutralizar la suciedad de la piscina, generando en ese proceso unos compuestos vol¨¢tiles irritativos llamados cloro combinado o cloraminas, verdaderos culpables de los malos olores y los problemas de salud vinculados al saneamiento. Si bien la nataci¨®n regular aporta gran cantidad de beneficios, seg¨²n el Ministerio de Sanidad, ¡°un nivel excesivo de cloro o sus derivados puede generar irritaciones en los ojos, e incluso problemas respiratorios, sobre todo en ni?os y en ambientes cerrados como las piscinas climatizadas o spas¡±.
Aunque sobre su efecto en los ni?os existen investigaciones discrepantes, de acuerdo a un grupo de expertos belgas e italianos, ¡°la asistencia a piscinas durante la infancia se asocia a un mayor riesgo de bronquiolitis, con el consiguiente aumento del riesgo de asma y sensibilizaci¨®n al¨¦rgica¡±. Conforme a otra investigaci¨®n realizada en Corea del Sur, ¡°la inhalaci¨®n cr¨®nica de cloro contribuye a la inflamaci¨®n de las v¨ªas respiratorias en asm¨¢ticos¡± y, seg¨²n varias publicaciones, ¡°los ni?os, los nadadores de ¨¦lite y los empleados de piscinas cubiertas son m¨¢s propensos a desarrollar afecciones respiratorias, como hiperreactividad bronquial, asma y rinitis, debido a su mayor exposici¨®n al cloro¡±. De hecho, estas patolog¨ªas son percibidas con m¨¢s frecuencia por trabajadores de piscinas donde la concentraci¨®n de cloro en el aire est¨¢ por encima de lo debido, seg¨²n varios especialistas espa?oles en ciencias del deporte.
Aparte de mediante inhalaci¨®n, otras posibles v¨ªas de exposici¨®n a los qu¨ªmicos de las piscinas son su absorci¨®n por la piel o su ingesti¨®n con el agua. La Agencia de Protecci¨®n Ambiental de Estados Unidos (EPA) calcula que los nadadores adultos tragan 32 mL por hora (unas dos cucharadas) y los ni?os, que pasan el doble de tiempo a remojo, cuatro veces m¨¢s. Por ejemplo, el contacto del agua clorada con los dientes se ha vinculado a erosi¨®n dentaria, aunque ello podr¨ªa deberse al nivel de acidez del agua, un par¨¢metro que tambi¨¦n se controla por afectar a la eficacia de la cloraci¨®n. As¨ª, investigadores polacos constataron lesiones dentales en uno de cada cuatro nadadores profesionales, frente a tan solo en uno de cada 10 ba?istas con fines recreativos. ¡°La duraci¨®n de la nataci¨®n y la cantidad de entrenamiento aumentan el riesgo¡±, zanjaban.
El cloro ¡ªhipoclorito s¨®dico (NaClO), por su denominaci¨®n qu¨ªmica correcta, que disuelto en agua conocemos como lej¨ªa¡ª es necesario para eliminar microorganismos que puedan ser fuente de infecciones. Oxida las mol¨¦culas org¨¢nicas complejas de nuestros fluidos, de las bacterias, los hongos o las algas transform¨¢ndolas en compuestos m¨¢s simples, que se evaporan. Pero esa purificaci¨®n del agua tiene un efecto indeseado: genera los denominados subproductos de la desinfecci¨®n (SPD), que pueden ser t¨®xicos. Los SPD engloban cientos de compuestos, entre ellos las citadas cloraminas, resultantes de la reacci¨®n qu¨ªmica entre los desinfectantes y las part¨ªculas org¨¢nicas que contaminan el agua, la mayor¨ªa introducidas por los ba?istas.
Son el producto, por ejemplo, de la interacci¨®n entre el hipoclorito con la materia org¨¢nica nitrogenada de los g¨¦rmenes, el sudor, la saliva y la orina de los nadadores o con cosm¨¦ticos, como el desodorante o la protecci¨®n solar. A mayor suciedad del agua, m¨¢s SPD se liberan, algunos de los cuales se han vinculado con capacidad de alterar nuestro ADN y aumentar el riesgo de c¨¢ncer de vejiga. Como el cloro, las cloraminas son vol¨¢tiles y se evaporan r¨¢pido o se degradan con el sol en una piscina abierta, pero se acumulan en el aire de las instalaciones cubiertas, si no est¨¢n bien ventiladas. ¡°Al tener m¨¢s densidad que el aire, se quedan flotando sobre el agua, as¨ª que la zona donde respiran los nadadores es la m¨¢s insana¡±, subraya Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, jubilado del departamento de salud p¨²blica del Ayuntamiento de Madrid, donde llev¨® el control de riesgos ambientales en piscinas durante 20 a?os.
