Estrasburgo da la raz¨®n a Italia en la guerra de los crucifijos
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera que las cruces no violan los derechos de los padres a educar a sus hijos seg¨²n sus convicciones
La Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, formada por 17 jueces y tres sustitutos, ha decidido hoy que la presencia de crucifijos en las aulas de las escuelas italianas no viola el derecho de los padres a asegurar la educaci¨®n de sus hijos de acuerdo con sus convicciones.
La sentencia, que es inapelable, da la raz¨®n a la Presidencia del Gobierno italiano, que en enero de 2010 present¨® un recurso contra una decision anterior de la Corte de Estrasburgo que hab¨ªa amparado las razones de Soile Lautsi, una mujer italiana de origen finland¨¦s que sostiene que los crucifijos violan su derecho a educar a sus hijos en los valores del laicismo.
En la motivaci¨®n, la Corte concluye que, "con la decisi¨®n de mantener los crucifijos en las escuelas p¨²blicas frecuentadas por los hijos de la demandante, las autoridades han actuado dentro de los l¨ªmites y del cuadro disponible por Italia, que prev¨¦ la obligaci¨®n de respetar el derecho de los padres a asegurar la instrucci¨®n seg¨²n sus convicciones religiosas y filos¨®ficas". Adem¨¢s, el tribunal subraya que el crucifijo es "sobre todo un s¨ªmbolo religioso, pero no hay ninguna prueba de que su visi¨®n en los muros de un aula escolar pueda tener influencia sobre los alumnos".
El caso Lautsi surgi¨® durante el curso escol¨¢stico de 2001, cuando la mujer, residente en Abano Terme (norte de Italia), pidi¨® a la escuela donde estudiaban sus dos hijos, de 11 y 13 a?os, que retirara los crucifijos de las aulas del colegio porque entend¨ªa que su presencia era contraria a la libertad religiosa en la que quer¨ªa educar a sus ni?os. En 2002, la direcci¨®n de la escuela p¨²blica Vittorino da Feltre se neg¨® a quitar las cruces, y el Ministerio de Educaci¨®n italiano envi¨® una circular a todos los jefes de estudios del pa¨ªs recomendando que siguieran ese mismo criterio.
La se?ora Lautsi present¨® entonces un recurso ante un tribunal administrativo de la regi¨®n de V¨¦neto aduciendo que la decisi¨®n de la escuela violaba los principios laicistas y la imparcialidad de las autoridades p¨²blicas sancionados por la Constituci¨®n. Su demanda fue rechazada en 2005. Los jueces afirmaron que el crucifijo era un s¨ªmbolo de la cultura y la historia italianas y, por tanto, de la identidad del pa¨ªs, y a?adieron que al mismo tiempo funcionaba como un s¨ªmbolo de igualdad, libertad y tolerancia, y del laicismo del Estado.
Lautsi recurri¨® al Consejo de Estado, pero el 13 de febrero de 2006 este volvi¨® a refutar su apelaci¨®n. La mujer y sus dos hijos, con la ayuda del bufete de abogados Paoletti de Roma, elevaron entonces la causa al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que en una sentencia del 3 de noviembre de 2009 consider¨® que se hab¨ªa producido una violaci¨®n del derecho a la educaci¨®n vinculado al derecho a la libertad de pensamiento, religi¨®n y consciencia.
En enero de 2010 el Gobierno italiano recurri¨® ese veredicto porque consideraba que "eliminaba un s¨ªmbolo de la tradici¨®n" italiana y pidi¨® el env¨ªo del caso a la Gran Sala, que acept¨® ver el recurso. El Gobierno asegur¨® en su defensa que el crucifijo tiene "una funci¨®n simb¨®lica altamente educativa" y "no es solo un objeto de culto", sino "un s¨ªmbolo que exprime el elevado fundamento de los valores c¨ªvicos".
El caso tiene gran inter¨¦s para varios pa¨ªses europeos, porque aunque la sentencia no es directamente vinculante para otros pa¨ªses, s¨ª marca jurisprudencia para casos similares que se puedan presentar ante el tribunal en el futuro. Armenia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Malta, M¨®naco, Ruman¨ªa, la Federaci¨®n Rusa y San Marino hab¨ªan apoyado las tesis de Italia y se hab¨ªan personado como parte en el proceso.
Los jueces que forman la Gran Sala del Tribunal de Derechos Humanos son Jean-Paul Costa (Francia, presidente); Christos Rozakis (Grecia); Nicolas Bratza (Reino Unido); Peer Lorenzen (Dinamarca); Josep Casadevall (Andorra); Giovanni Bonello (Malta); Bo¡§tjan M. Zupan?i? (Eslovenia); Nina Vaji? (Croacia); Rait Maruste (Estonia); Anatoly Kovler (Rusia); Sverre Erik Jebens (Noruega); P?ivi Hirvel? (Finlandia); Giorgio Malinverni (Suiza); George Nicolaou (Chipre); Ann Power (Irlanda); Zdravka Kalaydjieva (Bulgaria) y Guido Raimondi (Italia).
Esta ma?ana, el presidente del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano, el cardenal Gianfranco Ravasi, ha declarado que "el crucifijo es uno de los grandes s¨ªmbolos de Occidente" y ha recordado que "si Europa pierde la herencia cristiana" pierde tambi¨¦n "su propio rostro", informa Efe. El cardenal Ravasi ha dicho en una conferencia de prensa celebrada en el Vaticano que "la presencia cristiana es un elemento fundamental y absolutamente relevante en Occidente" porque, "sin el cristianismo, no se entiende ni siquiera a Voltaire ni a Nietszche".
Seg¨²n el cardenal, el problema de Occidente "frente a otros pa¨ªses" es que "no tiene ninguna identidad" porque "ha querido cancelar a cualquier coste los s¨ªmbolos cristianos", y ha subrayado que los crucifijos "son un elemento fundamental de la identidad de Europa" que es "tendencialmente cristiana".
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