?Esconden los zapatos de la gira diplom¨¢tica de Ivanka Trump un mensaje oculto?
No es la primera vez que las mujeres en la vida del Presidente de los Estados Unidos usan su indumentaria para comunicar. En esta ocasi¨®n, el ¡®recadito¡¯ est¨¢ en los pies.
Ayer la prensa nacional argumentaba con mucho tino por qu¨¦, a pesar de los memes y las chanzas, el protagonismo inesperado de la hija de Donald Trump en la cumbre de l¨ªderes de Osaka celebrada el pasado fin de semana no debe ser tomado a broma. Ivanka no solo dio una charla sobre empoderamiento femenino en la cumbre del G20 y estuvo en corrillo con Theresa May y Emmanuel Macron: adem¨¢s form¨® parte de la delegaci¨®n que acudi¨® a Corea del Norte a encontrarse con el Kim Jong Un, un lugar al que ni siquiera pudo acceder el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton.
Tampoco debemos desechar por nimio un detalle muy llamativo de su vestuario estos d¨ªas.
Ya sabemos, porque ellas mismas nos lo han confirmado, que las mujeres del entorno del Presidente de los Estados Unidos, escogen con mucho tiento lo que se ponen. La Primera Dama gener¨® un revuelo monumental con aquella chaqueta de Zara que visti¨® para visitar un refugio infantil en Texas el a?o pasado y en cuya espalda se pod¨ªa leer: ¡°A m¨ª realmente no me importa. ?Te importa a ti?¡±. Aunque en un primer momento sus portavoces dijeron que la elecci¨®n de la prenda hab¨ªa sido absolutamente casual, finalmente Melania acab¨® admitiendo en una entrevista a la cadena de televisi¨®n ABC que aquella decisi¨®n estil¨ªstica s¨ª era una indirecta, dirigida primordialmente a los medios de comunicaci¨®n de tendencias m¨¢s progresistas a los que quer¨ªa demostrar que sus cr¨ªticas no le importan.
Para encontrar el ¡®recado¡¯ de Ivanka en esta ocasi¨®n debemos mirar a los pies.
Desde que Ivanka Trump cogi¨® un avi¨®n en direcci¨®n a la cumbre del G20 que comenz¨® en Osaka, Jap¨®n, el pasado 26 de junio, la hija del Presidente de los Estados Unidos no se ha bajado de unos zapatos blancos. Y no siempre los mismos: hemos podido identificar cuatro pares diferentes, eso s¨ª, todos del mismo color.
Blancos (con un detalle marr¨®n y negro en la puntera) eran los salones que escogi¨® para acudir a tomar su vuelo junto al jefe de personal de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.
Inmaculados los que escogi¨® para acompa?ar a su padre en la cumbre a la que tambi¨¦n acudi¨® su esposo, Jared Kushner, y en la que estuvieron presentes jefes de estado de todo el mundo, con los presidentes chino y ruso Xi Jiping y Vladimir Putin incluidos.
Albos (aunque con un ligero viraje rosa) los que escogi¨® para acudir a una reuni¨®n sobre empoderamiento femenino en el contexto de la cumbre del G20 en el que tambi¨¦n estuvieron la reina M¨¢xima de Holanda, Mauricio Macri y el muy pol¨¦mico pr¨ªncipe Saud¨ª Mohammed Bin Salman.
Inmaculad¨ªsimos los que llevaba puestos para pisar el suelo de la base a¨¦rea de Os¨¢n, en Corea del Sur, el pasado d¨ªa 29. As¨ª apareci¨® ante los ojos de todo el mundo para empezar junto a su padre las actividades diplom¨¢ticas para la desnuclearizaci¨®n de Corea del Norte.
Y tambi¨¦n c¨¢ndidos, aunque con un detalle de vinilo transparente en los laterales y una parte trasera negra, los que se puso en la zona de seguridad de Panmujom para esa reuni¨®n sorpresa, que ha dejado estupefacto al mundo, con el l¨ªder norcoreano Kim Jong Un.
No cabe duda que Donald Trump ha querido dar a su hija poderes diplom¨¢ticos que no ha concedido a otros miembros de su equipo con atribuciones espec¨ªficas para ello. Y ella ha escogido ponerse en los pies el color que representa internacionalmente la paz. Los distintivos blancos indican que su portador no tiene ninguna intenci¨®n b¨¦lica, de conflicto o combate desde los tiempos del historiador romano Cornelio T¨¢cito, quien habl¨® por primera vez de la bandera blanca de la concordia en el siglo 109 a.C.
En la Edad Media, los heraldos llevaban bandas blancas para dejar claro sus buenas intenciones. En las batallas de la Edad Moderna, los rehenes de las batallas, otro tanto de los mismo. Y todo eso ha llegado hasta nuestro d¨ªas, cuando la Convenci¨®n de Ginebra sigue aceptando oficialmente el distintivo blanco como s¨ªmbolo universal de paz.
El uso inapropiado o enga?oso de los distintivos blancos, por cierto, se considera un crimen de guerra, seg¨²n el derecho internacional.
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