Violencia est¨¦tica: el precio de ser guapas
Las mujeres aprendemos desde ni?as que nuestro aspecto f¨ªsico es muy importante y es clave en nuestro ¨¦xito. Esta presi¨®n se asume como autoexigencia y puede tener graves efectos f¨ªsicos y psicol¨®gicos
No hay d¨ªa en el que no aparezcan una o m¨¢s noticias que hablan del f¨ªsico de una mujer famosa, algo claramente importante que determina el pulso de un pa¨ªs, la raci¨®n diaria de salseo a costa de un jarr¨®n, perd¨®n, quer¨ªa decir una mujer.
Recientemente, se han criticado los pechos de la actriz Florence Pugh, a quien se le ocurri¨® ponerse un vestido semitransparente y, obviamente, los se?ores tet¨®logos, doctorados por la universidad a la que ellos mismos dan nombre, le dijeron que eran demasiado peque?os para ense?arlos. Tambi¨¦n ha sido noticia la calvicie de Jada Pinkett, con doble raci¨®n de violencia ofrecida por el presentador de la gala de los ?scar y por su marido, Will Smith, haciendo alarde de masculinidad t¨®xica. O Camilla Cabello, que cometi¨® el crimen de ponerse en biquini. Y por hacer un gui?o a lo patrio, que en esto no nos quedamos atr¨¢s, incluso son noticia los kilos que subi¨® y que posteriormente ha bajado la actriz Paula Echeverr¨ªa por su embarazo.
Estas noticias no son m¨¢s que una muestra de los expuestos que est¨¢n los cuerpos femeninos, que llegan a ocupar espacio en medios solo por haber subido o bajado de peso, por haberse te?ido o no, por ense?ar una teta¡ por el mero hecho de existir. Esta forma de hablar de los cuerpos de los dem¨¢s, y en especial del de las mujeres, es parte de la violencia est¨¦tica.
Violencia est¨¦tica es esa presi¨®n social, impuesta especialmente sobre las mujeres, para adaptarse a los c¨¢nones est¨¦ticos. Desde ni?as aprendemos que nuestro aspecto f¨ªsico es muy importante y es clave en nuestro ¨¦xito. Esta presi¨®n se asume como autoexigencia y puede tener graves efectos f¨ªsicos y psicol¨®gicos.
Actualmente, los c¨¢nones dictan que las mujeres debemos ser delgadas, pero no mucho. La delgadez excesiva fue cosa de los noventa, cuando hac¨ªamos dietas imposibles para caber en una talla 34 y luego con los a?os nos enteramos de que esas modelos sosten¨ªan su delgadez a costa de drogas, alcohol y trastornos alimentarios varios. Adem¨¢s, se nos pide que seamos j¨®venes, como una cara proporcionada, nariz perfecta, (las cejas van cambiando con las modas), atractivas, de piel blanca, tersa, altas (pero no m¨¢s que sus parejas masculinas, eso no estar¨ªa bien visto). Y por cierto, tambi¨¦n depiladas, el vello no es algo femenino. Lo dicen los c¨¢nones, y cuando se quiere justificar este sinsentido se apela a la higiene: las mujeres con pelos en las axilas tienen una higiene en entredicho, mientras que los hombres lucen perfectos con todos sus pelos. Nos dicen c¨®mo tenemos que ser y nuestro reto es acercarnos a ello, lo m¨¢ximo posible. Si eres guapa de gratis, la lucha es mantenerlo, y no dejar que la edad pase por ti.
Por qu¨¦ es discriminaci¨®n
La violencia est¨¦tica se apoya en cuatro pilares discriminatorios seg¨²n la soci¨®loga Esther Pineda: sexismo, gerontofobia, racismo y gordofobia.
Es sexista porque estas exigencias solo se aplican sobre nuestros cuerpos, sobre el de las mujeres. De hecho, si revisamos el refranero espa?ol, ¡°el hombre como el oso, cuanto m¨¢s peludo m¨¢s hermoso¡±, para ellos todo vale. En cambio, en referencia a la mujer se oyen frases gloriosas como ¡°no hay mujer fea, si no copas de menos¡± o ¡°tiran m¨¢s dos tetas que dos carreras¡±. Saquen ustedes sus propias conclusiones.
Los c¨¢nones de belleza son gerontof¨®bicos, no quieren mostrar ning¨²n rastro de madurez, envejecimiento o deterioro. La piel debe seguir lisa, sin ninguna arruga o marca, nada que muestre el paso del tiempo. Es muy curioso c¨®mo en los anuncios de cremas antiarrugas o anti-edad se usan modelos que claramente no tendr¨¢n arrugas hasta dentro de diez a?os. Nos da terror envejecer, podemos cumplir a?os, pero que no se note. Y para eso te?imos nuestro pelo si aparecen canas, usamos rutinas de belleza m¨¢s largas que la lista de los reyes godos, exfoliamos nuestra piel, usamos radiofrecuencia, maderoterapia¡ un sinf¨ªn de rituales que no sabemos de d¨®nde salieron, pero repetimos como un mantra con tal de no mostrar nuestra edad.
Esto nos afecta a todas, da igual como seamos. De hecho, hace muy poco Kim Kardashian dec¨ªa al New York Times que estar¨ªa dispuesta a comer heces si eso fuera el elixir de la eterna juventud. S¨ª, ella, que rezuma lozan¨ªa y por supuesto tiene su propia l¨ªnea cosm¨¦tica.
En el caso de la edad es curiosa la diferencia entre hombres y mujeres. A ellos se les permite envejecer y se aplaude, porque se convierten en maduritos interesantes, mientras que nosotras nos abandonamos y nos convertimos en ¡°la loca de los gatos¡±. Nunca George Clooney ha dado ni media explicaci¨®n sobre su pelo plateado, nadie se ha atrevido a decirle que le hace mayor o dejado, mientras que Sarah Jessica Parker ha tenido que justificar sus canas: ¡°Hay cosas m¨¢s importantes en el mundo que intentar parecer joven¡±.
Son racistas: se han basado sobre todo en la mujer blanca. Y si tienes dudas, preg¨²ntate cuantas modelos blancas conoces y a cuantas modelos negras.
La violencia est¨¦tica se apoya sobre la gordofobia: no se permite belleza en cuerpos grandes, que se convierten el centro de la mofa y el bullying. Con el tema del peso ocurre como con las axilas sin depilar de las mujeres: se hace una recomendaci¨®n blanqueada desde la salud. ¡°Ese peso no es sano, lo digo por tu bien¡±, se repite, como si simplemente viendo el cuerpo de alguien pudi¨¦ramos saber el estado de su salud.
No es casual que las mujeres apenas sepamos nada de nuestro ciclo menstrual, pero s¨ª tengamos mil trucos para disimular las caderas, aumentar el pecho o tapar imperfecciones. Y esto se debe a que nunca nos ense?aron a cuidarnos; no nos educaron en la salud, sino en la est¨¦tica.
Ejerces violencia est¨¦tica cuando das un codazo para se?alar el cuerpo de alguien que pasa por la calle, violencia es cuando le dices alguien ¡±qu¨¦ pena, con lo guapa que eres de cara¡±, violencia es decirle alguien que se tape las canas que parece una abuela. La sociedad somos v¨ªctima y verdugo de esta violencia, y solo denunci¨¢ndola y siendo conscientes de que la ejercemos, y de que la sufrimos, podemos cambiarla.
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