Qu¨¦ es el movimiento HAES o por qu¨¦ puedes tener buena salud con cualquier talla
Un nuevo movimiento reivindica que la salud est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con factores sociales, econ¨®micos, ambientales, que requiere de una respuesta social y pol¨ªtica, y que no solo somos ¡°saludables¡± si pertenecemos a un patr¨®n f¨ªsico
Desde hace tiempo vemos modelos m¨¢s diversos de salud, cuerpos diferentes a lo normativo, m¨¢s reales, y esto no es producto de la casualidad ni de la dejadez, es resultado de un movimiento que se ha plantado frente a la jerarqu¨ªa de la delgadez. Hartos, pero principalmente hartas, de someternos a dietas, restricciones, deporte excesivo, ayunos, operaciones est¨¦ticas, y de empeque?ecer nuestro cuerpo y modificarlo para conseguir encajar, ha surgido un movimiento que pone en el centro la salud, fuera de los c¨¢nones est¨¦ticos.
HAES (Health At Every Size) es un movimiento pac¨ªfico que pretende poner de manifiesto que la salud est¨¢ ¨ªntimamente relacionada con factores sociales, econ¨®micos, ambientales y que, por tanto, requiere de una respuesta social y pol¨ªtica. Se aleja de la idea de que todos podemos ser ¡°saludables¡± solo si pertenecemos a un patr¨®n f¨ªsico. Reivindica la salud en todos los cuerpos y todas las tallas, ya que la salud es algo integral, y el peso no dice nada de ella. Hist¨®ricamente, la delgadez ha sido la abanderada de la salud, sin saber qu¨¦ escond¨ªa esa delgadez y, por supuesto, dejando fuera y acusando de enfermedad o malos h¨¢bitos a todos los cuerpos que no cumplan esos c¨¢nones.
Solamente por el hecho de ver un cuerpo de un tama?o mayor suponemos que no tiene unos buenos h¨¢bitos alimentarios, que no hace deporte, que es sedentario y que tiene una anal¨ªtica con unos valores que asustan al miedo. ?S¨ª? ?Y de d¨®nde sale tal afirmaci¨®n? ?C¨®mo sabemos todo eso simplemente viendo un cuerpo? En realidad no lo sabemos, pero al poner el peso en el centro del paradigma de la salud, todo lo que se aleje de ese rango de peso ideal, est¨¢ enfermo o descuidado. ?Cu¨¢ntos delgados se ven en cl¨ªnicas y hospitales con anal¨ªticas bastante mejorables? Pues los mismos que personas con cuerpos m¨¢s grandes: los hay con anal¨ªticas perfectas y con anal¨ªticas regulares.
Como digo, no es patrimonio de la delgadez tener un colesterol perfecto. De hecho, pacientes que padecen anorexia restrictiva tienen un perfil lip¨ªdico exagerado, y tienen una ingesta muy limitada de grasa, pero su colesterol y sus triglic¨¦ridos est¨¢n por las nubes, ya que su propio cuerpo los genera para favorecer su supervivencia. Estoy segura de que, si hici¨¦ramos una cata ciega de anal¨ªticas, el an¨¢lisis de una persona que pasa por una anorexia se le atribuir¨ªa a una persona de gran tama?o corporal.
Adem¨¢s, la salud parece ser el ¨²ltimo privilegio para adquirir. Se ha acu?ado del t¨¦rmino ¡°salutismo¡± para describir la creencia o el valor moral en lo que se ha convertido la salud, y la consecuci¨®n de esta. Casi que el objetivo principal de la vida es conseguir salud y disfrutar de ella, y para lograrla se pone en el centro a la fuerza de voluntad, y perdemos los contextos personales. No todos tenemos los mismos recursos econ¨®micos, ni sociales, no tenemos el mismo acceso a una alimentaci¨®n saludable, por lo que se crea un estatus: yo soy saludable y t¨² no. Ahora la salud da prestigio.
Estoy segura de que, si hici¨¦ramos una cata ciega de anal¨ªticas, el an¨¢lisis de una persona que pasa por una anorexia se le atribuir¨ªa a una persona de gran tama?o corporal
HAES busca que la salud sea accesible para todos y se procuren los mismos recursos para todos, o al menos que se tengan en cuenta y no se haga una tabla rasa desde el privilegio.
?Qu¨¦ reivindica este movimiento?
- Lo primero, que la salud no es algo ¨²nico en cuerpos delgados o normativos. La salud es posible en todas las tallas, ning¨²n peso asegura estar sano, ni, por el contrario, estar enfermo.
- No romantiza la obesidad, ni hace apolog¨ªa de esta: solo muestra diversidad. Visibiliza otros tipos de cuerpos sin etiquetarlos. Es importante sentirse representado y tener referentess. Pocas mujeres nos sentimos representadas en las modelos hiperdelgadas de los 90 y, por eso, y entre otros motivos, hemos crecido en la insatisfacci¨®n corporal. Si solo se visibiliza ese tipo de cuerpos, se asume que no estamos bien y que hay que modificar los nuestros para estar lo m¨¢s cerca del canon. Puede ser que creas que ahora es excesivo, que parece que solo hay cuerpos grandes y muy grandes. Bueno, echa la vista atr¨¢s y preg¨²ntate si era normal que solo hubiera cuerpos tan sumamente delgados. Ahora hay de todo, pero nos llaman la atenci¨®n los novedosos. Es importante saber que la OMS ya no contempla la obesidad como una enfermedad, sino como un factor de riesgo. Esto mismo pas¨® con la homosexualidad, ya no es una enfermedad. ?La ciencia avanza!
- Promueve que no se haga una medicina pesocentrista, es decir, que ante un cuerpo grande el primer diagn¨®stico no sea la p¨¦rdida de peso. De esta manera parece que toda dolencia que sufra una persona gorda es causada por s¨ª misma. Lo mismo s necesario desde la nutrici¨®n, no podemos prescribir p¨¦rdida de peso, ni pautas de adelgazamiento, ni desviar la atenci¨®n de la consulta sobre el peso (que es algo que voluntariamente no podemos controlar, no se puede pesar determinados kilos porque s¨ª). Debemos centrarnos en lo que se puede cambiar y sostener en el largo plazo, como los h¨¢bitos alimentarios, la actividad f¨ªsica, la mejora de la calidad del sue?o, poner el foco en la mejora de la calidad de vida del paciente y sacar de la consulta la b¨¢scula. Si el paciente pierde algo de peso ser¨¢ como consecuencia de los cambios anteriores, pero nunca ser¨¢ el objetivo de la consulta.
- Que el peso haya sido el epicentro de cualquier consulta de nutrici¨®n ha tenido graves consecuencias. Existen los dietantes cr¨®nicos, aquellas personas que van de una dieta en otra, porque al ser pautas muy restrictivas, no adaptadas a su vida, metidas con calzador y no individualizadas, que, por supuesto, no pueden hacer cambios de h¨¢bitos reales y que peri¨®dicamente van de una a otra, pas¨¢ndose la vida a dieta. Sin olvidar los casos m¨¢s graves, no hay que perder de vista que al menos un 10% de los TCA (trastornos de conducta alimentaria) han comenzado con una dieta.
Este movimiento ha retomado la semilla del fat activism de la d¨¦cada de los 70, y hace menos de tres meses, la Universidad de Harvard present¨® un programa de salud en todas las tallas. Se vienen cambios. Se le acusa de anti-ciencia, cuando es la misma ciencia, pero sin sesgos esta vez, la que lo avala. Es un movimiento nuevo e imprescindible.
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