Multinacionales, patriotismo a la medida
Las expropiaciones a Repsol y REE reavivan el debate sobre si las grandes corporaciones son o no un 'bien de inter¨¦s nacional'
Las recientes expropiaciones a Repsol y a Red El¨¦ctrica Espa?olapor los Gobiernos populistas argentino y boliviano han puesto una vez m¨¢s sobre el tapete el viejo debate de si las multinacionales tienen patria y los gobiernos deben salir en su defensa ante cualquier agresi¨®n exterior. A favor de la tesis nacionalista est¨¢n quienes propugnan que las grandes corporaciones generan riqueza y empleo en sus pa¨ªses de origen, al tiempo que pagan cuantiosos impuestos. Los detractores sostienen que los ¨²nicos beneficiarios de esas macrofirmas son sus directivos y sus principales accionistas, entre los que casi siempre figuran grandes fondos de inversi¨®n extranjerosM¨¢s all¨¢ de las cifras, lo cierto es que muchos espa?oles han visto herido su sentimiento patri¨®tico con las im¨¢genes de la presidenta argentina, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, anunciando la nacionalizaci¨®n del 51% de Repsol en YPF (no as¨ª del capital en manos de argentinos y estadounidenses). La presidenta hizo el anuncio en un escenario de enorme solemnidad: vestida de luto y con la foto de Evita Per¨®n al fondo, como si declarara una nueva guerra de Las Malvinas, bajo los aplausos de La Campora, su propia guardia personal de asalto.
La viuda de N¨¦stor Kirchner justific¨® la expropiaci¨®n con una argumentaci¨®n de fuerte corte nacionalista. Seg¨²n su discurso, la petrolera espa?ola poco menos que depredaba las reservas petroleras del pa¨ªs y esquilmaba los beneficios, repatri¨¢ndolos a trav¨¦s de dividendos, sin realizar inversiones en el pa¨ªs. Una imputaci¨®n que rebate la propia din¨¢mica del mercado, ya que las compa?¨ªas invierten en la medida que lo necesitan para maximizar su beneficio. Invertir de m¨¢s o frenar inversiones que puedan generar una rentabilidad superior son dos opciones que no tienen sentido bajo esta l¨®gica de mercado.
Brufau aplaudi¨® a Morales horas despu¨¦s de que expropiara a REE
Un desvalijo que niegan de manera rotunda los gestores Repsol, quienes aseguran que con esta decisi¨®n se alienta el resentimiento contra la Madre Patria. ¡°Somos una compa?¨ªa espa?ola y a lo mejor hay ganas de bronca¡±, afirm¨® el presidente de la petrolera, Antonio Brufau, durante su primera comparecencia tras la nacionalizaci¨®n, en la que acus¨® a Kirchner de intentar tapar con esta medida los problemas que atraviesa Argentina.
Un argumento con el que est¨¢ de acuerdo Roger Tissot, consultor en temas energ¨¦ticos: ¡°Desde el punto de vista pol¨ªtico, y teniendo en cuenta la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica de la Argentina, este resultado era inevitable. La desaceleraci¨®n y la alta inflaci¨®n han erosionado la popularidad de Cristina, de ah¨ª que haya renovado su nacionalismo sobre las Malvinas y su lucha contra Repsol¡±.
En el resbaladizo debate sobre si las multinacionales tienen o no patria, el discurso dual es el predominante en muchas grandes compa?¨ªas, que apelan a su car¨¢cter internacional y a los principios de desregualci¨®n y no injerencia cuando las cosas van bien, pero a menudo recurren a la bandera cuando surgen problemas en el exterior.
Zapatero no dud¨® en legislar para frenar la opa de E.ON sobre Endesa
Ninguna de las multinacionales espa?olas presentes en Argentina (BBVA, Santander y Telef¨®nica, fundamentalmente) se han animado a solidarizarse p¨²blicamente con Repsol, probablemente debido al temor a posibles represalias. Y el propio Brufau se fotografi¨® junto a Evo Morales apenas unas horas despu¨¦s de que el presidente boliviano decretase la nacionalizaci¨®n de Transportadora de Electricidad (TDE), propiedad de REE (m¨¢s espa?ola que Repsol en sentido estricto, ya que est¨¢ controlada por el Estado), sin hacer la m¨¢s m¨ªnima alusi¨®n a dicha expropiaci¨®n.
