Estrellas por San Lorenzo
La festividad de este santo se asocia a uno de los m¨¢s bellos fen¨®menos astron¨®micos del a?o: las Perseidas
Dice el refr¨¢n que "la lluvia por San Lorenzo, siempre llega a tiempo". Y es que, cuando se aproxima la onom¨¢stica de este santo, el 10 de agosto, los agricultores miran al cielo esperanzados en busca de una llovizna que d¨¦ un respiro a los campos y declare una tregua al calor del verano. Pero dejando a un lado las cuestiones climatol¨®gicas, lo cierto es que la festividad de San Lorenzo nos trae cada a?o una lluvia de otro tipo, especial y diferente, en la que el cielo, en lugar de aguaceros, decide regalarnos cientos de estrellas fugaces.
Las L¨¢grimas de San Lorenzo es la lluvia de estrellas m¨¢s popular del a?o y ha sido bautizada as¨ª por su cercan¨ªa a esta onom¨¢stica. Cualquier aficionado al cielo ha o¨ªdo hablar de ella y, pese a no ser la m¨¢s intensa de todas, s¨ª es la que m¨¢s expectaci¨®n suscita. Los ingredientes del ¨¦xito son varios. Por un lado, la ¨¦poca vacacional en la que transcurre y el calor veraniego, que nos invitan a disfrutar de las noches al aire libre. Por otro, el deseo de huir hacia sitios tranquilos, apartados del bullicio urbano, nos transporta con frecuencia a lugares con cielos m¨¢s limpios y oscuros, que resultan id¨®neos para la observaci¨®n celeste. Adem¨¢s, en vacaciones tenemos m¨¢s tiempo libre para relajarnos y olvidarnos de lo que pasa en la tierra para prestar m¨¢s atenci¨®n a lo que ocurre en el cielo.
El componente m¨¢gico y ancestral de la lluvia de estrellas, una vez m¨¢s, suele eclipsar a lo cient¨ªfico
El componente m¨¢gico
Resulta curioso que, pese a tratarse de fen¨®menos con una clara explicaci¨®n cient¨ªfica, las lluvias de estrellas -y ¨¦sta en particular- no dejan de suscitar asombro y expectaci¨®n. El componente m¨¢gico y ancestral, una vez m¨¢s, suele eclipsar a lo cient¨ªfico. Por lo general, resulta en vano tratar de explicar que lo que conocemos como estrellas fugaces nada tienen de m¨¢gico y sobrenatural, que no son otra cosa que meteoroides: part¨ªculas de polvo de tama?o variable que se desprenden de un cometa que sigue su ¨®rbita y que se encienden al entrar en contacto con nuestra atm¨®sfera. Al final, casi todos los que nos rodean y probablemente tambi¨¦n nosotros, acabaremos mirando al cielo y formulando un deseo.
Adem¨¢s, no hay que olvidar el toque rom¨¢ntico y at¨¢vico que aporta la mitolog¨ªa griega con el sugerente mapa del cielo nocturno, lleno de centauros, caballos alados, carros y dioses. Normalmente las lluvias de estrellas se bautizan con el nombre de la constelaci¨®n desde la cual parecen provenir los meteoros o estrellas fugaces, lo que cient¨ªficamente se denomina punto radiante. En el caso de las L¨¢grimas de San Lorenzo, el radiante se localiza en la constelaci¨®n de Perseo, de ah¨ª que este fen¨®meno se conozca tambi¨¦n con el nombre de Perseidas.
La historia de Andr¨®meda
Formada por estrellas no excesivamente brillantes, Perseo se ubica junto a la constelaci¨®n de Andr¨®meda. La historia de amor entre ambos personajes mitol¨®gicos hace que las Perseidas ganen un cierto tinte de romanticismo. Aunque ubicados en constelaciones diferentes, los griegos relacionaron a Perseo, hijo de Zeus, con Andr¨®meda, princesa de Etiop¨ªa. Cuenta la mitolog¨ªa que para expiar un crimen de su madre, Andr¨®meda fue ofrecida en sacrificio a un temible monstruo marino. Encadenada a una roca a orillas del mar, la princesa esperaba su destino cuando Perseo acudi¨® en su rescate y acab¨® con el animal, para despu¨¦s reclamar a Andr¨®meda como esposa.
Y es que, la figura de Perseo y las Perseidas est¨¢n envueltas en simbolog¨ªa. Antes de engendrar a su hijo, el propio Zeus tuvo que colarse en la estancia donde estaba recluida D¨¢nae, la madre de Perseo. Para entrar en la habitaci¨®n, el dios se vio obligado a metamorfosearse, seg¨²n cuenta el poeta Publio Ovidio Nas¨®n en Las Metamorfosis. ?Y en qu¨¦ se transform¨® Zeus? En una espectacular y sorprendente lluvia de oro.
El Swift-Tuttle
Y para a?adir un poco m¨¢s de magia y misterio a esta popular lluvia de estrellas, tenemos a un cometa que aparece y desaparece. El Swift-Tuttle, responsable del fen¨®meno de las Perseidas, anduvo perdido debido a ciertas imprecisiones cometidas en la estimaci¨®n de su ¨®rbita. Se lleg¨® a pensar incluso que se hab¨ªa desintegrado, aunque result¨® que el periodo en el que el cometa lograba completar su ¨®rbita no era de 120 sino de casi 130 a?os, y volvi¨® a reaparecer en 1992 como si nada, para alivio de cient¨ªficos y aficionados.
En definitiva, lo ideal para disfrutar de esta lluvia de estrellas es buscar un lugar oscuro, alejado de cualquier foco de luz molesta, y tumbarnos, si es posible, en un sitio c¨®modo y tranquilo para mirar al cielo mientras so?amos con deseos que se cumplen y recordamos la historia de amor entre Perseo y la bella Andr¨®meda.
Mar¨ªa Teresa Berm¨²dez Villaescusa es responsable de comunicaci¨®n del A?o Internacional de la Astronom¨ªa. Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa (IAA-CSIC)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.