Las luces de la noche tambi¨¦n perjudican la salud humana
Recientes estudios muestran como la contaminaci¨®n lum¨ªnica afecta a la secreci¨®n de melatonina, altera el ritmo circadiano y trastorna al microbioma intestinal
Desde hace al menos una d¨¦cada, la cantidad de luz artificial que alumbra las noches ha ido aumentando casi un 10% al a?o. La contaminaci¨®n lum¨ªnica apenas deja ver ya las estrellas y le est¨¢ complicando el trabajo a los astr¨®nomos. Entre los animales, las luci¨¦rnagas macho ya no encuentran a las hembras en las zonas cercanas a las ciudades y hay peces que emergen acerc¨¢ndose a la playa de las zonas tur¨ªsticas creyendo que ya es de d¨ªa. Pero, m¨¢s all¨¢ del valor est¨¦tico de contemplar un cielo estrellado, ?c¨®mo afectan las luces de la noche a la salud humana?
La revista cient¨ªfica Science publica hoy jueves una edici¨®n especial centrada en la contaminaci¨®n lum¨ªnica. La media docena de trabajos publicados revisan lo que la ciencia sabe de sus muchos y variados impactos. La revisi¨®n cita, por ejemplo, c¨®mo la mayor¨ªa de los telescopios del planeta ya no observan el cielo como lo pod¨ªan hacer hace unos pocos a?os. Tambi¨¦n menciona un trabajo publicado en 2020 que mostraba c¨®mo la luz artificial estaba trastocando la vida animal. Uno de los mecanismos de este trastoque tiene que ver con una hormona que los humanos comparten con la pr¨¢ctica totalidad de los seres vivos: la melatonina. Esta hormona interviene en el reloj biol¨®gico, aumentando su producci¨®n y liberaci¨®n al anochecer y reduci¨¦ndola con la llegada del d¨ªa, induciendo el sue?o o el despertar.
Los resultados de un experimento con 100 personas expuestas a luz artificial, publicados en diciembre de 2022, mostraron la mec¨¢nica de la relaci¨®n entre exceso de iluminaci¨®n y supresi¨®n de la melatonina. La v¨ªa principal por la que el organismo sabe que se acerca la noche y toca dormir son los ojos, la cantidad de luz que entra por ellos. Los fotorreceptores de la retina se encarga de ello. Los m¨¢s conocidos son los conos y los bastones (los primeros permiten ver el mundo en colores, los segundos, funcionan como unas gafas de visi¨®n nocturna). Pero hay otras c¨¦lulas fotosensibles descubiertas hace un siglo, pero de las que se empiezan a conocer sus funciones ahora: las c¨¦lulas ganglionares intr¨ªnsecamente fotosensibles (ipRGCs, por sus siglas en ingl¨¦s), que son especialmente sensibles a la parte azul del espectro de la luz. El experimento con este centenar de personas permiti¨® confirmar que tanto los conos como las ipRGCs hacen algo m¨¢s que ayudar a ver. Se encargan de activar o cortocircuitar la liberaci¨®n de melatonina, afectando al ritmo circadiano.
El problema es que no hay muchos trabajos que analicen la conexi¨®n entre contaminaci¨®n lum¨ªnica y salud humana. La mayor¨ªa de ellos, como el del centenar de personas, se han realizado en el laboratorio o con trabajadores nocturnos expuestos, sobre todo, a iluminaci¨®n en interiores. En este segmento de la poblaci¨®n se ha demostrado una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y casos de c¨¢ncer. Pero solo ahora empieza a conocerse el impacto de las luces de la calle en condiciones reales.
Uno de los pocos experimentos realizados, cuyos resultados se publicaron el a?o pasado, implic¨® a conductores, peatones y personas dentro de sus casas expuestas a la luz de farolas reci¨¦n pasadas a tecnolog¨ªa LED. Durante una serie de experimentos, midieron los niveles de melatonina en la saliva. El trabajo no encontr¨® diferencias significativas de supresi¨®n de melatonina en los tres grupos. Sin embargo, otro trabajo realizado en un barrio de Nueva York en el verano de 2018, en el que los participantes llevaban una pulsera de actividad, detect¨® un ritmo circadiano alterado. En las conclusiones del estudio, los autores escrib¨ªan: ¡°Los individuos que viven en entornos urbanos oscurecen sus d¨ªas e iluminan sus noches¡±. El problema con ambos trabajos es que se hicieron con muestras muy reducidas, uno con 29 personas y el otro con 23, lo que complica generalizar sus resultados.
Otro de los impactos de la contaminaci¨®n lum¨ªnica sobre el reloj circadiano que rige el ciclo d¨ªa/noche viene por una v¨ªa reci¨¦n descubierta: el microbioma. Se sab¨ªa que la microbiota intestinal sigue y en parte protagoniza el ritmo circadiano, aumentando o rebajando la abundancia de determinadas especies seg¨²n el momento del d¨ªa. El a?o pasado, investigadores de la Universidad Nacional de Taiw¨¢n, publicaron un llamativo resultado aunque en ratones: Al exponerlos a luz artificial durante la noche, detectaron una actividad an¨®mala de las c¨¦lulas ipRGCs (los fotorreceptores de la retina mencionados m¨¢s arriba) y un correlativo cambio en la microbiota intestinal de los roedores. Y cada vez hay m¨¢s evidencias de que la salud humana depende en buena medida del estado de su microbioma, en particular el intestinal.
La investigadora del ISGlobal Barbara Harding estudia las alteraciones del ritmo circadiano y sus consecuencias para la salud dentro del grupo que dirige el responsable del programa de c¨¢ncer de esta instituci¨®n, el epidemi¨®logo Manolis Kogevinas. ¡°Estamos investigando el impacto de la contaminaci¨®n lum¨ªnica en la salud cardiovascular¡±, dice Harding. Los primeros resultados del trabajo, a¨²n no publicado, muestran que el exceso de iluminaci¨®n ¡°tiene un efecto sobre la hipertensi¨®n y la obesidad¡±, detalla. Este mismo grupo lider¨® otro trabajo publicado en 2018 que correlacionaba la exposici¨®n excesiva a la luz artificial con algunos tipos de c¨¢ncer, en particular a la luz azul de los LED.
Uno de los cient¨ªficos que m¨¢s han investigado la contaminaci¨®n lum¨ªnica es el profesor Cristopher Kyba, del Centro Alem¨¢n de Investigaci¨®n en Geociencias de Potsdam (Alemania). Kyba no es experto en impactos sobre la salud, pero destaca que hay ¡°muchas pruebas de que las personas que viven en ¨¢reas con iluminaci¨®n m¨¢s brillante tienden a tener peores resultados de salud, y para muchos de estos (por ejemplo, c¨¢ncer de mama, s¨ªndrome metab¨®lico), se sabe que existe una conexi¨®n con la exposici¨®n a la luz¡±. Kyba reconoce que, aunque se haya demostrado que contaminaci¨®n lum¨ªnica altera la vida del resto de seres vivos, ¡°no se ha demostrado claramente si la iluminaci¨®n exterior contribuye directamente o causa estos impactos en la salud humana en lugar de estar simplemente correlacionados con alg¨²n otro factor que tambi¨¦n tiene un impacto¡±.
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