Un beb¨¦ seleccionado gen¨¦ticamente salva a su hermana de una grave enfermedad de la sangre
Diama naci¨® con una enfermedad de los gl¨®bulos rojos y solo un trasplante de m¨¦dula pod¨ªa curarla. Sus padres se sometieron a fecundaci¨®n ¡®in vitro¡¯ para tener otro hijo que pudiera curarla, procedimiento que se aplica por primera vez en Espa?a a esta dolencia
A Diama Ndiaye ya no le duele la barriga. Tampoco tiene esos ingresos constantes que la apartaban semanas enteras del colegio ni ha vuelto a sufrir aquellas terribles crisis de dolor que solo atenuaban con un c¨®ctel de m¨®rficos. Se ha curado de la drepanocitosis con la que naci¨®, una grave enfermedad hereditaria de la sangre que puede provocar fort¨ªsimos cuadros de dolor, problemas de movilidad y un alto riesgo de infecciones. ¡°Estoy recuperada¡±, murmura t¨ªmida la ni?a, de 11 a?os, en el sal¨®n de su casa de Terrassa (Barcelona). Saltando a su alrededor, ajena a todo, revolotea pizpireta su hermana Sokhna, de tres a?os: ella no lo sabe, pero le ha salvado la vida a Diama.
La drepanocitosis (tambi¨¦n llamada anemia de c¨¦lulas falciformes) era una sentencia de dolor constante y muerte prematura: la esperanza de vida con esta enfermedad ronda los 30 o 40 a?os. La ¨²nica cura, seg¨²n le explicaron los m¨¦dicos a la familia, era un trasplante de m¨¦dula ¨®sea de un donante compatible, idealmente un hermano, pero Diama no ten¨ªa. Los padres, que quer¨ªan tener m¨¢s hijos, pero tem¨ªan toparse otra vez con esta dolencia hereditaria ¡ªambos son portadores del gen an¨®malo¡ª, entraron en un programa del Hospital Sant Pau de Barcelona de diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantaci¨®n: esto es, un proceso de fecundaci¨®n in vitro con selecci¨®n gen¨¦tica de un embri¨®n no afectado por la enfermedad y que, en este caso, tambi¨¦n fuese compatible inmunol¨®gicamente con Diama. La idea era que el beb¨¦ naciese libre de la enfermedad y, adem¨¢s, que se le pudiesen tomar muestras de sangre de cord¨®n umbilical y m¨¦dula para trasplantarlas a la hija mayor y curarla. Y se logr¨®. Con Sokhna. Es la primera vez en Espa?a que se hace un proceso de selecci¨®n de un embri¨®n compatible y el posterior trasplante de m¨¦dula para curar la drepanocitosis.
Hasta hace poco, Diama solo conoc¨ªa una vida de dolores constantes. Naci¨® con la enfermedad, pero tardaron en saberlo porque los padres desconoc¨ªan ser portadores del gen que provoca la drepanocitosis. ¡°Naci¨® peque?a, con bajo peso, ten¨ªa dolor, lloraba mucho y ten¨ªa muchos ingresos¡±, recuerda la madre, Oulimata Ndiaye, de 33 a?os. El malestar la acompa?¨® siempre y su calidad de vida empeoraba cada tanto: con las constantes idas y venidas al hospital, se perd¨ªa semanas enteras de clase; y en el colegio, no pod¨ªa salir al patio en invierno porque el fr¨ªo le provocaba un dolor insoportable en los huesos.
Los gl¨®bulos rojos de Diama no eran redondeados ni ovalados. Se parec¨ªan m¨¢s a una hoz o a una media luna. La hemoglobina, que es la prote¨ªna que transporta el ox¨ªgeno en la sangre, era anormal y hac¨ªa que los hemat¨ªes se deformasen y perdiesen flexibilidad. En estas circunstancias, los gl¨®bulos rojos tienen dificultad para pasar por los vasos sangu¨ªneos m¨¢s peque?os y pueden obstruir el flujo de la sangre, provocando lesiones en los tejidos a los que no les llega bien el ox¨ªgeno. ¡°Estos cuadros oclusivos se traducen en mucho dolor y requieren ingreso hospitalario y tratamiento con m¨®rficos, incluso. [En esta enfermedad] se producen de manera reiterada¡±, explica Ana Polo, directora del servicio de Medicina Reproductiva de la Fundaci¨®n Puigvert-Sant Pau.
