Cu¨¢ndo introducir alimentos en la infancia para evitar alergias: mejor m¨¢s pronto que tarde
Un estudio constata que dar cacahuetes regularmente en los primeros a?os reduce el riesgo. Los expertos explican c¨®mo y en qu¨¦ casos exponer de forma temprana a huevos, l¨¢cteos o frutos secos
Un diminuto cacahuete puede desatar una tormenta inmunol¨®gica que deje a una persona al borde de la muerte. El sistema inmune se equivoca, toma por nocivo un elemento no da?ino ¡ªun fruto seco, una gota de leche de vaca o un trozo de huevo, por ejemplo¡ª, y al ingerirlo, desencadena una respuesta desproporcionada que va desde una mera urticaria a una anafilaxia (una reacci¨®n generalizada y potencialmente mortal). As¨ª funcionan las alergias alimentarias, un fen¨®meno en alza en todo el mundo que trae de cabeza a la comunidad cient¨ªfica. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, alrededor del 10% de la poblaci¨®n global sufre alergias a alimentos: se estima que afecta a uno de cada 10 adultos y a uno de cada 12 ni?os. Cualquier comestible puede generar esa revuelta anormal del sistema inmune, pero el huevo, la leche de vaca, los frutos secos, los pescados y las frutas son los alimentos m¨¢s conflictivos.
Para cercar esta explosi¨®n de casos, los alerg¨®logos han vuelto la vista a las primeras veces, al primer contacto con esos alimentos potencialmente alerg¨¦nicos en la infancia. Tradicionalmente, la recomendaci¨®n global de los cient¨ªficos era retrasar la introducci¨®n de algunos productos, los m¨¢s alerg¨¦nicos, en la primera infancia con la idea de esperar a que el sistema inmune del ni?o estuviese m¨¢s maduro para discernir correctamente qu¨¦ cosas eran nocivas y cu¨¢les no. Sin embargo, desde hace una d¨¦cada, los expertos han virado el tim¨®n hacia el lado contrario y propugnan, cada vez con m¨¢s ¨¦nfasis, que cuanto antes se introduzcan algunos de los alimentos m¨¢s alerg¨¦nicos, mejor. Por ejemplo, los cacahuetes, en una textura adaptada a la edad de los ni?os (en forma de crema de cacahuete, por ejemplo) para evitar la asfixia o problemas de degluci¨®n.
¡°Las recomendaciones anteriores para retrasar la introducci¨®n de alimentos alerg¨¦nicos se basaban en la suposici¨®n biol¨®gica de que evitar la exposici¨®n del sistema inmunol¨®gico del beb¨¦ a las prote¨ªnas de los alimentos evitar¨ªa el desarrollo de respuestas al¨¦rgicas. Sin embargo, estas recomendaciones no se basaron en evidencia cl¨ªnica o cient¨ªfica y tampoco tuvieron en cuenta el principio de que el desarrollo de tolerancia a un alimento es un proceso inmunol¨®gico activo que requiere una exposici¨®n temprana al alimento a trav¨¦s del tracto gastrointestinal¡±, defiende Gideon Lack, profesor de Alergolog¨ªa Pedi¨¢trica en el King¡¯s College de Londres. Precisamente, este investigador es coautor de un estudio publicado el pasado martes en la revista New England Journal of Medicine Evidence donde constatan que dar cacahuetes de forma regular durante los cinco primeros a?os de vida reduce un 71% el riesgo de alergias a estos alimentos en la adolescencia.
En la comunidad cient¨ªfica hay cada vez m¨¢s consenso en favor de la introducci¨®n temprana de alimentos para evitar alergias, pero todav¨ªa se mantiene un debate encendido en varios puntos y la evidencia es limitada en algunos comestibles. La Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP) recomienda mantener la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y, a partir de ah¨ª, ¡°a?adir de forma paulatina el resto de los alimentos¡±. A prop¨®sito de aquellos potencialmente alerg¨¦nicos, la AEP puntualiza: ¡°No existe evidencia de que retrasar su introducci¨®n m¨¢s all¨¢ de los seis meses prevenga del desarrollo de la alergia. Por el contrario, hay estudios que sugieren que la introducci¨®n precoz de estos alimentos en peque?as cantidades puede disminuir la aparici¨®n posterior de alergia¡±. Rosaura Leis, gastroenter¨®loga pedi¨¢trica y coordinadora del Comit¨¦ de Nutrici¨®n y Lactancia Materna, defiende una entrada progresiva de comestibles a partir de los seis meses de edad, pero con la lactancia materna como eje prioritario hasta el a?o de vida.