Los Gobiernos tambi¨¦n mantienen un doble discurso en seg¨²n qu¨¦ circunstancias. Bajo los mandatos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se completaron las grandes privatizaciones y liberalizaciones, privilegiando en el proceso a los candidatos espa?oles. Los concursos de Retevisi¨®n y Airtel dejaron fuera a ofertas de France T¨¦l¨¦com o Deutsche Telekom en favor de inversores nacionales ajenos al sector de telecomunicaciones (Santander, Uni¨®n Fenosa, Endesa, familias Entrecanales y Alba, entre otros). Apenas unos a?os despu¨¦s, dichos inversores vendieron sus participaciones obteniendo en aquellas operaciones importantes beneficios. Amena fue vendida a France T¨¦l¨¦com y Airtel cedida a Vodafone.
¡°?Expr¨®piese, carajo!¡±
Si hay una imagen que pone de manifiesto la mezcla de populismo y culto a la personalidad con que se adornan algunos l¨ªderes latinoamericanos es la de Hugo Ch¨¢vez pavone¨¢ndose en la plaza Bol¨ªvar, en pleno centro de Caracas, mientras apuntaba con la mano a cualquier edificio y exclamaba: ¡°?Expr¨®piese, carajo!¡±
El presidente de Venezuela es el paradigma de las nacionalizaciones. En los ¨²ltimos 10 a?os ha intervenido m¨¢s de 1.000 firmas. Comenz¨® en 2004 declarando la ¡°guerra al latifundio¡±. Y no ha parado desde entonces.
¡°Cuando usted oiga que Ch¨¢vez expropi¨® un frigor¨ªfico es porque est¨¢n violando las leyes y le aplicamos la Constituci¨®n y las leyes¡±, lleg¨® a decir el jefe de Estado en su programa televisivo Alo presidente.
Pero pese a esos modos, cuando Ch¨¢vez expropi¨® el Banco de Venezuela, filial del grupo de Santander, el banco espa?ol se limit¨® a negociar sin hacer ruido ni invocar a la patria. Y Emilio Bot¨ªn, presidente de la entidad, arranc¨® una compensaci¨®n m¨¢s que aceptable por el banco. Tal vez ese sea el camino.
¡°Defender la espa?olidad de Repsol es algo demasiado forzado, y olvidar que los que ahora lo hacen con tanto ¨ªmpetu fueron, en su gran mayor¨ªa, los que promovieron y llevaron a cabo la privatizaci¨®n de empresas que entonces s¨ª que eran efectivamente espa?olas, no solo porque la totalidad o la inmensa mayor¨ªa de su capital era espa?ol, sino porque la estrategia empresarial que persegu¨ªan respond¨ªa a intereses nacionales y no globales que apenas si repercuten en el progreso de Espa?a y en el bienestar de sus ciudadanos¡±, asegura Juan Torres, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Sevilla.
Repsol ya fue objeto de una defensa de corte nacionalista por parte del Ejecutivo durante el pasado verano, cuando Sacyr firm¨® un acuerdo con la mexicana Pemex. El entonces ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, dej¨® claro de inmediato que el Gobierno no iba a tolerar que la petrolera pasara a manos extranjeras.
M¨¢s rocambolesco result¨® el caso de Endesa. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero apoy¨® decididamente una oferta de compra de Gas Natural que resultaba poco beneficiosa para los accionistas pero era alentada por el PSC y los nacionalistas catalanes. Posteriormente modific¨® la ley para frenar una contraoferta lanzada por la alemana E.ON, excus¨¢ndose en que la el¨¦ctrica no deb¨ªa caer en manos extranjeras. M¨¢s adelante propici¨® que triunfase una tercera oferta encabezada por Acciona. Sin embargo, apenas un a?o y medio despu¨¦s, la constructora de la familia Entrecanales vendi¨® su participaci¨®n a la italiana ENI y obtuvo con la operaci¨®n unas plusval¨ªas de 1.700 millones. Endesa pas¨® as¨ª no solo a estar en manos for¨¢neas, sino en las de una empresa controlada por el Estado italiano, en aquel momento bajo el Gobierno de Silvio Berlusconi.
