Historia de la plataforma: de la antigua Grecia a Lady Gaga, as¨ª es la evoluci¨®n (y el regreso) del zapato m¨¢s ic¨®nico del siglo XX
Nacida a ra¨ªz del racionamiento por la Segunda Guerra Mundial, su suela de generosas proporciones ha mutado en mil formas y estilos desde entonces. Ahora regresa con furor entre las nuevas generaciones bajo el influjo de la est¨¦tica Y2K.
En 1938, Salvatore Ferragamo confeccion¨® para Judy Garland unas sandalias en napa dorada, con el tac¨®n y la cu?a forrada en ante de vivos colores. Las llam¨® Rainbow en honor a la canci¨®n principal que interpretaba en El Mago de Oz, el filme que la musa del camp acababa de rodar a las ¨®rdenes de Victor Fleming. El tac¨®n de este in¨¦dito zapato fue una derivaci¨®n de la patente que el maestro italiano desarroll¨® un a?o antes en forma de cu?a. La escasez de cuero y metal generada por la Segunda Guerra Mundial no hizo otra cosa que avivar la creatividad del dise?ador afincando en Hollywood, que decidi¨® suplir el espacio entre el tal¨®n y la planta con pedazos de corcho tra¨ªdos de Cerde?a. De esta manera surgi¨® el germen de la pisada m¨¢s ic¨®nica del siglo XX, s¨ªmbolo de la teatralidad y la moda ajena a roles de g¨¦nero, cuya atracci¨®n entre dise?adores y p¨²blico es directamente proporcional a los cent¨ªmetros que puede llegar a alcanzar. ¡°Es muy parecido a lo conseguido por el Little Black Dress; ha conservado su color pero ha cambiado su silueta a lo largo de las d¨¦cadas. El zapato de plataforma es igualmente camale¨®nico¡±, se?al¨® Paola Antonelli, comisario jefa del MoMA de Nueva York durante la exposici¨®n Items: Is Fashion Modern? celebrada en este museo hace unos a?os.
Pero volvamos a la historia. Aunque la industria de la moda acredite a Ferragamo la autor¨ªa de la primera plataforma vinculada a la moda, sus or¨ªgenes remontan a tiempos muchos m¨¢s lejanos, en concreto, al 600 a.c. Durante la Antigua Grecia se estandariz¨® la costumbre de calzar con unas plataformas a los personajes protagonistas de las obras teatrales. Un s¨ªmbolo de estatus que se recuper¨® en la Edad Media y populariz¨® en el siglo XVIII en Europa bajo el nombre de pattens, con los que elevar en altura a las mujeres de alta alcurnia.
Estos cubrebotas ten¨ªan una suela gruesa de madera o metal que se fijaba al zapato con tiras de cuero, para evitar as¨ª pisar las calles mojadas por la lluvia y la suciedad que proliferaba en al ¨¦poca. El rococ¨® los transform¨® en objetos de culto para la ostentaci¨®n y fueron prohibidos en algunas iglesias cristianas de Inglaterra. En Venecia durante el siglo XVI tampoco escatimaron en excesos. Bajo el nombre de chopines (chapines, en castellano) llegaron a rozar los 50 cent¨ªmetros, y precisaba la ayuda de varios sirvientes para colocarlos y poder caminar. Una se?al de riqueza que elevaba tambi¨¦n el deseo carnal; durante siglos fueron usados por las cortesanas para atraer a los clientes como el m¨¢s poderoso de los perfumes.
De forma parecida tuvo su desarrollo en Asia, primero con la creaci¨®n en Jap¨®n de la geta, una chancleta con una base compacta de madera y dos dientes para que estabilizaran la pisada. Surgidas en el siglo XVIII para proteger a las j¨®venes geishas en su aprendizaje de la suciedad y la mugre en el asfalto surgi¨® okobo, una plataforma muy gruesa tambi¨¦n de madera cuyo nombre elude al sonido que hace el zapato en este material al caminar sobre el m¨¢rmol.
El fetiche de las chicas divertidas en el viejo Hollywood
Ya de lleno en el siglo XX, la plataforma se convirti¨® en una v¨ªa de experimentaci¨®n para los maestros zapateros de todo el mundo, adem¨¢s de un arma transgresora para las reinas del viejo Hollywood. Si en 1937 Roger Vivier dibuj¨® la primera sandalia de plataforma para una de las colecciones de Elsa Schiaparelli, en la misma d¨¦cada Moshe (Morris) Kimel, el dise?ador jud¨ªo que escap¨® de Berl¨ªn y abri¨® su f¨¢brica de zapatos en Los ?ngeles, cre¨® en exclusiva un par de plataformas para Marlene Dietrich. El furor que gener¨® este dise?o entre las mujeres ricas de Beverly Hills hizo que la plataforma coet¨¢nea de Ferragamo en forma de arco¨ªris fuera acogida con los brazos abiertos. Reinterpretadas hace unos a?os con una versi¨®n ecol¨®gica (en crochet de algod¨®n org¨¢nico), en la actualidad se puede adquirir una copia del modelo original con una cu?a de 8,5 cent¨ªmetros en su web por 1.600 euros.