Los alerg¨®logos pedi¨¢tricos, por su parte, son m¨¢s flexibles en los tiempos de inicio de introducci¨®n de nuevos alimentos y abogan por empezar incluso antes de los seis meses de edad: ¡°Cuanto antes, mejor. Mejor desensibilizar que prohibir¡±, sintetiza la pediatra y alerg¨®loga Mar¨ªa Mesa del Castillo, vicepresidenta de la Sociedad Espa?ola de Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica, Alergolog¨ªa y Asma Pedi¨¢trica, que tambi¨¦n pertenece a la AEP.
La ¨²ltima investigaci¨®n de Lack es el culmen de varios estudios que analizaron en el tiempo el impacto de la exposici¨®n temprana al cacahuete. ¡°Es una continuaci¨®n del estudio Leap que demostr¨® que el consumo regular de cacahuete durante los primeros cinco a?os de vida redujo el desarrollo de alergia [a este alimento] en casi un 90%. Sin embargo, no sab¨ªamos qu¨¦ pasar¨ªa con estos ni?os si dejaran de comer este alimento con regularidad y si permanecer¨ªan protegidos contra la alergia al man¨ª en la adolescencia¡±, explica el cient¨ªfico por correo electr¨®nico. Para responder a ello, aconsejaron a los participantes del estudio que comieran o no cacahuete a placer durante los siete a?os siguientes y observaron si, con 13 a?os, aquellos a los que hab¨ªan introducido el cacahuete de forma temprana segu¨ªan protegidos. ¡°Descubrimos que la tolerancia adquirida en la primera infancia era una tolerancia inmunol¨®gica a largo plazo y que estos ni?os permanecen seguros y protegidos independientemente de si com¨ªan cacahuete o no¡±, resume.
Una ventana de oportunidad
Este hallazgo es un espaldarazo a la tesis actual de los pediatras alerg¨®logos, que defienden que en los primeros meses de vida hay una ventana de oportunidad donde el sistema inmune es m¨¢s moldeable. Concretamente, entre los cuatro y los seis meses de edad. ¡°Hay un per¨ªodo de ventana inmunol¨®gica que puede desviarse hacia la alergia o hacia la tolerancia de alimentos. Este estudio apoya el cambio de paradigma de introducci¨®n precoz de los alimentos, no solo para inducir tolerancia en la infancia, sino tambi¨¦n para toda la vida¡±, valora Montserrat ?lvaro, pediatra y alerg¨®loga del Hospital infantil Sant Joan de D¨¦u, que no ha participado en la investigaci¨®n.
La especialista matiza, eso s¨ª, que habr¨¢ que ver si estos resultados con el cacahuete, que es una leguminosa, son extrapolables al conjunto de los frutos secos. Los expertos sostienen que hay evidencia solvente de los beneficios de adelantar la introducci¨®n del cacahuete y el huevo, pero hay una laguna de conocimiento en otros comestibles. ¡°Como sabemos que retrasar la introducci¨®n de cacahuete y huevo es perjudicial y no existe una buena raz¨®n biol¨®gica por la cual el sistema inmunol¨®gico responder¨ªa a diferentes alimentos de diferentes maneras, existen buenas razones cl¨ªnicas y ¨¦ticas para recomendar la introducci¨®n m¨¢s temprana de todos los alimentos alerg¨¦nicos¡±, valora Lack.
El alimento que m¨¢s pol¨¦mica genera, si acaso, es la leche de vaca, admite el profesor brit¨¢nico: ¡°Esto se debe en parte a que no tenemos suficiente evidencia sobre la introducci¨®n temprana de la leche de vaca y tambi¨¦n a que existen diferentes tipos de alergia a la leche de vaca con diferentes mecanismos subyacentes y no est¨¢ claro si la estrategia de la introducci¨®n temprana se aplicar¨ªa a todos estos diferentes tipos de alergia a la leche de vaca¡±. Tom¨¢s Chivato, que es vicepresidente de Ciencia de la Academia Europea de Alergia e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica (EAACI) y no ha participado en el estudio de Lack, asume que la introducci¨®n temprana de alimentos es ¡°un enfoque nuevo¡±, pero prometedor. ¡°El debate est¨¢ en prevenir o tratar. Estos estudios van a dar luz y van a seguir de gu¨ªa, porque no hay consenso¡±, sopesa.