Estas crisis oclusivas suelen darse en cualquier parte del cuerpo, pero es especialmente com¨²n en los huesos ¡ªhasta destruirlos y requerir una pr¨®tesis, por ejemplo¡ª. En su caso, Diama sufr¨ªa muchas ¡°crisis vasooclusivas mesent¨¦ricas¡±, puntualiza Isabel Badell, directora de la Unidad de Trasplante Hematopoy¨¦tico del servicio de Pediatr¨ªa del Sant Pau. Esto significa que las obstrucciones sangu¨ªneas se produc¨ªan en la capa de grasa por donde circulan los vasos sangu¨ªneos que nutren el intestino. Por eso le dol¨ªa tanto la barriga. ¡°Hay una zona a la que no le llega bien la sangre, se necrosa y puede hacer un infarto mesent¨¦rico. Cuando ingresan, los tienes que sobrehidratar y, luego, dar analg¨¦sicos en diversos grados, hasta llegar a los m¨®rficos¡±, explica Badell.
¡°?Les gustar¨ªa tener otro hijo?¡±
Hay poco arsenal terap¨¦utico contra esta anemia falciforme: alg¨²n f¨¢rmaco de apoyo, transfusiones y recambios de sangre a demanda, ingreso hospitalario con hidrataci¨®n y analg¨¦sicos para el dolor. Y poco m¨¢s. El ¨²nico tratamiento curativo es el trasplante de m¨¦dula o de sangre de cord¨®n umbilical, admite Badell, que se hizo cargo del caso de Diama. ¡°La primera mejor opci¨®n [de donante] siempre es el hermano porque tiene una tasa de ¨¦xito del 90%. Luego, ya vendr¨ªa un donante no familiar, pero el ¨¦xito baja al 70% y tiene m¨¢s riesgo de rechazo y de enfermedad de injerto contra receptor¡±, explica.
La familia, originaria de Senegal, lleg¨® a Catalu?a en 2015, tras cuatro a?os viviendo en Navarra. Fue su pediatra del centro de salud, en Terrassa, quien los deriv¨® al Sant Pau, rememora Badell: ¡°En este caso no hab¨ªa hermanos, los padres no eran compatibles y hab¨ªa que buscar un donante. As¨ª que lo primero que les preguntas es si les gustar¨ªa tener m¨¢s hijos y, de ser as¨ª, si querr¨ªan que fueran compatibles con Diama para hacerle el trasplante. Y dijeron que s¨ª. La madre, que es muy entusiasta y con energ¨ªa, dijo: ¡®?Ya, ya, ya!¡¯¡±, r¨ªe la pediatra. Pero el proceso iba para largo.
El diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantaci¨®n solo se puede hacer en centros de referencia acreditados. Y todo se mira con lupa. Especialmente, si se buscan tambi¨¦n fines terap¨¦uticos a terceros. En esa situaci¨®n, es necesaria la autorizaci¨®n de la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida Humana, que valora cada caso de forma individual. No vale todo, remarca Polo: ¡°Esto no se trata de un beb¨¦ medicamento. Lo primero que se les pregunta a los padres es si les gustar¨ªa tener otro hijo y, a partir de aqu¨ª, si te dicen que s¨ª, es cuando les vas a proponer valorar todo esto. Pero no se trata de crear un ni?o que no quieren para que sea el salvador del hermano¡±. Coincide Badell: ¡°Esto, por ejemplo, no lo plantear¨ªa nunca a unos padres que estuvieran separados. Ya me lo han propuesto padres separados, pero no. Un hijo objeto, no¡±, censura tajante.