¡°Todo lo que entre en el agua, interacciona con el cloro y disminuye su eficacia¡±Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, Salud P¨²blica del Ayuntamiento de Madrid
Pero es que, adem¨¢s de aumentar los irritantes en el agua, estas interacciones con la suciedad disminuyen la propia capacidad desinfectante del cloro. ¡°Todo lo que entre en el agua, interacciona con el cloro y disminuye su eficacia¡±, recalca Rodr¨ªguez por tel¨¦fono, mientras remoja sus pies en las m¨¢s atrayentes aguas de la playa de los Quebrantos, en Asturias, desde donde detalla esta compleja cascada de reacciones qu¨ªmicas. Para empezar, el producto que se vierte en el sistema de purificaci¨®n es el hipoclorito s¨®dico. Este, en contacto con el agua, se transforma en ¨¢cido hipocloroso (HClO) o cloro libre, el componente verdaderamente activo con poder bactericida. A m¨¢s suciedad, m¨¢s cloro libre interacciona con ella consumiendo el desinfectante activo ¡ªque hay que reponer¡ª y generando, a su vez, las cloraminas o cloro combinado, responsables del mal olor y las irritaciones. De ah¨ª que la necesidad de ducharnos antes de sumergirnos sea algo m¨¢s que una cuesti¨®n de higiene y civismo: se trata de evitar que la suciedad de nuestra piel aumente los t¨®xicos en la piscina y disminuya la eficacia del desinfectante. ¡°Pero la gente pone un pie, el otro pie, y se mete al agua¡±, lamenta el experto.
¡°Aunque la nataci¨®n es beneficiosa para la salud cardiovascular y ¨²til en rehabilitaci¨®n, tambi¨¦n presenta riesgos, sobre todo en forma de exposici¨®n a pat¨®genos microbianos y subproductos de la desinfecci¨®n¡±, se?alaban investigadores estadounidenses de la Universidad de Purdue. Tras estudiar muestras de la piscina cubierta de un instituto durante 14 meses, encontraron una relaci¨®n entre el n¨²mero de ba?istas con los niveles en el agua de urea (compuesto nitrogenado dominante en la orina y el sudor humanos) y con los niveles en agua y aire de cloraminas. Un elocuente comentario de especialistas en toxicolog¨ªa medioambiental chinos y canadienses titulado ¡°sigue nadando, pero deja de orinar en las piscinas¡± recordaba una encuesta realizada a 1.000 estadounidenses: casi uno de cada seis admiti¨® haber ¡°orinado en la piscina¡± y una mayor¨ªa (el 68%) refiri¨® no ducharse siempre antes de entrar en ella. ¡°Recomendamos encarecidamente una buena higiene de los ba?istas que incluya ducharse antes de entrar en las piscinas y mantener los fluidos corporales fuera de las mismas¡±, imploraban.
Reacciones al¨¦rgicas
Como recuerda Laura Cabanes, jefa de neumolog¨ªa infantil en el Hospital Universitario Infanta Elena, en Valdemoro (Madrid), durante la primera d¨¦cada de este siglo varias sociedades m¨¦dicas empezaron a advertir sobre los riesgos del cloro de las piscinas. Por ejemplo, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica, Alergolog¨ªa y Asma Pedi¨¢trica (SEICAP), este ¡°act¨²a como desencadenante de reacciones al¨¦rgicas, no como al¨¦rgeno en s¨ª¡±, un riesgo que aumenta en ni?os con dermatitis at¨®pica, asm¨¢ticos y en los que sufren rinitis al¨¦rgica. Pero Cabanes va m¨¢s all¨¢: ¡°en algunas personas sin asma expuestas de manera cr¨®nica, como nadadores profesionales o socorristas, hay descritos cambios en las v¨ªas respiratorias parecidos a los que tienen los asm¨¢ticos¡± aunque, contin¨²a esta pediatra, ¡°sigue habiendo mucha controversia, la relaci¨®n no est¨¢ del todo clara¡±. En su experiencia, recuerda a dos adolescentes sin factores predisponentes que desarrollaron asma tras empezar nataci¨®n a nivel semiprofesional, y a un ni?o que solo presentaba broncoespasmos al acudir a la piscina.
