Cuando la cig¨¹e?a viene del laboratorio: anatom¨ªa de la ciencia que alumbr¨® los primeros ¡®beb¨¦s probeta¡¯
La reproducci¨®n asistida, que arranc¨® hace 40 a?os en Espa?a con la primera ni?a nacida tras una fecundaci¨®n in vitro, alcanza la madurez con t¨¦cnicas menos invasivas, m¨¢s efectivas y un giro en el perfil de las pacientes
Victoria Anna Perea entr¨® en la historia de la medicina espa?ola desde el mismo momento en que naci¨®. Un 12 de julio de hace 40 a?os, en la cl¨ªnica Dexeus de Barcelona, esa beb¨¦ de casi dos kilos y medio se convert¨ªa en la primera persona en Espa?a en nacer tras un proceso de fecundaci¨®n in vitro. Los medios de comunicaci¨®n de todo el pa¨ªs corrieron a contar este hito de la ciencia y siguieron retratando su crecimiento durante las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas. Hasta hoy. ¡°Desde que tengo recuerdo, en los cumplea?os ven¨ªan periodistas a casa. Mis padres me dec¨ªan que era porque hab¨ªa nacido de una forma especial. Y cuando fui creciendo, lo fui entendiendo. Siempre lo hablamos con mucha naturalidad¡±, cuenta al otro lado del tel¨¦fono. Su nacimiento alumbr¨® los primeros pasos de la reproducci¨®n asistida, una disciplina que, tras 40 a?os de desarrollo y 12 millones de ni?os nacidos gracias a ella, ha alcanzado la madurez con t¨¦cnicas menos invasivas, procedimientos m¨¢s efectivos y un giro en el perfil de las pacientes.
A los primeros ni?os nacidos por reproducci¨®n asistida los llamaban beb¨¦s probeta. El primer caso de ¨¦xito en el mundo, la brit¨¢nica Louise Brown en 1978, acapar¨® las portadas de medio planeta y todav¨ªa hoy se puede ver su alumbramiento en Youtube. El caso de Perea, a menor escala, replic¨® la atenci¨®n medi¨¢tica. ¡°Fue una convulsi¨®n¡±, rememora hoy Pedro N. Barri, presidente de la Fundaci¨®n Dexeus Mujer y responsable del equipo del servicio de Reproducci¨®n que logr¨® el primer nacimiento por fecundaci¨®n in vitro (FIV) en Espa?a. ¡°En aquel momento se gener¨® una especie de procreaci¨®n espect¨¢culo. Era un tema de salud que cambiaba una cosa muy tradicional, que era la forma de reproducirnos los humanos. Est¨¢bamos planteando un tratamiento m¨¦dico a un problema m¨¦dico [la madre de Perea, como la de Brown, ten¨ªan problemas en las trompas de falopio que imped¨ªan el embarazo], pero hubo que razonarlo muy bien. La ¨²nica manera de desmontar la procreaci¨®n espect¨¢culo era explicarlo mucho¡±, relata.
Antes de aquellos primeros pasos en las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida, recuerda Barri, no hab¨ªa nada. Contra la infertilidad, ¡°alquimia y curanderismo¡±, dice. Y cost¨® limar las asperezas y suspicacias en la calle ¡ªla Iglesia Cat¨®lica lleg¨® a publicar una enc¨ªclica en la que se manifestaba en contra de la reproducci¨®n asistida¡ª. Pero la ciencia venci¨® y aquellos primeros beb¨¦s nacidos tras una FIV pronto se convirtieron en miles. Y con el tiempo, en millones. ¡°Se ha normalizado. En todas las familias o grupos de amigos hay alg¨²n caso¡±, zanja Barri.
El avance fue fulgurante. El a?o que naci¨® Victoria Anna, vinieron tres ni?os al mundo en Dexeus con estas t¨¦cnicas. Cuando la joven cumpli¨® 25 a?os, en 2009, el entonces presidente de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad (SEF), Buenaventura Coroleu, se?alaba a EL PA?S que los ni?os nacidos en Espa?a cada a?o ayudados por una ¡°cig¨¹e?a de laboratorio¡± ya supon¨ªan el 2% de todos los nacimientos. Y la curva sigui¨® en ascenso: en 2021 se registraron m¨¢s de 40.000 ni?os concebidos con apoyo de estas t¨¦cnicas y ya representan el 12% de todos los nacimientos.
La reproducci¨®n asistida no es la de aquellos primeros a?os. Se ha ido perfeccionando al calor de los avances cient¨ªficos y los cambios sociales que reclamaban nuevas necesidades. De hecho, el perfil de las pacientes tampoco es el que era: seg¨²n los c¨¢lculos de la Dexeus, en los inicios, eran mujeres de unos 35 a?os, con pareja, que acud¨ªan por problemas en las trompas de falopio que imped¨ªan la gestaci¨®n; ahora, la edad media ha avanzado hasta los 38 a?os ¡ªel 50% de sus pacientes tiene m¨¢s de 40, cuando en 1995 este perfil solo era el 11%¡ª y la principal indicaci¨®n de estos tratamientos es la edad materna tard¨ªa, que dificulta tambi¨¦n el embarazo. Hay, adem¨¢s, m¨¢s mujeres que quieren ser madres solas y parejas lesbianas que recurren a esta t¨¦cnica.
