¡°Una mujer no aborta por deporte, es la ¨²ltima opci¨®n¡±

Carl Djerassi (Viena, 1923) camina despacio, apoy¨¢ndose en su muleta, pero con paso seguro. Seis d¨¦cadas despu¨¦s de inventar la p¨ªldora anticonceptiva y a punto de cumplir 90 a?os, el cient¨ªfico reconvertido en literato contin¨²a trabajando. Emerge de su habitaci¨®n a las nueve de la ma?ana vestido con un traje color hueso y elige un sof¨¢ mullido para sentarse en la cafeter¨ªa VIP de la quinta planta del hotel Miguel ?ngel, donde se aloja invitado por la Fundaci¨®n del Banco Sabadell para dar una conferencia en el Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas.

Antes de acomodarse, coloca cuidadosamente un soporte desmontable que lleva consigo para que su pierna descanse mientras conversa y se sirve un vaso de agua. No toca el resto del buf¨¦. ¡°Ya he desayunado¡±, explica con su voz ¨¢spera, resultado de la radioterapia a la que le sometieron por un tumor de garganta.

Parece un tipo serio, pero la calidez de sus ojos azules y las risas que salpican la conversaci¨®n atestiguan lo contrario. En un espa?ol algo oxidado, pero correcto, Djerassi explica que la p¨ªldora anticonceptiva masculina no existe porque ¡°a las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas no les interesa gastar los millones de d¨®lares que costar¨ªa estudiar sus efectos secundarios¡±. Algo que el qu¨ªmico, defensor de los derechos de las mujeres, lamenta, puesto que la carga de la responsabilidad reproductiva recae sobre ellas.

El inventor de la p¨ªldora escribe teatro para acercar la ciencia a la gente

Igualmente lamenta la idea ¡°terrible¡± del ministro de Justicia espa?ol, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, de sustituir la ley de plazos del aborto por una de supuestos. ¡°En estos experimentos legales las ¨²nicas que sufren son las mujeres¡±. Seg¨²n su opini¨®n, los esfuerzos del Gobierno ¡°deber¨ªan ir encaminados a facilitar el acceso a contraceptivos y mejorar las condiciones para tener hijos¡±. ¡°Una mujer no aborta por deporte, es la ¨²ltima opci¨®n de una situaci¨®n dram¨¢tica¡±, afirma.

En la conversaci¨®n sale a relucir la crisis espa?ola, y los j¨®venes que se est¨¢n viendo obligados a emigrar por la falta de empleo, pero cree que llamarlos la generaci¨®n perdida es demasiado pesimista. ¡°Ya volver¨¢n¡±.

Cuando ¨¦l era joven, tambi¨¦n sali¨® de su pa¨ªs natal, Austria, y recal¨®, entre muchos otros lugares, en M¨¦xico. All¨ª fue donde, con 26 a?os, desarroll¨® el invento por el que es mundialmente conocido. No obstante, ser¨ªa injusto pasar por alto su otra faceta, la art¨ªstica, a la que se dedica desde hace dos d¨¦cadas.

Autor de novelas y dramaturgo, Djerassi ha inventado un g¨¦nero propio, ¡°la ciencia en la ficci¨®n, que no es lo mismo que ciencia-ficci¨®n¡±. Con ¨¦l, pretende introducir conceptos cient¨ªficos a trav¨¦s del teatro, para acercar la ciencia a las personas que en principio no est¨¢n interesadas o piensan que no la van a entender. Precisamente, la pr¨®xima semana viajar¨¢ a Colonia (Alemania) para estrenar su ¨²ltima obra, Killerblumen. Despu¨¦s, Viena, Londres, Munich...

¡°Vivo en el avi¨®n¡±, resume el cient¨ªfico, que reparte residencia entre Viena, San Francisco y Londres. No resulta igual de sencillo resumir su larga vida. Ya ha publicado cuatro autobiograf¨ªas y la quinta saldr¨¢ en septiembre. No es coincidencia que su subt¨ªtulo sea The very last one (El ¨²ltimo de los ¨²ltimos), cuenta entre risas, mientras asegura que ¡°de verdad que es la ¨²ltima, por lo menos en los pr¨®ximos 10 a?os¡±.