Libre de la enfermedad y ¡°feliz¡±
El proceso no es, ni mucho menos, un camino de rosas. M¨¢s bien, ¡°una carrera de obst¨¢culos¡±, conviene Polo. Y bastante larga: en la primera visita, en 2015, Diama ten¨ªa cerca de cinco a?os y el trasplante se logr¨® hacer finalmente en abril, siete a?os despu¨¦s.
Antes de iniciar el diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional, se hace un estudio a la pareja para confirmar que la mujer tiene buena reserva ov¨¢rica y el hombre, valores seminales normales. ¡°Tambi¨¦n la edad y el peso de ella son importantes para que la cantidad y la calidad de los ¨®vulos que tengamos sea bueno¡±, agrega Polo. Oulimata ten¨ªa 26 a?os y buena reserva ov¨¢rica, as¨ª que el pron¨®stico era favorable. Pero el proceso de fecundaci¨®n in vitro, aun as¨ª, suele ser complicado porque no todos los ¨®vulos que se consiguen con el tratamiento de estimulaci¨®n hormonal llegan a buen t¨¦rmino. Muchos se quedan por el camino. ¡°Algunos no estar¨¢n maduros y, de los que s¨ª lo est¨¦n, cuando les a?adamos los espermatozoides nos fecundar¨¢n entre el 60% o el 80%. A partir de ah¨ª, se desarrollar¨¢n hasta el d¨ªa cinco de desarrollo embrionario y perderemos algunos tambi¨¦n en ese tiempo. A los embriones que tengan cinco d¨ªas, les haremos una biopsia para extraer c¨¦lulas y analizarlos gen¨¦ticamente: queremos que no est¨¦n enfermos de drepanocitosis, que sean compatibles con ant¨ªgenos de histocompatibilidad leucocitaria [para hacer el trasplante a Diama] y que no tengan ninguna otra alteraci¨®n que haga al embri¨®n incompatible con la vida¡±, relata Polo.
La probabilidad de encontrar un embri¨®n sano, sin la enfermedad y compatible con Diama, era del 18%. De hecho, a pesar del pron¨®stico favorable para Oulimata, y tras lograr el aval de la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Humana Asistida, fueron necesarios tres ciclos de estimulaci¨®n hormonal para encontrar un embri¨®n sano y compatible ¡ªhubo otros tres que no eran portadores de la enfermedad, pero tampoco compatibles con Diama¡ª.
El embri¨®n seleccionado se le implant¨® a Oulimata en 2018 y en septiembre de 2019 naci¨® la revoltosa Sokhna. Pero la sangre de su cord¨®n fue insuficiente para el trasplante y hubo que esperar a que la peque?a creciera para poder hacerle una extracci¨®n de m¨¦dula ¨®sea. Finalmente, en abril de 2022, lleg¨® el principio del fin de la drepanocitosis de Diama: tras 11 a?os con la enfermedad, la ni?a pas¨® por un tratamiento previo de quimioterapia para eliminar su m¨¦dula ¨®sea con el fin de evitar el rechazo. Y luego, se someti¨® por fin el trasplante.
La hija mayor est¨¢ libre de la enfermedad. Y ¡°feliz¡±, musita. Para Oulimata, este proceso ha sido un doble regalo: ¡°Llev¨¢bamos ocho a?os esperando a quedarme embarazada y lleg¨® Sokhna, que resulta que tambi¨¦n pod¨ªa curar a su hermana. Estamos muy contentos¡±, celebra. Ahora, adem¨¢s, son familia numerosa: como la pareja quer¨ªa tener m¨¢s hijos, Oulimata se implant¨® en 2021 dos de los embriones sanos (aunque incompatibles con Diama) que se hab¨ªan congelado de forma preventiva durante el proceso de fecundaci¨®n in vitro y en julio nacieron Mouhamed y Aisha.
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