Trabajo

La pol¨ªtica es una eficaz oficina de empleo. Si uno mira alrededor, incluso en tiempos de crisis, siempre encuentra puestos de trabajo inventados para ser ocupados por pol¨ªticos. Lo mismo da la embajada en Washington, que ahora ha reca¨ªdo como premio especial de fin de carrera en Federico Trillo, que un consejo audiovisual como el catal¨¢n, que mientras dicta recortes publicitarios y de inversi¨®n en las cadenas p¨²blicas, aumenta los representantes pol¨ªticos para que les cuadre su aritm¨¦tica privada. Dada la veneraci¨®n que Trillo sent¨ªa por Honduras, tanta como para gritarle vivas a ese pa¨ªs aunque tuviera delante a los soldados de El Salvador, hubiera sido lo propio destinarlo de c¨®nsul honorario a tan hermoso lugar. Pero no, ahora cuando un ciudadano espa?ol pise suelo norteamericano ya sabe que si alguien le pega o le inoportuna se puede chivar a Trillo. Los yanquis ya no recordar¨¢n con terror El ?lamo, sino Perejil.

De igual modo, por muchas lecturas que uno haga de las elecciones entre los socialistas, queda la de mirar a los delegados como personas que aspiran a un puesto de trabajo que emane del regreso al poder pol¨ªtico. La derrota electoral ha sido toda una debacle laboral en las filas socialistas y m¨¢s si se les evapora Andaluc¨ªa. De cualquier proceso democr¨¢tico un partido sale siempre favorecido, aunque cueste aceptarlo. Rubalcaba, por 22 cuerpos de distancia, ha vencido en la competici¨®n con Carmen Chac¨®n, que podr¨¢ volver a ser Carme, y es que en toda derrota siempre se gana algo.

Rubalcaba promete recuperar las esencias del socialismo. La oposici¨®n es una medicina estupenda para reencontrarse con los principios y no con las comodidades del poder. Hasta se ment¨® el Concordato, quiz¨¢ porque los socialistas reconocen sus asignaturas pendientes. Pendientes porque ellos han querido. Siete a?os se les hicieron cortos. Muy escasos de territorios de poder pol¨ªtico, Rubalcaba tiene que dotar de contenido el ser oposici¨®n. El pa¨ªs los necesita en plena forma, con ideas y contraste de pareceres frente a la enmienda a la totalidad de los conservadores. Rubalcaba prometi¨® trabajo, trabajo y trabajo. Puede que muchos entre las agrupaciones pensaran en sus perdidos empleos o en futuros puestos, pero la mayor¨ªa de los espa?oles entendi¨® otra cosa. Esfuerzo, seriedad y principios.