El virus respiratorio sincitial lleva a uno de cada 56 beb¨¦s que lo sufre a ingresar en el hospital
Un estudio europeo sugiere que vacunar a embarazadas o al lactante podr¨ªa evitar los efectos del microorganismo que causa la mayor¨ªa de las bronquiolitis y reducir la carga sanitaria
Las unidades de cuidados intensivos (UCI) pedi¨¢tricas han vuelto a su vieja normalidad oto?al. Despu¨¦s de un par de a?os de cierto desorden en el ecosistema de los virus respiratorios a causa de la expansi¨®n de la covid, el virus respiratorio sincitial, que causa la mayor¨ªa de las bronquiolitis en los ni?os m¨¢s peque?os, ha vuelto a hacer acto de presencia en su temporada habitual, a las puertas del invierno. La circulaci¨®n de este microorganismo est¨¢ al alza y, con ella, el auge de infecciones respiratorias que copan las unidades pedi¨¢tricas de los hospitales. Un estudio europeo publicado la semana pasada en The Lancet Respiratory Medicine calculaba que uno de cada 56 beb¨¦s sanos nacidos a t¨¦rmino (no prematuros) que sufre una infecci¨®n por el virus respiratorio sincitial (VRS) acaba ingresado en el hospital. Los autores sugieren que vacunar a embarazadas o lactantes en el primer a?o de vida podr¨ªa reducir la carga sanitaria al evitar los efectos m¨¢s agresivos de este virus.
El VRS es la verdadera pandemia de los ni?os: m¨¢s de 100.000 menores de cinco a?os fallecieron en 2019 por infecciones respiratorias asociadas a este virus, el 97% en pa¨ªses de ingresos medios o bajos, seg¨²n un estudio publicado en The Lancet. Ese a?o, hubo 33 millones de cuadros respiratorios vinculados al VRS en el mundo y 3,6 millones de ingresos hospitalarios por esta causa. ¡°La covid es de risa en comparaci¨®n con esto¡±, resume Carlos Rodrigo, director cl¨ªnico de Pediatr¨ªa del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. El virus afecta, sobre todo, a los menores de un a?o y los cuadros m¨¢s graves (los que terminan en la UCI), suelen producirse en los que tienen menos de tres meses de vida.
Antes de la pandemia, el VRS se presentaba siempre puntual a su cita, en torno al mes de diciembre, antes de que explosionase la epidemia de gripe. En la inmensa mayor¨ªa de los casos, la infecci¨®n por el virus respiratorio sincitial cursa de forma leve, con mocos, poca tos, escasa fiebre y mayor o menor dificultad para respirar. ¡°Pueden dar cuadros banales, como una rinitis. Pero en los m¨¢s peque?os, el virus puede afectar al bronquiolo, que es conducto m¨¢s estrecho justo antes de llegar al alveolo pulmonar. Si ese conducto se inflama, el aire no puede entrar. Hay mucosidad, se obstruye y provoca dificultad respiratoria¡±, relata Rodrigo. El problema es que no hay tratamiento. Solo medicaci¨®n paliativa: ox¨ªgeno, alimentaci¨®n por sonda y, si fuera necesario, ventilaci¨®n mec¨¢nica.
La comunidad cient¨ªfica sabe perfectamente que el VRS es una de las principales causas de hospitalizaci¨®n entre los lactantes, pero desconoc¨ªa la carga de atenci¨®n m¨¦dica real y precisa que implica este virus en los beb¨¦s sanos. Para aclararlo, un grupo de investigadores europeos reclutaron a m¨¢s de 9.000 beb¨¦s sanos nacidos a t¨¦rmino entre el 1 de julio de 2017 y el 31 de julio de 2020, y procedentes de cinco territorios europeos (Espa?a, Finlandia, Inglaterra, Escocia y los Pa¨ªses Bajos). Los siguieron durante un a?o, revisando minuciosamente su historia cl¨ªnica y su interacci¨®n con el sistema sanitario para reportar cualquier entrada a causa del VRS. Y, adem¨¢s, en un subgrupo de un millar de ni?os, cada vez que ten¨ªan alg¨²n tipo de sintomatolog¨ªa respiratoria, los padres la comunicaban de forma activa, se le tomaba muestras y se analizaban en busca del VRS.
