¡°Feminizar la pol¨ªtica es el reto del siglo XXI¡±
La exdiputada costarricense cree que debe prevalecer siempre lo colectivo
Epsy Campbell, costarricense de 48 a?os, siempre se presenta con las mismas credenciales. ¡°Soy negra. Ser afrodescendiente es mi identidad cultural y soy ciudadana del mundo por derecho propio¡±. Pero no basta con esa tarjeta de presentaci¨®n: es economista de formaci¨®n, pol¨ªtica por vocaci¨®n y madre de dos ni?as; Campbell fue diputada y ahora es presidenta del Partido Acci¨®n Ciudadana. ¡°Es fundamental que las mujeres seamos conscientes de que podemos liderar y de que sabemos hacerlo¡±. Tras esta declaraci¨®n de intenciones se pide una manzanilla. A esta mujer se la ve venir de lejos, no solo por sus exuberantes rizos y su altura, sino porque pisa fuerte y muy fuerte. ¡°?Qu¨¦ se sienta que las mujeres podemos!¡±, exclama apoyando con fuerza su dedo ¨ªndice encima de la mesa.
Nacida en el seno de una familia de siete hermanos, su padre era lavandero y un apasionado del saber. De ah¨ª que les ense?ase ¡°desde bien chiquitos¡±, que solo se puede luchar por lo que uno quiere si hay conocimiento; ¡°Si no, es f¨¢cil manipular a la gente¡±. Le gusta mostrarse como una luchadora de pesos pesados que no se baja del ring hasta que su contrincante cae derrumbado y rendido en el cuadril¨¢tero. Cada palabra, cada frase que sale de su boca, suena como un mazo. Como una sentencia. A esta combatiente le cuesta dejar de lado su faceta de libertadora y ser una ciudadana de a pie que se toma tranquilamente una infusi¨®n en una cafeter¨ªa.
Pero como cualquier Aquiles tiene su punto d¨¦bil. En este caso, una pregunta sencilla y mundana: ?cu¨¢l es su flor preferida? Pasa un ¨¢ngel... dos¡ hasta que reconoce que no lo sabe y que necesita tiempo para pensarlo. ¡°Los girasoles¡±, dice finalmente, ¡°porque siempre levantan la cabeza para captar la energ¨ªa del sol, incluso los d¨ªas nublados. Se parecen a la pol¨ªtica¡±. Campbell reconoce que en su juventud renegaba de ella. Consideraba que era absurdo invertir su tiempo en ri?as de ¡°se?ores individualistas, eg¨®latras y egoc¨¦ntricos¡± y que dedicarse a los colectivos sociales le compensaba infinitamente m¨¢s. Pero las tornas cambiaron. Se convirti¨® en una bandera para las mujeres costarricenses m¨¢s desfavorecidas. Sinti¨® la necesidad de corresponderlas y se meti¨® en las ¡°turbias aguas de la pol¨ªtica¡±. ¡°Un juego donde todo el mundo se cree el mejor y si vos est¨¢s ah¨ª debes ir a por todas¡±.
Mientras sorbe su manzanilla, este torbellino de mujer explica que para ganar algo en pol¨ªtica hay que ¡°sacrificarse y mucho¡±. Ella lo sabe bien. Dedicarse a su pa¨ªs le cost¨® una separaci¨®n de ocho a?os de su actual marido y padre de sus hijas. ¡°Porque, como dice mi esposo: ¡®?Epsy, vivir con una mujer como usted no es cosa f¨¢cil!¡±.
Caf¨¦ Gij¨®n. Madrid
Dos manzanillas.
Total: 7,40 euros.
Entiende y padece el sufrimiento de su familia cuando la oposici¨®n la critica por sus declaraciones cargadas de p¨®lvora, pero as¨ª es como Campbell entiende el poder: una cancha donde hay que encontrar el consenso, donde debe prevalecer lo colectivo sobre lo individual y donde el gobernante no es una estrella medi¨¢tica sino una herramienta que representa a un grupo de votantes. Estos son tres de sus mantras, pero tiene un cuarto por el que luchar¨¢ ¡°hasta que muera: feminizar la pol¨ªtica, el reto del siglo XXI¡±. ¡°Gobernar es como llevar una casa y ?qu¨¦ mejor que una mujer para llevar las cuentas al d¨ªa!¡±.
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