El j¨²bilo por el final de la guerra aceler¨® su popularidad. La incorporaci¨®n de un arco m¨¢s alto que consiguiera elevar el tal¨®n solo un poco por encima de los dedos de los pies proporcion¨® una mayor estabilidad, que result¨® adictiva en actrices de la ¨¦poca como Veronica Lake o Marilyn Monroe. En la faceta m¨¢s pin up de la protagonista de C¨®mo casarse con un millonario (1953) revolucion¨® el mundo con los primeros zapatos fabricados en resina epoxi, un predecesor de los zapatos de stripper que ella misma cre¨® junto a su dise?ador de vestuario, William Travilla. Esta sandalia transparente de plataforma contaba con unas perforaciones para a?adir un lazo con el que equilibrar el empeine, que Monroe intercambiaba en diferentes colores para las sesiones de promoci¨®n. Como muestra la imagen, una de las m¨¢s rocambolescas fue junto a un saco de patatas de Idaho a modo de vestido min¨²sculo.
Carmen Miranda no solo dio a conocer la samba al mundo entero sino tambi¨¦n un estilo inclasificable con tocados de frutas y bras centelleantes, junto a una colecci¨®n infinita de plataformas. Esta horma generosa sirvi¨® adem¨¢s de lienzo para el movimiento surrealista, con ejemplos inmortales como el modelo Double Deckers (con doble puntera) de Mae West, o el dise?o escultural que luci¨® Irene Clifford en las carreras de Ascot de 1947 con un rulo blanco entre la suela y la planta. Con el influjo de la silueta bar y la elegancia comedida que trajeron los a?os cincuenta ¨Cen detrimento de un glamour m¨¢s festivo¨C sufrieron su primera decadencia. El esbozo del stiletto que realiz¨® Roger Vivier para Christian Dior en 1954 supuso un impasse en su fulminante trayectoria, al extenderse la idea de que una plataforma no favorec¨ªa de la misma manera que un zapato de tac¨®n fino.
Fueron las fuerzas c¨ªclicas de la moda, explica el escritor y ¨¢vido coleccionista de zapatos Jonathan Walford, lo que? hizo que resurgieran a¨²n con m¨¢s fuerza en los a?os setenta, en manos de una contracultura que rechazaba la falta de movimiento de los tacones de agua y lo inc¨®modos que resultaban al andar. ¡°Antes la moda trataba de encontrar nuevas formas de avanzar en lugar de mirar hacia atr¨¢s. En cambio, desde los a?os sesenta, todo cambi¨®. En esa d¨¦cada los dise?adores se inspiraron en los a?os veinte, que fue la ¨²ltima vez que las mujeres usaron faldas cortas y zapatos como las mary janes [merceditas]. En los setenta, en cambio, hubo mucho inter¨¦s por las d¨¦cadas de 1930 y 1940; fue entonces cuando el zapato de plataforma volvi¨® a ponerse de moda¡±, relata en una entrevista. El imperio de Biba creado por Barbara Hulanicki fue el m¨¢ximo exponente en ese revival de los a?os treinta, que abraz¨® el glamour de la d¨¦cada con melenas esponjosas, turbantes, labios ciruela y las plataformas como calzado de diario.
La pisada sin g¨¦nero del ¡®glam rock¡¯
La d¨¦cada m¨¢s prol¨ªfica fue un c¨²mulo de gloriosas instant¨¢neas a ritmo de nuevos sonidos y ruptura social. Rotundas y alternadas en charol y madera sobre unos calcetines con la Union Jack, son el ¨²nico elemento que acompa?a a la modelo Patsy Jones en este retrato de 1975. Con pulsera y en color blanco, guardaron el pase de vip de Bianca Jagger durante el tour de The Rolling Stones de ese mismo a?o y fueron el amuleto de Raffaella Carr¨¤ en su despegue profesional.
En manos de Hulanicki y la boutique Mr Freedom en la calle londinense de King¡¯s Road alcanzaron alturas inveros¨ªmiles, junto a materiales gal¨¢cticos como el cuero plateado o la purpurina para adherirse a la piel del incipiente glam rock. Los integrantes de bandas brit¨¢nicas como Sweet o Slade las calzaron con m¨¢s de 30 cent¨ªmetros y estrellas o rayos en los laterales, desdibujando por completo los roles de g¨¦nero sobre un escenario.