La edad es, en cualquiera de los contextos, ayer y hoy, un elemento clave. El principal factor de ¨¦xito y causa, a la vez, de la necesidad de recurrir a estos procedimientos cuando se retrasa la maternidad. ¡°Las mujeres, a partir de los 35, entran en la transici¨®n perimenop¨¢usica en la que los ovarios empiezan a funcionar peor, tanto en la fecundaci¨®n in vivo como in vitro. Y hay m¨¢s riesgo de aborto¡±, expone Barri. Cuanto m¨¢s joven, m¨¢s posibilidad de ¨¦xito.
Edad materna tard¨ªa
Victoria Anna Perea ha vuelto, de repente, a ser el paradigma. Como entonces lo fue del ¨¦xito de la reproducci¨®n asistida, hoy, con 40 a?os, es el espejo de una generaci¨®n que ha retrasado la edad de maternidad. ¡°Lo vivo como una contradicci¨®n. Soy el resultado de un caso de ¨¦xito, pero tambi¨¦n tengo ejemplos en mi entorno cercano en los que no siempre sale bien. Soy la cara feliz, pero es un proceso duro, f¨ªsica y emocionalmente. Yo no soy madre de momento, me lo planteo, pero como muchas personas de mi generaci¨®n, lo retrasamos¡±, relata.
El proceso es complejo y recurrir a la reproducci¨®n asistida tampoco asegura un embarazo. ¡°Ninguna t¨¦cnica es un embarazo seguro, igual que tampoco lo es intentarlo por la v¨ªa natural y quedarte al mes siguiente¡±, apunta el actual presidente de la SEF, Juanjo Espin¨®s. Las mejoras cient¨ªficas y t¨¦cnicas en reproducci¨®n asistida han mejorado las tasas de ¨¦xito y, seg¨²n la Dexeus, han pasado de entre el 20% o 25% cuando comenzaron, a resultados favorables hasta en el 65% de los casos. Sin embargo, el presidente de la SEF pide no aferrarse a las cifras: ¡°Depende mucho de cada caso. La variabilidad es muy alta, incluso entre ciclos de una misma mujer¡±. Perea reclama ¡°visibilizar¡± todo el proceso y reforzar la informaci¨®n ¡°de lo que puede ocurrir¡±. Espin¨®s sintetiza: ¡°Los tratamientos que hacemos no tienen efectos para la salud. El problema son las expectativas porque generas unas esperanzas y un estr¨¦s por los resultados y puede haber una frustraci¨®n importante¡±.
En un contexto de descenso global de las tasas de fertilidad y aumento de la edad de maternidad, las t¨¦cnicas tambi¨¦n se han afinado para dar respuesta a las nuevas demandas: cada vez son abordajes menos invasivos y se ha perfeccionado el proceso y la selecci¨®n de embriones para lograr el embarazo deseado en las mejores condiciones. ¡°Antes, la extracci¨®n de ¨®vulos se hac¨ªa por laparoscopia, con anestesia general, la mujer estaba un d¨ªa hospitalizada¡ Era muy farragoso. Ahora se hace con una punci¨®n vaginal, sedaci¨®n y a las dos horas se va a casa. Es un procedimiento menos agresivo¡±, ejemplifica Barri. Adem¨¢s de la FIV, est¨¢ tambi¨¦n la inseminaci¨®n artificial, m¨¢s sencilla, pero indicada solo para un perfil de casos espec¨ªfico, puntualiza el ginec¨®logo, como una mujer joven que quiere ser madre sola y tiene que recurrir al semen de un donante.
Estudiar el ADN de los embriones
Otro salto cient¨ªfico que ha revolucionado la reproducci¨®n asistida fue la aparici¨®n del diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantaci¨®n, que permiti¨® estudiar el ADN de los embriones para identificar malformaciones o fallos gen¨¦ticos que puedan comprometer su viabilidad. En los primeros momentos, se?ala Barri, esta t¨¦cnica se empleaba cuando alguno de los padres era portador de alguna mutaci¨®n gen¨¦tica que pod¨ªa transferir al beb¨¦, pero hoy, con el cambio de perfil de las pacientes, esta herramienta ha resultado clave para mejorar la respuesta de los tratamientos: ¡°Hoy, la indicaci¨®n principal por la que hacemos diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional es la edad avanzada de la mujer, porque en este contexto hay un porcentaje mayor de ¨®vulos y embriones anormales. Entonces, si identificamos y transferimos solo los embriones normales, mejoramos las tasas de embarazo¡±.