El debate, con todo, sigue abierto porque hay muchas variables y matices a tener en cuenta para dar recomendaciones precisas e incontestables. Para empezar, el c¨²ando empezar a introducir alimentos tambi¨¦n estar¨¢ determinado por el ni?o y si es capaz de comer s¨®lidos, coordinando la masticaci¨®n y la degluci¨®n para evitar el riesgo de asfixia. Tambi¨¦n se pueden emplear diversas texturas (enteros, machacados, triturados, en cremas...) para adaptar el alimento a sus capacidades.
Pero, tambi¨¦n, aparte del cu¨¢ndo se empieza, en el potencial desarrollo de las alergias es clave el c¨®mo se ingieren los alimentos: el preparado y la cocci¨®n. Chivato pone un ejemplo: ¡°El tomate natural provoca alergias, pero el tomate frito o el k¨¦tchup, no. El c¨®mo comemos el alimento influye¡±. A prop¨®sito de esto, ?lvaro ha terminado un estudio sobre prevenci¨®n de alergias al huevo con el alimento horneado, por ejemplo, en un bizcocho: ¡°Poner el huevo en una matriz de hidrato de carbono y someterlo a cocci¨®n hace que la prote¨ªna sea menos alerg¨¦nica, pero que induzca tolerancia¡±, explica. De hecho, los expertos en alergolog¨ªa pedi¨¢trica recomiendan adelantar el huevo cocido u horneado, nunca el crudo.
Otra variable fundamental es analizar el riesgo basal del menor. Esto es, si los ni?os sufren dermatitis at¨®pica grave o si tienen antecedentes familiares de padres y hermanos con atopia (alergias, dermatitis o asma). En estos casos, la probabilidad de que desarrollen alergias es mayor. ¡°En cuanto a la prevenci¨®n de las alergias, en general se puede decir que cuanto antes, mejor, especialmente en los beb¨¦s con eccema (dermatitis at¨®pica), que tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar alergias alimentarias y las desarrollan mucho antes en el primer a?o de vida.¡±, reflexiona Lack.
Choque con la lactancia materna exclusiva
La propuesta de avanzar la introducci¨®n de determinados alimentos, sin embargo, choca frontalmente con una de las vacas sagradas de la nutrici¨®n infantil: la lactancia materna, con ampl¨ªsimos beneficios para la madre y el beb¨¦ y recomendada por la OMS de forma exclusiva hasta los seis meses. Mesa del Castillo, que ejerce en el Hospital Universitario de M¨®stoles, cuenta, por ejemplo, que ante un beb¨¦ con alto riesgo, recomienda la introducci¨®n temprana de todo, incluso antes de los seis meses, como un suplemento a la lactancia materna: ¡°Desde el d¨ªa dos, leche de vaca; a los cuatro meses, huevo cocido, no crudo; y de cuatro a seis, frutos secos machacados en los cereales¡±. Leis, en cambio, advierte: ¡°Aunque recientemente se ha publicado que la incorporaci¨®n de peque?as cantidades de leche de vaca (cinco mililitros) en los primeros meses podr¨ªa favorecer la tolerancia, no hay suficiente evidencia y, adem¨¢s, los indiscutibles beneficios de la lactancia materna para la salud del ni?o a corto, medio y largo plazo, hacen que la recomendaci¨®n cient¨ªfica sea promocionar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida¡±.
Lack llama a ¡°reconsiderar¡± las directrices de la OMS: ¡°Si bien la lactancia materna prolongada es muy beneficiosa para muchos aspectos de la salud y el desarrollo infantil al menos hasta el a?o de edad, el requisito de amamantar exclusivamente hasta los seis meses priva a los beb¨¦s de adquirir una tolerancia oral temprana y provocar¨¢ m¨¢s alergias alimentarias¡±, afirma. El cient¨ªfico sostiene que la introducci¨®n temprana del cacahuete ¡ªalrededor del 2% de los ni?os en Am¨¦rica del Norte, el Reino Unido, Europa occidental y Australia son al¨¦rgicos a este alimento¡ª evitar¨¢ m¨¢s de 100.000 nuevos casos de alergia a este comestible cada a?o en todo el mundo.
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