En esa liga por la m¨¢xima teatralidad, dos estrellas abrieron un camino casi virgen por explorar para el armario masculino. Elton John practic¨® desde sus primeros conciertos dos rituales: llevar monturas imposibles que taparan sus pupilas dilatadas y un par de botas exclusivas de plataforma, que ¨¦l mismo dise?aba junto al artesano Lionel Avery. ?David Bowie, bajo su ¨¢lter ego Ziggy Stardust, traslad¨® entre los focos las f¨®rmulas rupturistas de dise?adores de la ¨¦poca como Kansai Yamamoto. A ras del suelo prodigaban las creaciones de Carole Basetta, una joven dise?adora de Manhattan que en 1972 descubri¨® un molde para hacer zapatos de plataforma con todo tipo de formas y alturas, convirti¨¦ndose en su zapatera de cabecera y de otros artistas como David Johansen (The New York Dolls).
En la ola por la m¨²sica disco la sandalia plataforma en corcho de la marca Kork-Ease form¨® parte del dress code casi obligatorio que imperaba en la discoteca Studio 54. Para ellos, la desaparecida Smerling Imports puso a sus pies un sinf¨ªn de extravagancias, como mocasines blancos con lunares y un tac¨®n convertido en pecera.
Buffalos, ¡®flatforms¡¯ y la horma de Westwood
Como se?ala Jonathan Walford, el ocaso de la d¨¦cada volvi¨® a ce?irse al ritmo c¨ªclico de las modas cayendo las plataformas de nuevo en el olvido: ¡°El inicio de los a?os ochenta se caracteriza por una mirada hacia los dise?adores de los cincuenta, y con ello, un inter¨¦s renovado por el tac¨®n de aguja¡±. Vivienne Westwood fue la gran impulsora de su regreso por la puerta grande a comienzos de los noventa. El modelo Ghillie en su versi¨®n m¨¢s elevada con un tac¨®n de 27 cent¨ªmetros, plataforma oculta y cordones en el empeine, hizo que la modelo Naomi Campbell se derrumbara con ellos durante el desfile Anglomania de la dise?adora en 1993.
Ese giro g¨®tico inesperado coincidi¨® con la fiebre que desat¨® la Spice Girl Emma Bunton por las botas Buffalo. Estas deportivas sobredimensionadas fueron su soluci¨®n para llegar a la altura necesaria que pend¨ªan en el grupo, muy de moda entre la cultura rave que experimentaba Reino Unido en aquella ¨¦poca y que apadrin¨® el inicio de las flatforms (esas sandalias con una suela tosca en m¨²ltiples colores).
El nuevo milenio ha sido testigo del los innumerables coqueteos que la plataforma ha vivido con las casas de costura y estrellas del pop. Del ic¨®nico zapato ¡®armadillo¡¯ en uno de los ¨²ltimos desfiles de Alexander McQueen antes de su muerte, al matrimonio vivido entre Crocs y Balenciaga de 2018 o las mil versiones hilarantes que ha defendido Lady Gaga a lo largo de los a?os, de carne fresca o sin tac¨®n de la mano de Noritaka Tatehana, entre otros.
Sin l¨ªmites: el ¡®todo vale¡¯ de los nuevos a?os veinte
En 2022, su presencia ya resulta contundente. Ni una d¨¦cada ni una estrella del pop en concreto; en esta ocasi¨®n, ha sido una mu?eca la instigadora de la nueva ola. Las Bratz viajan desde su lanzamiento en 2001 hasta el presente para trasladar su est¨¦tica callejera de cuellos halter, tops cortinilla, boinas de cuero y sobre todo plataformas XXL por el imaginario de la moda en el nuevo imperativo Y2K. Una dosis generosa de looks dosmileros que ponen de acuerdo a dise?adores y high fashion este verano, desbancado a la comodidad imperante en el calzado de pasadas temporadas para poner a prueba nuestro equilibrio. ¡°Con la plataforma sucede algo parecido a con el estampado de leopardo. Es una de esas tendencias super comerciales que, cuando llega a p¨²blico en general, las acoge siempre con fuerza¡±, explica Nuria Garc¨ªa, directora de dise?o de Mango Woman.
Versace, explica la creativa, encabeza la tendencia con el modelo m¨¢s buscado de la temporada: una sandalia con triple plataforma en sat¨¦n de vivos colores y la medusa en el cierre de la pulsera. Le sigue de cerca Coperni con su versi¨®n ¡®flatform¡¯ m¨¢s noventera y una versi¨®n m¨¢s extrema (si cabe) de Kiki, la bota hit de Marc Jacobs de la primavera-verano 2017. ¡°Otro gran referente en su revival son las series de de televisi¨®n (The Deuce o Euphoria), unido a que grandes influencers como Dua Lipa, Hailey Bieber, Pernille Teisbaek o Camille Charri¨¨re han apostado por ellas¡±, concluye. El mensaje es claro: no escatimar en cent¨ªmetros, dejar volar la imaginaci¨®n en colores y (lo m¨¢s importante de todo) aunque bajo el furor, nunca las tires. Seguramente vuelvan a tu vida antes de lo esperado.
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