¡°Neruda estaba enfermo, pero quiz¨¢ no muri¨® de c¨¢ncer¡±
El toxic¨®logo forma parte del equipo que estudia si el poeta fue envenenado
?Pueden unos huesos guardar 40 a?os la prueba de un crimen que, si ocurri¨®, se ide¨® para que fuera perfecto? Esa es la tarea a la que est¨¢ entregado el equipo de cient¨ªficos que intenta averiguar la causa de la muerte de Pablo Neruda. El m¨¦dico Guillermo Repetto (Sevilla, 1961), profesor de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, es uno de ellos. Curtido en estudios periciales, admite que el an¨¢lisis de los restos del poeta es uno de esos retos irrenunciables para un toxic¨®logo. ¡°No hay sangre, ni orina, ni v¨ªsceras, ni ¨®rganos. Solo huesos. Los huesos hablan, pueden dar mucha informaci¨®n, pero no toda¡±, apunta.
Sus palabras casi se pierden entre el estruendo de estudiantes que llenan al mediod¨ªa la terraza de la cafeter¨ªa de la universidad sevillana. La voz queda es mitad timidez y mitad prudencia: el equipo de expertos designados por el juez chileno Mario Carroza ha firmado un compromiso de confidencialidad y el toxic¨®logo gana tiempo bebiendo del refresco de naranja para pensar lo que puede y lo que no puede contar.
Por ahora solo se conocen los primeros informes, hechos p¨²blicos la semana pasada y que confirman que Neruda padec¨ªa un c¨¢ncer muy avanzado. Se supone que de pr¨®stata, pero la historia cl¨ªnica es tan incompleta que ni eso est¨¢ claro. ¡°Lo que hemos confirmado es que padec¨ªa un c¨¢ncer en estado terminal con met¨¢stasis en numerosos huesos¡±, apunta Repetto. ?El c¨¢ncer le caus¨® la muerte? Esa es la pregunta que los cient¨ªficos esperan responder. ¡°Estaba muy enfermo y ese c¨¢ncer era mortal. Pero no es seguro que muriera de c¨¢ncer¡±, advierte.
El juez les ha pedido que averig¨¹en si al poeta pudieron administrarle alguna sustancia t¨®xica o un medicamento que no cuadre cl¨ªnicamente. ¡°Lo ideal ser¨ªa encontrar una sustancia que no fuera habitual para tratar su enfermedad y que precipitara la muerte¡±, explica Repetto, que admite que hasta que le llamaron para participar en este proyecto desconoc¨ªa los misterios sobre la muerte de Neruda, de cuya obra hab¨ªa le¨ªdo ¡°algo¡± pero tampoco era un gran conocedor.
S¨ª que hab¨ªa trabajado en la formaci¨®n de toxic¨®logos chilenos y por eso acudieron a ¨¦l para esta investigaci¨®n. El mes pasado viaj¨® para asistir a la exhumaci¨®n de los restos del poeta en el balneario de Isla Negra. ¡°Fue un momento emocionante¡±, recuerda. Lo vivi¨® al lado de un sobrino de Neruda que, mientras sacaban el f¨¦retro, le cont¨® que la familia hab¨ªa introducido en el ata¨²d de su t¨ªo una chaqueta y un cintur¨®n. ¡°Me dijo que ¨¦l hab¨ªa insistido en que se volvieran a meter cuando los restos fueron movidos a?os despu¨¦s¡±. ¡°Y efectivamente, cuando abrimos el f¨¦retro, ah¨ª estaban¡±, cuenta.
Aunque los 40 a?os que han pasado desde el fallecimiento de Neruda lo convierten en un caso ¨²nico, no es el primero de resonancia medi¨¢tica que aborda este toxic¨®logo. Un an¨¢lisis de Repetto detect¨® la presencia de algas microsc¨®picas en la m¨¦dula ¨®sea de la ni?a Mari Luz Cort¨¦s, asesinada en Huelva en marzo de 2008. Esta revelaci¨®n sirvi¨® para desmontar la versi¨®n que hab¨ªa dado el asesino, Santiago del Valle, que asegur¨® que la peque?a muri¨® de forma accidental en su presencia y, despu¨¦s, se hab¨ªa desecho del cuerpo. ¡°El estudio demostr¨® que la ni?a estaba viva cuando fue arrojada al agua e incluso precisamos en qu¨¦ zona de la r¨ªa de Huelva hab¨ªa ocurrido¡±. Justo all¨ª hab¨ªa sido visto el asesino el d¨ªa que desapareci¨® Mari Luz.
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