¡°Tristemente, M¨¦xico es un gran pa¨ªs para hacer periodismo¡±

¡°Un periodista es alguien que vive su tiempo¡±, dice el periodista Humberto Padgett, galardonado con el premio Ortega y Gasset al mejor trabajo period¨ªstico. Y a este reportero de la revista mexicana Emeequis le ha tocado vivir el tiempo en el que la miseria, la marginaci¨®n, el narcotr¨¢fico y el crimen organizado se han adue?ado de toda una generaci¨®n en su pa¨ªs. Los muchachos perdidos, el reportaje galardonado, retrata las vidas de un grupo de muchachos que en su historial acumulan decenas de ejecuciones, secuestros y robos y resumen sus objetivos en una frase: ¡°Prefiero morir joven y rico que viejo y jodido... igual que mi pap¨¢¡±.

Este clima de barbarie no es un algo que ha surgido espont¨¢neamente. ¡°Hay antecedentes muy visibles: las condiciones en que estos chavos crecieron. Si a una infancia dif¨ªcil le agregas el empobrecimiento de la educaci¨®n y el empleo y pones al lado el crimen organizado, encontrar¨¢s alicientes econ¨®micos y culturales para que los j¨®venes se proyecten hacia la marginalidad y la violencia. Se ven envueltos en todo tipo de delitos criminales. No creen en la pol¨ªtica ni en las instituciones¡±.

"Los medios han optado por autocensurarse y limitarse a hacer el conteo de muertos¡±, dice

Padgett (M¨¦xico, 1975) percibe que la violencia est¨¢ incrustada en la sociedad mexicana (en el 60% de los hogares hay agresiones dom¨¦sticas) y desde chicos se familiarizan con la pirater¨ªa, el contrabando y la delincuencia. ¡°Tristemente, M¨¦xico es un gran pa¨ªs para hacer periodismo¡±, dice con cierta pesadumbre Padgett, que desde hace seis a?os trabaja para la revista Emeequis, una publicaci¨®n independiente impulsada por un peque?o colectivo de profesionales que decidieron hacer periodismo por su cuenta, sin tener que plegarse a ¡°las agendas de las grandes empresas y de sus intereses¡±.

Pero hacer periodismo en M¨¦xico no es una tarea f¨¢cil. ¡°Es cada vez m¨¢s dif¨ªcil ejercer el oficio, sobre todo en una situaci¨®n en la que el crimen organizado es capaz de marcar la vida en algunos Estados. El crimen organizado ha tomado las funciones propias del Estado en determinadas regiones del pa¨ªs¡±, dice el reportero. Los carteles, adem¨¢s, ¡°intimidan y controlan los medios de comunicaci¨®n, que a veces han optado por autocensurarse y limitarse a hacer el conteo del n¨²mero de muertos¡±. Otras veces, los periodistas o los editores son objeto de secuestros y asesinatos.