Las conclusiones, publicadas en The Lancet Respiratory Medicine, se?alan que una cuarta parte de los lactantes experiment¨® una infecci¨®n respiratoria asociada al VRS y, de ellos, la mitad fueron atendidos m¨¦dicamente. Para Federico Martin¨®n-Torres, jefe de Pediatr¨ªa del Hospital Cl¨ªnico de Santiago y coautor de estudio, el impacto del VRS es muy elevado: ¡°Es much¨ªsimo. De todos los reci¨¦n nacidos sanos, en un a?o, el 14% va a necesitar atenci¨®n m¨¦dica por VRS. En n¨²meros absolutos, eso es mucho y explica que los hospitales se llenen¡±.
La incidencia de hospitalizaciones por el VRS en el primer a?o de vida fue del 1,8% aunque hubo variaciones entre pa¨ªses (en Espa?a, fue del 2,5%) y tambi¨¦n por meses ¡ªentre los nacidos en oto?o fue mayor¡ª. De los ni?os ingresados, el 5,5% requiri¨® hospitalizaci¨®n en cuidados intensivos. ¡°Lo de los pa¨ªses no es particularmente relevante porque puede deberse a la mayor o menor accesibilidad al pediatra o a los criterios de ingreso. Lo del mes de nacimiento es porque si naces durante la temporada en que circula el virus, tienes m¨¢s riesgo¡±, apunta.
Seg¨²n la investigaci¨®n, casi la mitad de los ingresos por infecciones del tracto respiratorio antes del primer cumplea?os tienen a este virus como responsable ¨²ltimo. El estudio constata, adem¨¢s, que los m¨¢s peque?os se llevan la peor parte: casi el 56% de los ingresos asociados al VRS fueron en ni?os de menos de tres meses de vida.
Los investigadores admiten, con todo, limitaciones en su estudio que pueden haber subestimado la carga de virus respiratorio sincitial. Empezando, por el impacto de la pandemia de covid, que los pill¨® a mediados de 2020 con el ensayo en marcha. Pero tambi¨¦n porque han podido pasar por alto infecciones respiratorias y hubo ingresos a los que no se les hizo prueba para confirmar si el causante era el VRS. Martin¨®n-Torres matiza, no obstante, que el margen de variabilidad es peque?o y los resultados, robustos.
Terapias preventivas
Para Rodrigo, que no ha participado en el estudio, la investigaci¨®n es ¡°importante y solvente, porque evidencia datos rigurosos y objetivos para tener en cuenta a la hora de implementar medidas terap¨¦uticas¡±. Los investigadores, de hecho, concluyen que, ¡°debido a que la mayor carga se observa en los beb¨¦s en sus primeros meses de vida, la vacunaci¨®n materna y la inmunizaci¨®n pasiva podr¨ªan tener un profundo impacto en la carga del virus respiratorio sincitial¡±.
Las alternativas preventivas contra el VRS son, por ahora, limitadas. Hay un anticuerpo monoclonal, el palivizumab, que est¨¢ comercializado, pero su administraci¨®n (es una dosis una vez por mes) est¨¢ limitada a los colectivos m¨¢s vulnerables, como los beb¨¦s muy prematuros o los que tienen problemas respiratorios o card¨ªacos graves. En cocina, explica Rodrigo, est¨¢ tambi¨¦n desarroll¨¢ndose una vacuna para embarazadas que, como ya sucede con la de la tosferina, har¨ªa que el beb¨¦ tuviese anticuerpos desde que nace. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en ingl¨¦s) ha aprobado otro anticuerpo monoclonal para lactantes, pero todav¨ªa no se comercializa en Espa?a. ¡°Este podr¨ªa evitar tres de cada cuatro casos y se ha comprobado que funciona en lactantes sanos. Es monodosis y dura los cinco meses de la campa?a¡±, apunta Martin¨®n-Torres.
Los datos del estudio europeo, sopesa Rodrigo, avalan la necesidad de un tratamiento preventivo. ¡°Es una tasa muy alta y se justifica, nos har¨ªa muy felices a los pediatras. Para que se haga una idea: en este momento, hay d¨ªas en los que no quedaban camas de UCI pedi¨¢trica en Catalu?a, se nos llenaban y se hizo un esfuerzo por abrir m¨¢s camas. La hospitalizaci¨®n est¨¢ repleta. En Ohio, por ejemplo, han tenido que abrir un hospital de campa?a para atender ni?os por culpa del VRS¡±.
Martin¨®n-Torres insiste en que uno de los objetivos del estudio era ¡°determinar con exactitud la carga de la enfermedad para tener datos para saber cu¨¢nto cuesta y cu¨¢nto se ahorra¡± con las medidas preventivas que vayan surgiendo. Esta investigaci¨®n ayudar¨¢, apunta, a que los gobiernos, ¡°echen sus cuentas¡± con m¨¢s precisi¨®n.
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