En ocasiones, el contacto con estos qu¨ªmicos da sustos mayores. En agosto, cuatro ni?os resultaron intoxicados leves por una fuga de cloro en forma de gas en la piscina de Miralbueno, en Zaragoza. ¡°Ol¨ªa fuerte, como a lej¨ªa, y hab¨ªa una nube amarilla que han inhalado¡±, declaraba uno de sus padres al Heraldo de Arag¨®n. ¡°Fue muy leve, necesitaron solo tratamiento con oxigenoterapia¡±, detalla a EL PA?S Armando Cester, jefe m¨¦dico de los bomberos de Zaragoza, que asistieron el incidente. Un caso similar afect¨® en junio a 15 menores de Huesca que tambi¨¦n presentaron s¨ªntomas leves, lo habitual en estos casos, reitera Cester. ¡°Cuando el cloro est¨¢ en fase gas, tienen un color amarillo-verdoso y cuando est¨¢ en fase l¨ªquida es ¨¢mbar, con lo que un derrame se ve perfectamente¡±, ilustra Jos¨¦ Marc¨¦n, subjefe de intervenci¨®n de este servicio de bomberos. Los s¨ªntomas de una intoxicaci¨®n son graduales: ¡°Con muy poca cantidad, 5 partes por mill¨®n (ppm), ya nos pican los ojos; con 15 ppm, la garganta; con 30 ppm tenemos v¨®mitos; y de 40 a 60, edema pulmonar. Por tanto, la intervenci¨®n debe ser bastante r¨¢pida¡±, advierte. Precisamente, este diario recogi¨® en 1992 el caso de una ni?a fallecida por edema pulmonar y otros 11 menores afectados tras inhalar cloro que se estaba manipulando en su presencia en una piscina climatizada de Orense. En China se han descrito casos de disfunci¨®n pulmonar prolongada tras intoxicaciones agudas similares.
Para no ¡®liarla parda¡¯
Los criterios y controles que deben cumplir las piscinas de uso p¨²blico y privado los detall¨® un real decreto de 2013 que prest¨® atenci¨®n por primera vez no solo a la calidad del agua, sino tambi¨¦n a la del aire en las climatizadas. La normativa exige, por ejemplo, asegurar una buena ventilaci¨®n y una climatizaci¨®n que minimice la evaporaci¨®n del cloro y sus derivados. ¡°La temperatura ambiente tiene que estar uno o dos grados por encima de la del agua porque, si hay una diferencia mayor, se evapora¡±, aclara Rodr¨ªguez. Como explica Marc¨¦n, para desinfectar el agua de ba?o, en las piscinas se deben usar tres dep¨®sitos diferentes: uno para el hipoclorito s¨®dico; otro de sulfato de aluminio, floculante utilizado para que part¨ªculas en suspensi¨®n grandes, como hojas o insectos, caigan al fondo; y otro de ¨¢cido sulf¨²rico o clorh¨ªdrico, usado como desincrustante y para disminuir el pH del agua, par¨¢metro que afecta a la eficacia del hipoclorito. ¡°Si este y el ¨¢cido se mezclan por error, se genera un producto bastante corrosivo y peligroso llamado cloro gas¡±, advierte Marc¨¦n. Aunque estos procesos ya est¨¢n automatizados en la mayor¨ªa de las piscinas p¨²blicas, en julio del a?o pasado un operario de 58 a?os falleci¨® en la localidad zaragozana de Luna tras una aparente confusi¨®n que llev¨® a descargar el hipoclorito en el dep¨®sito del ¨¢cido.
Existen alternativas al uso del hipoclorito s¨®dico, como el bromo, desinfectante m¨¢s frecuente en los spas. ¡°Al tener la temperatura del agua m¨¢s alta, el cloro trabaja peor porque se evapora y habr¨ªa mucho olor en el ambiente¡±, se?ala Rodr¨ªguez. Y en los ¨²ltimos a?os se ha popularizado la cloraci¨®n salina. Se trata de sal com¨²n (cloruro s¨®dico o NaCl) que mediante la aplicaci¨®n de electricidad deriva en el ya conocido hipoclorito s¨®dico. Es m¨¢s sostenible, de mantenimiento m¨¢s sencillo y no genera olores ni irritantes porque a medida que va desinfectando se transforma de nuevo en sal.
En todo caso, existen consejos para una nataci¨®n saludable. Los Centros para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades estadounidenses (CDC) recomiendan mantenerse fuera del agua si se padece diarrea, ducharse durante un minuto antes de sumergirse, no orinar ni defecar dentro, hacer pausas horarias para llevar a los ni?os al ba?o o revisar sus pa?ales lejos del agua ¡ªevitando as¨ª que los g¨¦rmenes entren en ella¡ª, lavarse las manos despu¨¦s de hacerlo y no tragar agua. Tambi¨¦n se pueden usar gafas acu¨¢ticas para evitar los ojos rojos y, como a?ade Cabanes, ¡°acudir a piscinas que cumplen las normativas, evitar estar muchas horas, en especial si hay un olor intenso a cloro, y ducharse tambi¨¦n despu¨¦s del ba?o¡± para eliminar los restos de cloro de la piel y el pelo. Y no olvidemos la contundencia de los CDC: ¡°?Mantenga el agua sin pis, caca, sudor y suciedad!¡±.
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