El Papa recupera al ¡®cazador¡¯ de pederastas en la Iglesia
Charles Scicluna, responsable de hist¨®ricas investigaciones contra los abusos a menores, como la del padre Maciel o la de Chile, vuelve a la Doctrina de la Fe como secretario adjunto
Es dif¨ªcil encontrar a alguien en el Vaticano con mejor reputaci¨®n y hoja de servicios en la lucha contra los abusos a menores del clero que el arzobispo de Malta, Charles Scicluna (Toronto, 1959). Expromotor de Justicia de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe y responsable de hist¨®ricas investigaciones, como la que destap¨® los abusos del padre Maciel en M¨¦xico o la del encubrimiento masivo de los obispos de Chile, volver¨¢ a Roma para reincorporarse a la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe como secretario adjunto en un momento crucial para este pontificado.
El Papa ha decidido recuperar a Scicluna ¡ªmantendr¨¢ su oficina en el arzobispado de Malta, seg¨²n informa la Santa Sede¡ª en pleno despliegue en la lucha contra la pederastia que ha emprendido el Vaticano. A las puertas del hist¨®rico encuentro que reunir¨¢ en febrero en Roma a todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo para tratar la cuesti¨®n, el Vaticano tambi¨¦n busca reforzarse con figuras de peso. Especialmente en la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, el ¨®rgano clave para investigar y castigar las denuncias que llegan de todo el mundo y que, pese a haber doblado al n¨²mero de investigadores en los ¨²ltimos a?os y estar ya representadas todas las lenguas principales, sigue notando a veces la falta de personal.
Scicluna comenz¨® su andadura en el Vaticano en 1995, primero como promotor de Justicia adjunto en el Tribunal Supremo de la Signatura Apost¨®lica y posteriormente como promotor de Justicia en la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger y futuro Benedicto XVI. En ese papel fue autor de las normas universales que permitieron instaurar la obligaci¨®n a todas las di¨®cesis del mundo de informar al Vaticano de los casos de abusos que conoc¨ªan. Una medida extremadamente ¨²til para casos como el de Boston. Adem¨¢s, extendi¨® los delicta gravioria, los delitos m¨¢s graves, entre los que se incluyen los abusos a menores, las conductas sexuales impropias con un adulto discapacitado y la posesi¨®n de pornograf¨ªa infantil.
A Scicluna se le considera la bestia negra de los sacerdotes abusadores, un aut¨¦ntico cazador de ped¨®filos y encubridores en el clero. Sus pesquisas en M¨¦xico fueron cruciales para determinar la culpabilidad de Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, adicto a un opi¨¢ceo y padre de una ni?a. Scicluna fue luego ascendido progresivamente hasta el cargo de arzobispo de Malta, el pa¨ªs donde creci¨® tras llegar de peque?o con sus padres provenientes de Canad¨¢, y desvincularse casi por completo de sus labores como investigador para la Doctrina de la Fe.
Sin embargo, el 30 de enero de 2018, despu¨¦s de que el Papa recibiese enormes cr¨ªticas por acusar a las v¨ªctimas de abusos del sacerdote chileno Fernando Karadima de fabricar calumnias contra el prelado Juan Barros (que encubri¨® durante a?os aquellos actos y hab¨ªa sido nombrado obispo de Osorno en 2015 por el actual Pont¨ªfice), Francisco decidi¨® acudir a ¨¦l para investigar el asunto. Scicluna, junto al espa?ol Jordi Bertomeu, tambi¨¦n miembro de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, llevaron a cabo una hist¨®rica investigaci¨®n que termin¨® con la renuncia en pleno de todos los obispos chilenos. El Papa conf¨ªa plenamente en ¨¦l y, en un momento crucial, ha querido recuperarlo.
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