La ciencia ha avanzado tambi¨¦n en la congelaci¨®n de ¨®vulos ¡ªen las primeras FIV se hac¨ªan transferencias en fresco¡ª, lo que facilita el tratamiento, eleva las posibilidades de respuesta y reduce la aparici¨®n de embarazos m¨²ltiples. As¨ª, si antes un ciclo de estimulaci¨®n ov¨¢rica conclu¨ªa con tres embriones ¨²tiles (lo m¨¢ximo que permite la ley), se transfer¨ªan los tres a la vez, a la espera de que se implantase, al menos, uno. Si implantaban dos o tres, hab¨ªa un embarazo m¨²ltiple. ¡°La congelaci¨®n nos ha aportado que se puedan tener dos o tres posibilidades de embarazo porque ahora, en el 90% de los casos, transferimos un solo embri¨®n y reducimos los embarazos m¨²ltiples, que tienen complicaciones para la madre y los beb¨¦s¡±, explica Barri.
La implantaci¨®n de los sistemas de ovodonaci¨®n y preservaci¨®n de ¨®vulos, por otra parte, tambi¨¦n han jugado a favor de este giro en el contexto social de la reproducci¨®n asistida. De nuevo, explica el ginec¨®logo de la Dexeus, si antes se recurr¨ªa a donantes de ¨®vulo, sobre todo, para tratar a mujeres sin ovarios funcionantes o a las que le hab¨ªan extirpado estos ¨®rganos, ahora la indicaci¨®n principal es la edad avanzada de la mujer.
El ¨²ltimo gran avance en el campo de la fertilidad han sido los trasplantes de ¨²tero, una t¨¦cnica innovadora que, aunque no ha estado libre de controversia, han permitido embarazos en mujeres que carec¨ªan de este ¨®rgano. El a?o pasado, naci¨® el primer beb¨¦ en Espa?a por este procedimiento en el Hospital Cl¨ªnic de Barcelona.
La ¡°caja negra¡± de la reproducci¨®n asistida
Barri celebra la madurez de esta t¨¦cnica, pero advierte de que queda mucho por hacer. Por ejemplo, descubrir los mecanismos de la gran ¡°caja negra¡± de la reproducci¨®n asistida, dice: ese momento tras la transferencia en el que el embri¨®n y el ¨²tero ¡°dialogan¡± hasta que se implanta o no. Ah¨ª, los cient¨ªficos est¨¢n ciegos. ¡°Podemos controlar todo el ciclo, la estimulaci¨®n, vigilar el proceso, la calidad del ¨®vulo y del semen, los embriones¡ Pero cuando hacemos la transferencia, hay un per¨ªodo oscuro en el que no sabemos si la implantaci¨®n ha fracasado o no¡±.
La reproducci¨®n asistida se ha normalizado, pero todav¨ªa suscita controversias en algunos puntos. Como el acceso a estos procedimientos ¡ªen Espa?a est¨¢ dentro de la cartera de servicios p¨²blica, pero hay largas listas de espera y la mayor¨ªa de tratamientos se hacen en la red privada¡ª o el l¨ªmite de edad: no hay una cifra, aunque el tope, dice Barri, sigue criterios ¡°m¨¦dicos¡±: ¡°Por encima de los 45 a?os, no aconsejamos tratamientos con ¨®vulos propios porque la posibilidad de tener un embri¨®n normal y trasferirlo es m¨ªnima. Y la ley dice que se pueden aplicar las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida hasta la edad biol¨®gica de fertilidad, es decir, no m¨¢s de 50 a?os¡±.
El an¨¢lisis gen¨¦tico del embri¨®n tambi¨¦n plantea retos, por el riesgo a jugar a la selecci¨®n fuera de contextos estrictamente cl¨ªnicos. Barri es tajante: ¡°El diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional tiene indicaciones solo m¨¦dicas. Otra cosa son los usos colaterales, como la selecci¨®n de sexo, porque podemos saber los cromosomas sexuales: en Espa?a est¨¢ prohibido seleccionar el sexo del embri¨®n, pero en otros pa¨ªses se permite¡±. El ginec¨®logo asegura que, m¨¢s all¨¢ de eso, como poder elegir si el beb¨¦ ser¨¢ rubio o moreno, de ojos azules o verdes, es ¡°ciencia ficci¨®n¡±. Y de ocurrir algo as¨ª, apunta: ¡°Ser¨ªa una aberraci¨®n de la t¨¦cnica. Lo que hay que transmitir a la gente es que la ciencia no tiene que entrar all¨¢ donde la naturaleza act¨²e bien¡±.
A punto de cumplir los 40, Perea cuenta que mantiene fuertes v¨ªnculos con Barri y la bi¨®loga Anna Veiga, sus padres cient¨ªficos. ¡°Es una relaci¨®n muy estrecha. Anna es como una t¨ªa para m¨ª¡±, dice de Veiga. Su segundo nombre, de hecho, es en su honor.
Puedes seguir a EL PA?S Salud y Bienestar en Facebook, X e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.