"?Socorro! ?Fuego en la plataforma!"
Las comisiones de investigaci¨®n indagan en la explosi¨®n de la plataforma de BP
En alta mar, a 64 kil¨®metros de la costa, una explosi¨®n sacudi¨®, poco antes de las diez de la noche del pasado 20 de abril, la plataforma Deepwater Horizon, una de las m¨¢s sofisticadas del mundo. Los t¨¦cnicos estaban acabando la perforaci¨®n de un yacimiento conocido como Mississippi Area Canyon, en su cuadrante MC 252. S¨®lo faltaba consolidar la tuber¨ªa de extracci¨®n con cemento. Un grupo de ejecutivos de BP se encontraba a bordo, celebrando el final de las exploraciones y el hecho de que la plataforma, por la que pagaban a su due?a, Transocean, 391.000 euros al d¨ªa, pod¨ªa pasar a la fase de explotaci¨®n comercial del yacimiento. Todo hab¨ªa salido bien. Hasta aquel punto, sin accidentes.
Alwin Landry, capit¨¢n de la embarcaci¨®n Bankson, que transportaba materiales a la plataforma, estaba cerca de ella para recibir una carga de lodo benton¨ªtico, del que se usa, precisamente, para evitar que el gas metano provoque explosiones como la que acabar¨ªa hundi¨¦ndola. "Iban a retirar el lodo de la tuber¨ªa de extracci¨®n y nos lo iban a pasar a nosotros", dijo Landry ayer en su testimonio ante la comisi¨®n de investigaci¨®n organizada por el Gobierno federal, que est¨¢ teniendo lugar estos d¨ªas aqu¨ª en Kenner, cerca de Nueva Orleans. Ese lodo se puede retirar del lecho marino cuando ya se ha sellado el yacimiento con cemento, de modo que no hay riesgo de concentraci¨®n de gas metano y explosiones.
A las 21.53, la tripulaci¨®n del Bankson comenz¨® a o¨ªr un pitido ensordecedor. El oficial de cubierta Paul Erickson vio una extra?a imagen: unos p¨¢jaros que rodeaban el barco comenzaron a caer al mar, muertos. De la tuber¨ªa en la plataforma no sal¨ªa nada. Luego, de ¨¦sta emanaba un l¨ªquido blanco. Seg¨²n las pesquisas del Gobierno federal, era agua de mar, que los t¨¦cnicos estaban inyectando con la esperanza de que mantuviera el gas y el petr¨®leo en el fondo. Sin ¨¦xito: la tuber¨ªa la regurgitaba. Luego, el gas lleg¨® a la superficie y caus¨® la explosi¨®n, incendiando el petr¨®leo.
Erickson lo vio con claridad, desde su barco. Las llamas devoraban la torre. "?Fuego en la plataforma! ?Fuego en la plataforma!", grit¨®. Algunos hombres, de los 115 que sobrevivieron, huyeron en botes salvavidas. Los dem¨¢s se lanzaron al agua del Golfo, aterrados ante las llamas que consum¨ªan la plataforma. Era un salto de 24 metros de altura. S¨®lo una se?al de radio se emit¨ªa desde la Deepwater Horizon: "Socorro, socorro, socorro. Fuego en la plataforma. Aband¨®nenla. Fuego en la plataforma". Eran las 22.18. A las 23.22 lleg¨® el primer helic¨®ptero de la Guarda Costera, seg¨²n el testimonio de Kevin Robb, uno de los agentes que estaba de guardia. Sobrevolando la zona, busc¨® supervivientes, asistido por botes y lanchas. Ni ¨¦l ni los dem¨¢s agentes encontraron uno s¨®lo. El capit¨¢n del Bankston los hab¨ªa rescatado ya a todos. La b¨²squeda no se abandonar¨ªa hasta tres d¨ªas despu¨¦s, el 23 de abril, a las siete de la tarde. Once hombres quedaban desaparecidos.
En su testimonio, el capit¨¢n Landry asegur¨® que vio con claridad que el ¨²ltimo en abandonar la plataforma aquella noche fue su capit¨¢n, Curt Kutcha. Salt¨® al agua y un equipo de rescate le traslad¨® al Bankston. "Intentamos activar la v¨¢lvula de sellado", le dijo a Landry. "No sabemos si ha funcionado. Creo que no". No hab¨ªa funcionado, de hecho. En ese momento no sab¨ªa, adem¨¢s, que hab¨ªa perdido a 11 de sus hombres y que la plataforma sucumbir¨ªa, creando el vertido que ahora asola estas costas.
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