El programa para el empleo de mujeres vulnerables del Instituto de la Mujer llega a los Ayuntamientos rurales
'Empl¨¦ate para la Igualdad' estar¨¢ presente en ocho localidades con menos de 30.000 habitantes
Ana Mar¨ªa es de Algeciras, fue madre por primera vez con 18, tiene tres hijas y ya es abuela de dos. Patricia vive en Puerto Real, ha sobrevivido durante a?os vendiendo refrescos en verano y haciendo caramelos en invierno, no sabe lo que es clavar una sombrilla en la playa para jugar con sus hijos. Manuela, en Elche, ha dedicado su vida a todos los que la rodeaban, a pagar piso y facturas, sin dedicarse tiempo ni atenci¨®n. Nada Rahwan es una inmigrante siria que durante cuatro d¨¦cadas se dedic¨® a la ense?anza en su pa¨ªs (20 como profesora de ingl¨¦s, 20 como directora de un centro) y lleg¨® a Espa?a, donde uno de sus hijos estaba estudiando un m¨¢ster en Medicina, buscando paz. Todas estaban en el paro, ninguna ten¨ªa visos de dejar de estarlo, y las tres formaron parte de la ¨²ltima edici¨®n del programa Clara para la empleabilidad de mujeres en situaci¨®n de vulnerabilidad.
Sus sensaciones tras pasar por ¨¦l son id¨¦nticas: creen que han mejorado su autoestima, han generado una red de confianza con otras mujeres y han encontrado herramientas para manejarse en el ¨¢mbito laboral, entre ellas la asertividad. Como ellas, entre 2016 y 2017, 282 mujeres de entre 25 y 60 a?os participaron en esta iniciativa que el Instituto de la Mujer lleva poniendo en marcha desde 1999 buscando siempre dos conceptos que Silvia Buabent, su directora desde el pasado junio, repite como condici¨®n sine que non para conseguir una sociedad igualitaria: autonom¨ªa e independencia para las mujeres. Y entre otros resultados, presentados este lunes, ese es uno de ellos: el 40% de las participantes que han finalizado el programa ya tiene un trabajo ¡ªen el 94% de los casos por cuenta ajena¡ª, y el 81% afirma tener ingresos, frente al 52% del comienzo.
Para llegar hasta ah¨ª, Buabent est¨¢ segura de que no hay mejor trampol¨ªn que el ¨¢mbito local. Tiene mucho que ver, y ella lo record¨®, haber sido concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Fuenlabrada entre 2011 y 2018: ¡°Soy una convencida municipalista. Es desde donde mejor se pueden ver los problemas, y no hay mejor lugar para generar redes, entre las mujeres y con las empresas locales¡±. En esta ¨²ltima edici¨®n, por primera vez, 50 empresas han colaborado para dar entre 40 y 120 horas de formaci¨®n pr¨¢ctica. Algo que, seg¨²n las propias usuarias, es una mejora notable. ¡°Si no, el aprendizaje se queda cojo¡±, cont¨® Rosa Mart¨ªnez, que entr¨® al programa por recomendaci¨®n de una trabajadora social y que es una de las tres mujeres que se han formado como operarias en Aguas de Elche (Alicante), una empresa que seg¨²n su t¨¦cnica de Igualdad Alicia Mart¨ªnez mantiene una apuesta constante por incluir trabajadoras en todos los puestos de la empresa, sobre todo en aquellos que tradicionalmente han estado muy masculinizados. "Al contrario de lo que se pueda pensar, todos mis compa?eros nos acogieron desde el primer momento sin ning¨²n tipo de problema. Los estereotipos no funcionaron en nuestro caso", apunt¨® Mart¨ªnez.
Despu¨¦s de pasar por el programa, la vida y las perspectivas de esas mujeres cambiaron: el 90% considera que ha sido importante en el proceso de mejora de empleabilidad, el 17% se reincorpor¨® a los circuitos de formaci¨®n reglada y el 94% afirma que el grupo ha supuesto un nuevo e importante grupo de apoyo. Si hay algo que mejorar, Rosa Mart¨ªnez pide que aumente la seguridad a la hora de conseguir empleo, que las pr¨¢cticas en todos los casos puedan ser para todas las que cursan la formaci¨®n y que siempre haya ayudas para que ninguna tenga que abandonar: "En nuestro programa hab¨ªa mujeres a las que incluso hab¨ªa que prestarles un euro para que pudiesen coger el autob¨²s para volver a casa".
Son apuntes para la nueva edici¨®n del programa, que cambiar¨¢ el nombre por Empl¨¦ate para la Igualdad y ser¨¢ el resultado de la experiencia de Clara, con una ampliaci¨®n de objetivos y de alcance dando prioridad a la participaci¨®n de mujeres con diversidad funcional y con la inclusi¨®n por primera vez de Ayuntamientos de ¨¢mbito rural. Luis Simo, subdirector de Programas del Instituto de la Mujer, explic¨® la importancia de estas zonas para la fijaci¨®n de la poblaci¨®n: ¡°Hay un problema demogr¨¢fico que hay que atajar, y las mujeres son esenciales en este aspecto. Tambi¨¦n las j¨®venes, que son el futuro, para ampliar sus oportunidades¡±.
Habr¨¢ dos convocatorias bianuales (2018-19 y 2019-20) con 20 programas cada una, 12 en municipios de m¨¢s de 30.000 habitantes y ocho en localidades que no lleguen a esa poblaci¨®n. ¡°Cuando dicen que lo que hacemos en las administraciones no llega, solo hay que ver esto [alude al programa Clara]. Detr¨¢s de los n¨²meros est¨¢n las caras y para salir de determinadas situaciones hacen falta instituciones que quieran un cambio integral y que lo apoyen de forma pol¨ªtica¡±, apunt¨® Buabent.
La convocatoria para la selecci¨®n de las entidades estar¨¢ disponible a lo largo de esta semana en la web del Instituto de la Mujer y, adem¨¢s de los criterios provinciales de tasa de paro femenino y renta per c¨¢pita que ya ven¨ªan funcionando, se tendr¨¢ en cuenta el porcentaje de mujeres usuarios de los Servicios Sociales. ¡°Clara [a partir de ahora Empl¨¦ate para la Igualdad] tiene que seguir porque trabaja en mejorar la vida de muchas mujeres. Puede parecer que 200 no son muchas, pero es importante el recorrido personal que conlleva para cada una de ellas y con herramientas eficaces para el cambio¡±, a?adi¨® Silvia Buabent, que tambi¨¦n explic¨® lo esencial de personalizar y adaptar el itinerario a cada lugar y a cada mujer. "Y bienvenido sea un programa que funciona".
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