El patriotismo suele ser, de hecho, un argumento de quita y pon para los pol¨ªticos seg¨²n vaya el estado de la econom¨ªa. Y los argentinos dominan ese transformismo como nadie. La mejor prueba es que m¨¢s del 80% de los diputados y m¨¢s del 90% de los senadores votaron a favor de la expropiaci¨®n. Radicales y peronistas unidos contra el depredador espa?ol, al que, sin embargo, eligieron para venderle YPF en el a?o 1999 y al que el Gobierno del matrimonio Kirchner ha estado agasajando desde entonces sin que las cifras de producci¨®n, inversi¨®n o reparto de dividendos parecieran suponer ning¨²n problema. Hasta Carlos Menem, art¨ªfice de la venta de YPF, no tuvo rubor en apoyar lo que en Espa?a y en la UE ha sido calificado un¨ªvocamente como expolio.
Kirchner ha nacionalizado los fondos de pensiones,
Aerol¨ªneas y Agbar
Cristina Kirchner ya ha dado muestras de un notable furor estatalizador. En el pasado aprob¨® la nacionalizaci¨®n de los fondos de pensiones. A ellos se sumaron Aerol¨ªneas Argentinas, del grupo Marsans y Aguas Argentinas, participada por Agbar. La prensa nacional habla de que las pr¨®ximas en caer ser¨¢n las empresas gasistas y de electricidad. Incluso se especula con una medida contra los cientos de miles de cajas de seguridad donde los escaldados ciudadanos guardan sus ahorros en d¨®lares.
El presidente boliviano, Evo Morales no le va a la zaga. Tiene como costumbre celebrar cada Primero de Mayo anunciando una nacionalizaci¨®n. Empresas metal¨²rgicas, minas, tierras de hacendados, hidrocarburos, el¨¦ctricas, operadoras de telecomunicaci¨®n... Y, al igual que su hom¨®loga argentina y pese a los buenos deseos de la diplomacia espa?ola, considera que las nacionalizaciones no deben ir aparejadas de compensaci¨®n alguna. Ni Repsol ni REE tienen f¨¢cil recibir nada a cambio de los activos nacionalizados.
A las corporaciones
se les acusa de usar para¨ªsos fiscales
y buscar ganancias
Muchos piensan que lo m¨¢s criticable de estas expropiaciones no es que se trate de un gesto de antiespa?olismo, sino que van contra de los intereses comerciales de los propios pa¨ªses nacionalizadores, al crear una inseguridad jur¨ªdica manifiesta. As¨ª lo han visto muchos cr¨ªticos a la decisi¨®n de Kirchner. ¡°Una compra acordada de YPF a Repsol (que era posible) le hubiera amputado a la operaci¨®n el trazo ¨¦pico y el aspecto guerrero. As¨ª no serv¨ªa. En su lucha cuesta abajo con las encuestas, Cristina Kirchner necesitaba del teatro heroico que le gusta cultivar (¡). A cambio de tan poco, meti¨® al pa¨ªs en la peor crisis internacional desde la guerra con la OTAN por las Malvinas y desde el campante default, el m¨¢s importante en la historia de la humanidad. El mundo ha hecho saber p¨²blicamente, con menor o con mayor intensidad, su rechazo a la expropiaci¨®n de YPF¡±, se?ala Joaqu¨ªn Morales Sola, periodista de La Naci¨®n, y muy cr¨ªtico con el Gobierno peronista.
Operar en pa¨ªses gobernados por l¨ªderes de corte populista como Kirchner, Morales o Ch¨¢vez coloca a las multinacionales extranjeras en una posici¨®n complicada. Para poder asentarse en dichos pa¨ªses, las compa?¨ªas han de mantener estrechas relaciones con unos Gobiernos que mantienen un discurso de fuerte corte nacionalista y tienen un dudoso concepto de la legalidad. Desde que se hiciera con el control de YPF en 1999, Repsol ha sido por ello un firme aliado de las sucesivas Administraciones de Carlos Menem, N¨¦stor Kirchner y Cristina Fern¨¢ndez.
De hecho, para poder cerrar aquella operaci¨®n la petrolera tuvo que sellar un acuerdo con el Grupo Petersen, propiedad de Enrique Eskenazi, un financiero argentino al que los Kirchner quisieron premiar su amistad forzando su entrada en YPF bajo la excusa de que la petrolera necesitaba un accionista nacional fuerte. Repsol accedi¨® a cederle el control del 25% del capital, valorado en 3.200 millones de d¨®lares, sin que los Eskenazi hicieran desembolso alguno. Lo pagar¨ªan a base de recoger el 90% del beneficio de YPF en forma de dividendos. Un exceso autorizado por el mismo Gobierno argentino que ahora lo denuncia.
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