?C¨®mo aprovechar la vacuna contra el sida?

El anuncio de los primeros resultados en casi 30 a?os de una vacuna contra el sida ha llenado de interrogantes a los cient¨ªficos. El prototipo ensayado en Tailandia es una combinaci¨®n de dos f¨¢rmacos. Uno que ya hab¨ªa fracasado y otro que ya se hab¨ªa decidido ni probar siquiera. Y su ¨¦xito (relativo, reduce la transmisi¨®n del virus en un 30%) ha sido una sorpresa tan grande que no se sabe c¨®mo aprovecharlo.

En un art¨ªculo en la web de NATAP (Proyecto nacional para un tratamiento contra el sida) se recogen muchas de las dudas. La primera es que como no se sabe por qu¨¦ ha funcionado, no se sabe qu¨¦ hay que hacer para mejorarla. El an¨¢lisis, les llevar¨¢ 10 a?os, por lo menos. Y esto es importante, porque su eficacia est¨¢ en el l¨ªmite inferior de lo aceptable. De hecho, si no se tratara de una inmunizaci¨®n contra el VIH, probablemente se habr¨ªa descartado. Pero en el campo de la lucha contra el sida hab¨ªa tanta necesidad de una buena noticia que el resultado ha sido aireado por todos, desde la ONU a la OMS.

Adem¨¢s, muchos pa¨ªses africanos (te¨®ricamente, los m¨¢s beneficiarios) necesitan m¨¢s garant¨ªas para aplicarla. Josh Ruxin, director del programa de acceso a tratamientos contra el sida de Ruanda, afirma que har¨ªa falta que su eficacia fuera al menos del 50%. Este era el planteamiento que ya aceptaban incluso los m¨¢s fervientes defensores de que la vacuna es necesaria y posible, la Iniciativa Internacional para una Vacuna contra el Sida (IAVI en ingl¨¦s), que en su web usan como reclamo el siguiente c¨¢lculo: "Una vacuna contra el sida con una eficacia del 50% que se diera a un 30% de la poblaci¨®n, evitar¨ªa 5,6 millones de infecciones en pa¨ªses de ingresos medios o bajos entre 2015 y 2030".

Como se ve del lema de IAVI, las expectativas eran bajas (eficacia del 50%, disponible en 2015). La vacuna ensayada, aunque seguramente no ser¨¢ la definitiva (hace dos a?os, ante los fracasos con otras mol¨¦culas, se acu?¨® la idea de que hab¨ªa que "volver a los laboratorios"), cambia los planteamientos. Lo que no se sabe, como admite Anthony Fauci, de los centros de investigaci¨®n estadounidenses en inmunolog¨ªa, es hacia d¨®nde.