La verdadera cara del distrito ¨²nico
El autor rechaza una medida que da m¨¢s margen a los centros para seleccionar a su alumnado
Una de las medidas que se est¨¢ anunciando ¨²ltimamente, por parte de diferentes administraciones educativas, es el llamado distrito ¨²nico en el proceso de escolarizaci¨®n. Las administraciones que est¨¢n impulsando esta medida, como la Comunidad de Madrid o la Comunidad Valenciana, dicen que la adoptan para incrementar la libertad de elecci¨®n de las familias del centro educativo que quieren para sus hijos.
Esta medida, por otra parte, coincide ¡°casualmente¡± con una reivindicaci¨®n hist¨®rica de la patronal de la ense?anza concertada. Nos podr¨ªamos preguntar cu¨¢l es el motivo profundo por el que determinada patronal de centros concertados est¨¢n tan interesada en fomentar la libertad de elecci¨®n de las familias del centro educativo que quieren para sus hijos. ?No tienen hoy libertad las familias para presentar la instancia en el centro que desean? ?No pueden solicitar varios centros priorizando los que consideran m¨¢s adecuados?
La normativa vigente, en las diferentes Comunidades Aut¨®nomas, lo que establece es un baremo que debe respetar los principios generales establecidos en la LOE. Entre estos principios generales la proximidad del domicilio del alumno al centro que solicita es uno de los criterios preferentes. Este baremo s¨®lo tiene efectos cuando en un centro hay m¨¢s demanda que oferta, hay m¨¢s alumnos que solicitan plaza que plazas disponibles. Entonces, ?d¨®nde est¨¢ el problema? ?no es l¨®gico que tengan prioridad, si no hay plazas para todos los que solicitan un determinado centro, los alumnos que vivan en el barrio correspondiente? ?no es adecuado fomentar que los alumnos que viven en un mismo barrio vayan tambi¨¦n al mismo centro en la educaci¨®n obligatoria?.
Para poder entender los motivos que de verdad llevan a tomar la iniciativa del distrito ¨²nico, m¨¢s all¨¢ de la excusa de favorecer la libertad de elecci¨®n de centro por parte de las familias, hay que analizar lo que est¨¢ ocurriendo en la actualidad en los procesos de escolarizaci¨®n en algunos n¨²cleos de poblaci¨®n, fundamentalmente n¨²cleos urbanos en los que hay una oferta importante de ense?anza concertada.
Lo que est¨¢ ocurriendo es que hay un n¨²mero significativo de centros concertados, entre los que tienen m¨¢s demanda de plazas, que est¨¢n seleccionando al alumnado por diferentes v¨ªas. Las cuotas ¡°voluntarias¡± a las AMPAs, el ideario del centro, el uniforme, el no disponer de personal especializado para atender al alumnado con especiales dificultades, etc. Es decir, de una forma u otra, se invita a determinadas familias a que se dirijan a otro centro. Pero lo que ocurre, en algunos casos, es que hay familias que viven cerca del centro y no aceptan esa invitaci¨®n, hay familias que a pesar de todos los inconvenientes presentan su solicitud en ese centro y gracias a que la proximidad al centro es uno de los puntos m¨¢s relevantes en el baremo consiguen entrar.
Pues bien, establecer el distrito ¨²nico en un gran n¨²cleo urbano supone, en la pr¨¢ctica, suprimir esa puntuaci¨®n del baremo, supone que todos los alumnos tengan los mismos puntos independientemente de su proximidad al centro. Es decir, supone que pasen a primar m¨¢s otras cosas como ser familiares de antiguos alumnos del centro u otros aspectos que lo ¨²nico que pretenden es incrementar la capacidad de los centros de seleccionar a su alumnado.
Estos cambios en el proceso de admisi¨®n del alumnado van ligados a otros previstos en el anteproyecto de la LOMCE, como son la publicaci¨®n de los resultados obtenidos por los centros en las rev¨¢lidas y evaluaciones externas previstas en las diferentes etapas educativas y la creaci¨®n de centros de especializaci¨®n curricular.
La publicaci¨®n de un ranking de centros, en funci¨®n de los resultados obtenidos en las diferentes evaluaciones externas, va a provocar una petici¨®n masiva a los centros que tengan mejores resultados en dichas pruebas. Cuando todas las evaluaciones nacionales e internacionales nos indican que el nivel sociocultural y econ¨®mico de las familias es un factor determinante en los resultados acad¨¦micos de los alumnos, no hace falta se?alar que aquellos centros que tengan m¨¢s demanda que oferta y que, por tanto, a trav¨¦s de diferentes mecanismos, puedan seleccionar a su alumnado van a terminar concentrando a los sectores de la poblaci¨®n con mayores medios. Y los centros que, por la poblaci¨®n que escolarizan, obtengan peores resultados van a quedar como centros gueto dirigidos a los sectores m¨¢s desfavorecidos de la poblaci¨®n.
Por otra parte, todo parece indicar que la creaci¨®n de centros con alguna especializaci¨®n curricular, que trataremos en otro art¨ªculo, va encaminada a reforzar m¨¢s si cabe un proceso de segregaci¨®n del alumnado que se va haciendo cada d¨ªa m¨¢s patente en el conjunto de las medidas educativas que est¨¢ adoptando tanto el Ministerio de Educaci¨®n como algunas Comunidades Aut¨®nomas.
En lugar de establecer las medidas oportunas para que todos los centros puedan atender al alumnado en condiciones de igualdad, en lugar de favorecer una escolarizaci¨®n equilibrada del alumnado con especiales dificultades de aprendizaje entre todos los centros, las pol¨ªticas que est¨¢n adoptando van justo en la direcci¨®n contraria a lo que necesitamos para ofrecer una educaci¨®n de calidad en todos los centros que pagamos entre todos, los p¨²blicos y los concertados.
Miguel Soler fue director general de FP con el anterior Gobierno del PSOE
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